jueves, 16 de enero de 2025

Gumersinda Reyes / Colaboraciones Poéticas

 


Ojos que no ven

me decían

y yo

con un corazón terco

incapaz del olvido

te seguía sintiendo.

***

Entre tantas opciones

que hay para el suicidio

yo elegí amarte.

***

Del amor sólo me queda esta herida

que sangra cada vez que te nombro.

***

No hay un idioma para amarte

a ti

que llevas en el sexo

todos los alfabetos del mundo

***

Quise regalarle un sueño

en esta navidad

pero ella no estaba

ni yo tampoco

así que le regalé una almohada

porque una almohada

es lo más parecido a un sueño

***

desnuda en mi cama

el cuerpo de todos mis delitos

***

Una vez amé a una mujer triste

Me hice aguas a su lado

No supimos nadar juntas

Hoy solo somos naufragio

restos de islas sin tierra.

***

Que frágil fue siempre

tu cuerpo en mi cama

Se me partía la entrega

en cada encuentro

Solo fuimos trozos de carne

que hacían del amor

como única respuesta al desamparo.

***

Entre el sueño y la vigilia

el azar

Mis besos

ya sin tu boca

amarrados a la noche

***

Ese vaivén

entre tu vientre

y mi lengua

el recorrido

que siempre

me lleva

a casa

***

Hay un olor a fruta madura

que de entre las piernas se te escapa

Y yo de rodillas

lluevo contigo.

***

Nos llegó el invierno

una helada

cubrió nuestros vientres

y aunque imploramos

a la primavera

ya solo había espina

en nuestros dedos

***

Me fui haciendo

de puro fuego

Y tú cada día

más de paja

alguien tenía que arder

en esta historia

***

Ya no busco sobrevivir al naufragio

ni siquiera eludir este invierno

me conformo con derramar la nostalgia

sin ahogarme

***

Mi cuerpo anunció la primavera

flor abierta

rocío

y tú

a mi lado

en otra estación

tempano de hielo

***

De todos los vicios del mundo

yo preferí tu cuerpo

ese abismo en el cual sucumbo

al más capital

de todos los pecados

***

Yo no dejaba de llover

No sabía cómo

pero tu boca supo contenerme

y en tus manos dispuse todas mis aguas

Escampé

 

 

Gumersinda Reyes

 


Gumersinda Reyes nace en el año 2002 en algún lugar de Santiago de Chile, es mujer, poeta y feminista. Su primer libro titulado EL DESEO DE SAFO, está en proceso de edición.

Javier Velázquez Ayala / Colaboración Poética

 


Desafío

 

El reto estaba hecho:

mirarnos sin pestañear.

Las reglas eran simples:

si pestañeas primero,

yo te beso;

si pestañeo primero,

tú me besas.

 

–¡Es lo mismo!

dijiste sorprendida.

–Eso es asunto de otra apuesta,

respondí seguro de mí.

 

Léeme con los dedos

 

Dame una boca en el beso,

dame una piel en la caricia,

dame un ojo en la mirada,

dame una oreja en las palabras,

dame un poema en los suspiros,

dame un deseo en la gota de saliva,

dame una noche en el sexo.

Y, cuando termines,

dame una sed en el vaso de agua.

 

Me gusta ver llover

 

La lluvia es el animal más hermoso

que existe sobre la tierra.

A veces, cae en cachitos

y otras de sopetón sobre el pavimento.

Como un gato, refriega su piel

en el piso y deja un olor a tierra mojada

que se me mete por las narices.

 

Utopía

 

Entre la espuma,

los peces y

los sargazos,

el mar se llevó

las huellas

de los pies desnudos

de la mujer que un día

habitó mi piel.

Voy tras ella.

Si no la veo,

llegando al horizonte,

me regreso.

 

Monólogo con policía en el cine

 

Pero cuáles faltas a la moral, oficial,

sólo fue un beso

–bueno, también su pezón izquierdo–.

Además, en la última fila, nadie nos veía.

 

¡Esa señora es una chismosa!

y la película era muy mala.

 

 

 

 

Javier Velázquez Ayala. Ciudad de México, 1959.

Estudié la carrera de Letras Hispánicas en la UNAM y la Especialidad de Literatura Mexicana en la UAM. Me desempeñé como docente, en preparatoria y secundaria. durante más de 30 años.     

Escribo principalmente poemas y un poco de cuento. Mi mayor logro en este rubro fue ganar el Primer Concurso de Atragante de Letras, Pecados Capitales, con el poema “Golosinas”, convocado por la UNAM.