viernes, 13 de noviembre de 2020

Rubén Ackerman / Los ausentes (4 poemas)

 




Una pequeña oración colgada en la pared

Dame ahora la palabra

pronúnciala en silencio

casi inaudible

con tus inmensos ojos de niña

 

Dame la palabra que me tenga en pie

hay tanto abismo

 

Dame las palabras ancestrales

escribe en la pared de esta casa

enciende el mundo

 

Descubre el velo

 

Regrésame al centro.

 

 

                              A la memoria de Charles Baudeliere

                              poeta maldito que nos recomendaba

                              estar siempre ebrios

 

Siento que lo pequeño es un invento,

me lo susurró un día en mi adolescencia una

prostituta en un burdel llamado mon-petit

 

Ahora su susurro se pierde

es un vacío que se desvanece.

 

Siento el paso sigiloso de lo pequeño

su sombra diminuta casi inexistente

su aflicción como una vaga congoja

apenas la tristeza lerda que produce

el suicidio de una mosca.

 

Lo pequeño nos inventa a todos sin percatarnos

viene de no se sabe donde y se sienta

al frente, como un largo y fatigoso lamento

se traga inclemente nuestra vida.

 

Tiene ecos infinitos que resuenan como sombras

cuando te miras en el espejo lo pequeño esta ahí

recordándote tus deberes impostergables, tu ración

de sensatez fingida, tu sueño lacerado

 

Lo pequeño es el invento que te inventa

y tu eres mon petit lo único pequeño detrás de ti

mismo y un día te desvanecerás al ritmo pequeño

de tu diminuta vida.

 

Siento que lo pequeño es un invento me lo susurró

un día en mi adolescencia una prostituta en un

burdel llamado mon-petit.

 

 

Que no te toque el sol

 

Que no te toque el sol

que no te toque la mañana

que no te digan qué hacer, ni cuándo, ni dónde

que no te pongan un nombre con las cansadas letras del hartazgo

ni te regalen un oficio preñado de tedio

que no te saquen al circo

vuelve a tu casa, a tu cuarto, a tu cama

y sueña por nosotros el sueño de todos

apaga la luz

buenas noches Emily.


Palabras del hambriento

 

El pan

El pan precario

El pan del exilio

El pan ácimo del desierto

El pan sin fermentar

El apresurado pan de los que parten y no llegan

El improbable pan del condenado

Del que nunca sabe

Si está

o se va

si vive

o está muerto

El pan de mis ancestros

el pan sin dios y sin mesa

amozi lehjem min a aretz

te dieron un pan inexistente para tu hambre real

te hundieron en el lodo sin pan ni dignidad

come tu pan sin esperanza, te dijeron

tienes que darlo todo hasta no ser nada

tienes que fingir, bailar con tu máscara

seguir el compás del escarnio

inventa tu rostro, marioneta,

decir buenos días

gracias

por supuesto

vivir la incertidumbre

no saber si mañana van a hornear el pan o

te van a hornear a ti

partir con tu pan sudado bajo el brazo

comer el improbable pan de los muertos de hambre

mi pequeño niño ham4briento

este mundo es un error

Tu vida está en otra parte. 


 



 

Rubén Ackerman (Caracas, Venezuela, 1954 – Cuenca, Ecuador, 2017).

 Publicista con estudios en psicología y sociología en la Universidad Central de Venezuela. Participó en talleres literarios dirigidos por Armando Rojas Guardia, Cecilia Ortiz, Gabriela Kizer y Edda Armas. Co-autor de la antología poética del grupo El ojo errante (Ediciones del Taller Independiente El Pez Soluble, 2009). Varios de sus poemas aparecen publicados en la antología 102 poetas. Jamming (Oscar Todtmann Editores, 2015). Su único poemario publicado en vida es Los ausentes (Dcir Ediciones, 2016), libro que obtuvo la mención Ilustre Municipalidad de Cuenca de la VI edición del Certamen Hispanoamericano de Poesía Festival de La Lira 2017.