Un lujo
escribir
en la cocina por la mañana
respirar
sin dolor 
y
levantarme caminar hasta el horno
 abrirlo en un movimiento 
observar
bien de cerca 
las dos manzanas
verdes crujientes
colectivo
(la 216) 
anoche vi
a un chico bajar del colectivo 
y por la
ventana empañada
 caras de reencuentro: 
su
familia inmersa en la niebla 
a un
costado la avenida y más allá,
 fluyendo ciego el río luján 
y un
barrio que emerge en tierras 
que no
fueron nacidas para barrio sino 
para vera
de río: para camalotes y juncos
 no para casas y niños para garzas, 
humedales
no para casas y niños para el sauce, 
su
silencio no para casas y niños 
 
chaperíos
como animales enclenques, 
adormecidos
patios con huellas de inundación: 
la mano
de un gigante que llega 
en medio
de la noche
 a robarse tus cosas
 -tus flores, tus fotos, tu guitarra querida- 
iluminada
apenas por los bichitos de luz 
…
paso por la cancha de rugby matreros 
veo a
todos esos muchachos separados 
en varios
grupos de veinticinco o treinta
 gritan escupen corren taclean y yo los miro,
 detrás del alambrado 
y me
pregunto cuántos testículos 
se
zarandean en este predio ahora, 
bajo la
luz de la luna gélida del otoño 
eh, ¿cuántos?  y si toda esa energía 
de verdad
sirviera para algo? 
cómo, no
se supongamos dar electricidad a toda la ciudad? 
 …
acostada
en el pasto
 levanto las piernas 
abro los
dedos de mis pies 
desnudos
brisa y cielo 
pasan entre
ellos 
como
delicadas 
algas
celestes 
 …
 
el té
frío reposa cerca de la persiana 
una pila
de libros sobre la cama revuelta
 las cinco de la tarde escribo
 para traer hasta mí 
el olor
del mar 
y
olvidarme del sol 
filtrándose
invencible 
 no puedo dormir la siesta 
no voy a
perderme este suave 
lento
discurrir de la tarde 
que
avanza como un durazno 
maduro
rodando por el suelo
Sol
Narváez (Buenos aires, 1985) 
Es
música, vientista (flautas y aerófonos andinos) en diversos proyectos de música
popular, y en el grupo Un, dos, tres, ¡cuá!, con el cual recibió una beca del
Fondo Nacional de las Artes (Beca a la Creación 2016). Además, se dedica a la
docencia, como profesora de flauta traversa y de música.
Como
poeta, participó en las Antologías de El Rayo Verde 2015, 2016 y 2017, y formó
parte del taller de Osvaldo Bossi, entre idas y venidas, desde fines de 2013.
“Unos
días en el río uruguay” (Alción Editora, 2018) es su primer poemario publicado.
 


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