jueves, 8 de octubre de 2020

Adélia Prado / Con licencia poética

 



Con licencia poética


Cuando nací un ángel delgado,

de los que tocan la trompeta, anunciaron:

llevará bandera.

Trabajo muy pesado para mujeres,

Esta especie todavía está avergonzada.

Acepto los subterfugios que me quedan,

sin tener que mentir

No soy feo, no puedo casarme

Encuentro en Río de Janeiro una belleza y

a veces sí, a veces no, creo en el parto sin dolor.

Pero lo que siento lo escribo. Cumplo el destino.

Inaugurados linajes, reinos profundos

El dolor no es amargura.

Mi tristeza no tiene pedigrí,

ya mi deseo de alegría

tu raíz va a mi mil abuelo.

Ser cojo en la vida es un maldito hombre.

La mujer es desplegada. Yo soy.


Adélia Prado (Minas Gerais, Brasil 1935)

Poeta y escritora de literatura brasileña contemporánea. Además de poesía, ha escrito novelas y cuentos donde explora, en gran medida, el tema de las mujeres.


Louise Glück / Selección de poemas

 




EL ESPEJO

 

Mirándote ante el espejo me pregunto

qué se sentirá ser tan hermoso

y por qué en vez de amarte a ti mismo

te cortas, rasurándote como un ciego. Creo que me permites observar

de manera que puedas volverte contra ti mismo

con mayor violencia,

necesitado de mostrarme cómo rasgas la carne

desdeñosamente y sin titubeos,

hasta que te veo correctamente,

como un hombre herido, no

el reflejo que deseo.

 

***

 

MALAHIERBA

 

Algo

llega al mundo sin ser bienvenido

y llama al desorden, al desorden.

Si tanto me odias

no te molestes en buscar

un nombre para mí: ¿necesitas

acaso un desdoro más

en tu lenguaje, otra

manera de culpar

a la tribu por todo?

Ambos lo sabemos,

si adoras a un dios, necesitas

sólo un enemigo.

Yo no soy el enemigo.

Sólo soy una treta para ignorar

lo que ves que sucede

aquí mismo en esta cama,

un pequeño paradigma

del fracaso. Una de tus preciosas flores

muere aquí casi a diario

y no podrás descansar

hasta enfrentarte a la causa, es decir,

a todo lo que queda,

a todo aquello que es más fuerte

que tu pasión personal.

No estaba escrito

permanecer para siempre en este mundo.

Pero por qué admitirlo, si puedes seguir

haciendo lo de siempre,

lamentándote y culpando,

las dos cosas a la vez.

No necesito que me alabes

para sobrevivir. Llegué aquí primero,

antes que tú, antes

de que sembraras un jardín.

y estaré aquí cuando el sol y la luna

se hayan ido, y el mar, y el campo extenso.

Y yo conformaré el campo.

 

***

 

EL IRIS SALVAJE

 

Al final del sufrimiento

me esperaba una puerta.

Escúchame bien: lo que llamas muerte

lo recuerdo.

Allá arriba, ruidos, ramas de un pino vacilante.

Y luego nada. El débil sol

temblando sobre la seca superficie.

Terrible sobrevivir

como conciencia,

sepultada en tierra oscura.

Luego todo se acaba: aquello que temías,

ser un alma y no poder hablar,

termina abruptamente. La tierra rígida

se inclina un poco, y lo que tomé por aves

se hunde como flechas en bajos arbustos.

Tú que no recuerdas

el paso de otro mundo, te digo

podría volver a hablar: lo que vuelve

del olvido vuelve

para encontrar una voz:

del centro de mi vida brotó

un fresco manantial, sombras azules

y profundas en celeste aguamarina.

 

***

 

NIEVE DE PRIMAVERA

 

Mira el cielo nocturno:

en mí poseo dos personas, dos clases de poder.

 

Estoy aquí contigo, en la ventana,

observando tu reacción. Ayer

la luna se alzó sobre la tierra mojada del jardín.

Hoy la tierra brilla igual que la luna,

como materia muerta, encostrada de luz.

 

Ahora puedes ya cerrar los ojos.

He escuchado tus llantos, también

los llantos anteriores a los tuyos,

y he sido sensible a sus demandas.

Te mostré lo que querías:

no la convicción sino el sometimiento

a la autoridad, que descansa en la violencia.

 

***

 


AMOR BAJO LA LUZ DE LA LUNA

 

A veces un hombre o una mujer imponen su desesperación

a otra persona, a eso lo llaman

alternativamente desnudar el corazón, o desnudar el alma.

(Lo que significa que para entonces adquirieron una.)

Afuera, la tarde de verano, todo un mundo

arrojado a la luna: grupos de formas plateadas

que podrían ser árboles o edificios, el angosto jardín

donde el gato se esconde para revolcarse en el polvo,

la rosa, la coreopsis y, en la oscuridad, la cúpula dorada del capitolio

transformada en aleación de luz de luna,

forma sin detalle, el mito, el arquetipo, el alma

llena de ese fuego que en realidad es luz de luna,

tomada de otra fuente, y brilla

unos instantes, como brilla la luna: piedra o no,

la luna sigue estando más que viva.

 

***

 

EL ESPINO

 

Al lado tuyo, pero no

de tu mano: así te miro

andar por el jardín

de verano: las cosas

que no pueden moverse

aprenden a mirar. No necesito

perseguirte a través

del jardín; en cualquier parte

los humanos dejan

señal de lo que sienten, flores

esparcidas en el polvo del camino, todas

blancas y doradas, algunas

levemente alzadas

por el viento de la tarde. No necesito

seguirte adonde estás ahora,

hundido en la ponzoña de este campo, para

saber la causa de tu huida, de tu humana

pasión, de tu rabia: ¿por qué otra cosa

dejarías caer todo aquello

que has acumulado?

 

***

 

ESCILA

 

No yo, tonta, no yo sino nosotras, nosotras: olas

azules y celestes como

una crítica al cielo: ¿por qué

atesoras tu voz

si ser algo es lo que sigue

a no ser nada?

¿por qué alzas los ojos?, ¿para oír

algo así como un eco de la voz

de dios? Sois todos iguales:

solitarios, de pie sobre nosotras, planificando

vuestras vidas absurdas; vais

donde se os manda, como todas las cosas,

donde el viento os plante, unos y otros

mirando siempre

hacia abajo, viendo alguna imagen

del agua y escuchando qué: olas,

y sobre las olas, pájaros cantando.

 

***

 

LAMIUM

 

Así se vive cuando tienes un corazón helado.

Como yo: entre sombras, arrastrándose sobre la roca fría,

bajo las copas inmensas de los arces.

 

El sol apenas me alcanza.

A veces, al comenzar la primavera, lo veo elevarse a lo lejos.

Luego crecen las hojas sobre él, hasta cubrirlo todo.

Siento su brillo entre las hojas, vacilante,

como quien golpea un vaso con una cuchara de metal.

 

No todos necesitan de la luz

en igual medida. Algunos

creamos nuestra propia luz: una hoja plateada

como un sendero que nadie puede recorrer, un lago de plata

poco profundo bajo la oscuridad de los arces.

 

Pero esto ya lo sabes.

Tú y aquellos que piensan

que viven por la verdad, y en consecuencia,

aman todo lo que es frío.

 

***

 


MAITINES

 

Perdóname si digo que te amo: a los poderosos

se les engaña siempre, los débiles

son siempre manejados por el miedo. No puedo amar

lo que no puedo concebir, y tú no revelas

virtualmente nada: ¿acaso te asemejas al espino,

siempre la misma cosa en el mismo lugar,

o a la dedalera inconsistente, que brota primero

como espiga rosada en la ladera, junto a las margaritas,

y al año siguiente es púrpura en el rosedal? Ya ves

lo inútil que es este silencio que promueve en nosotros la creencia

en que tú puedes ser todas las cosas, la dedalera y el espino, la vulnerable

rosa, la terca margarita; nada nos queda sino pensar

que no podrías existir. ¿Es eso lo que quieres

que pensemos?, ¿lo que explica el silencio esta mañana,

los grillos cuyas alas no se frotan, los gatos

que en el patio no pelean?

 

***

 

OCTUBRE

 

5.

 

Es cierto que falta belleza en el mundo.

Es cierto también que no soy la indicada para restituirla.

Tampoco hay candor, pero ahí puedo ser útil.

 

Estoy

trabajando, aunque me calle.

 

La insulsa

miseria del mundo

nos atenaza, un callejón

con hileras de árboles; somos

compañeros aquí, sin hablar,

cada uno con sus pensamientos

tras los árboles, las puertas

de hierro de las casas,

las persianas cerradas

en cuartos de algún modo vacíos, abandonados,

como si fuera el deber

del artista crear

esperanza, pero a partir de qué? de qué?

 

La palabra misma

es falsa, un instrumento que refuta

la percepción. En el cruce,

los adornos luminosos de las fiestas.

 

Fui joven aquí. Montaba

en el metro con mi librito

como para protegerme

de este mismo mundo:

 

no estás sola

decía el poema

en el túnel oscuro.

 

***

 

MEMORIA PRIMERA

 

Hace mucho, estaba herida. Vivía

para vengarme

de mi padre, no

por lo que él era...

por lo que yo era: desde el principio del tiempo,

en la infancia, pensé

que el dolor significaba que no era amada.

Significaba que yo amaba.

 

***

 

EL SUFRIMIENTO DE CIRCE

 

Al final, hice que

tu mujer me conociera como

un dios haría, en su propia casa, en

Ítaca, una voz

sin un cuerpo: ella

paró de tejer, su cabeza se volvió

primero a la derecha, luego a la izquierda.

Aunque era por supuesto imposible

identificar la procedencia

de ese sonido: dudo

que vuelva a su telar

con lo que ella sabe ahora. Cuando

la vuelvas a ver, dile

que así es como se despide un dios:

si estoy en su cabeza para siempre

estoy en tu vida para siempre.

 

***

 


LAGO EN EL CRÁTER

 

Entre el bien y el mal hubo una guerra.

Decidimos que el cuerpo fuese el bien.

 

Eso hizo que el mal fuese la muerte,

que el alma se volviera

completamente en contra de la muerte.

 

Como un soldado que desea

servir a un gran señor, el alma

desea cerrar filas con el cuerpo.

 

Se puso en contra de la oscuridad,

en contra de las formas de la muerte

que reconocía.

 

De dónde viene la voz

que dice: y si la guerra

fuese el mal, que dice

 

y si fue el cuerpo el que nos hizo esto,

nos hizo tener miedo del amor.

 

***

 

CELINDA

 

No es la luna, te aseguro.

Son esas flores

que encienden el patio.

Las odio.

Las odio como odio el sexo,

la boca del hombre

sellando mi boca,

el cuerpo paralizante del hombre,

y el grito que siempre se escapa,

la sorda y humillante

promesa de unión.

Esta noche en mi mente

oigo la pregunta y subsiguiente respuesta

fundida en un sonido

que crece y crece

hasta que se rompe en las viejas identidades,

los cansados antagonismos. ¿Lo ves?

Hemos hecho el ridículo.

Y el olor de la celinda

se cuela por la ventana.

¿Cómo puedo descansar?

¿Cómo puedo ser feliz

cuando aún existe

ese aroma en el mundo?

 

***

 

LEY NO ESCRITA

 

Interesante cómo nos enamoramos:

en mi caso por completo, del todo,

y, oh, a menudo,

así fue en mi juventud.

Y siempre de hombres aniñados,

amorfos, sombríos, que daban tímidas patadas

a las hojas muertas:

como Balanchine.

Ni siquiera los veía como distintas versiones de lo mismo.

Yo, con mi inflexible platonismo,

con mi empeño en ver las cosas una a una,

me alcé contra el artículo indefinido.

Y así, los errores de mi juventud

me hundieron en la desesperanza,

porque se repetían,

como suele ocurrir.

Pero en ti percibí algo ajeno al arquetipo,

una verdadera expansión, un optimismo

y un amor a lo terrenal

que no conocía mi carácter. Con orgullo

bendije la buena suerte de tenerte.

La bendije por completo, al igual que aquellos años.

Y tú, a sabiendas y con crueldad

me enseñaste poco a poco el sinsentido

de esa palabra.

 

***

 

EL JARDÍN

 

No puedo hacerlo nuevamente,

difícilmente soportaría verlo;

 

bajo la tenue lluvia del jardín

la joven pareja siembra

un surco de guisantes, como si

nadie lo hubiese hecho nunca:

los grandes problemas todavía

no han sido enfrentados ni resueltos.

 

Ellos no pueden verse

en el polvo fresco aún, empezar

sin ninguna perspectiva,

con las colinas al fondo, verdes y pálidas,

nubladas de flores.

 

Ella desea detenerse;

él desea llegar hasta el fin,

permanecer en las cosas.

 

Mírala a ella tocar su mejilla,

pedirle una tregua, los dedos

ateridos por la lluvia primaveral;

en el pasto tierno estrellan rojos azafranes.

 

Aun aquí, aun en los comienzos del amor,

su mano al abandonar la cara

da una impresión de despedida,

 

y ellos se creen

capaces de ignorar

esta tristeza.

 

***

 


Louise Elisabeth Glück (Nueva York, 1943)

Premio Nobel de Literatura 2020

Es autora de once libros de poesía, entre los que se incluye Averno, The seven ages, Vita Nova, por el que fue galardonada con el Premio de Poesía de The New Yorker, Meadowlands, The Wild Iris (El iris salvaje), que recibió el Premio Pulitzer de poesía y el Premio William Carlos Williams de la Poetry Society of America, Ararat que recibió el Premio Nacional de poesía Rebekah Johnson Bobbit; y The triumph of Achiles que recibió, entre otros, el National Book Critics Circle Award. 'The First Four Books es una compilación de su poesía temprana.

También ha publicado una colección de ensayos, Proofs and Theories: Essays on Poetry(1994) que ganó el PEN Martha Albrand Award for Nonfiction. La editorial Sarabande Books publicó en formato de bolsillo un nuevo poemario constituido por seis partes, titulado October. En 2001 la Universidad de Yale concedió a Louise Glück su Bollingen Prize premio de poesía que concede de forma bienal a un poeta destacado por su obra. Entre otros galardones y honores se incluyen el Lannan Literary Award, el Sara Teasdale Memorial Prize, la Medalla al mérito del MIT y diferentes ayudas y becas a la creación de instituciones como la Guggenheim y la Rockefeller.

Sus poemarios en lengua inglesa son: Firstborn (New American Library, 1968), The House on Marshland (Ecco Press, 1975),The Garden (Antaeus, 1976), Descending Figure (Ecco Press, 1980), The Triumph of Achilles (Ecco Press, 1985), Ararat (Ecco Press, 1990), The Wild Iris (Ecco Press, 1992), The First Four Books of Poems (Ecco Press, 1995), Meadowlands (Ecco Press, 1997), Vita Nova (Ecco Press, 1999), The Seven Ages (Ecco Press, 2001), Averno (Farrar, Straus and Giroux, 2006).

Su obra en prosa, también en inglés: Proofs and Theories: Essays on Poetry (Ecco Press, 1994).

Su obra traducida al castellano: El iris salvaje. Editorial Pre-Textos. 2006. La diferencia entre Pepsi y Coca-Cola: antología de poesía norteamericana contemporánea. Traductor: Julio Mas Alcaraz. Editorial Vitruvio, 2007. Ararat. Editorial Pre-Textos. 2008. Poesía selecta. Traductor: Beverly Pérez Rego. Caracas: Universidad Metropolitana, Colección Luna Nueva, 2008. Las siete edades. Editorial Pre-Textos. 2011. Averno. Editorial Pre-Textos. 2011. 

Material recopilado de diferentes archivos y blogs en la web