Selección del poemario Océano de Voces
(Inédito)
2do
Premio de Poesía del Club Rotary Cid Campeador 2020 (Argentina)
Sufrir
el poema es adentrarse en su piel
morir
en su construcción mientras descubrimos
que
es nuestro ser el que se adhiere a la pagina
y
nuestra sangre huele a tinta.
**
Carezco
de la valentía para enfrentar mis demonios
me
escondo en este espacio
donde
los bordes filosos del papel
les
rasgan las fuerzas
y la
bondad de las palabras
me
sirven de exorcismo.
**
Allí,
donde
el camino espiritual pierde su esencia,
el
camino poético abre sus puertas
y
nos redime.
Selección
del Poemario Mirada de Espejo publicado en 2022 por Ediciones
Palíndromus. Venezuela.
Mirada
I
Frente
a ti
un
rostro
(de
quién es esa voz que te habla desde lejos)
Junto
a ti
un
soplo
(el
respiro de alguien caído hace mucho tiempo)
En
tu voz
un
grito
(aquel
que levantaste en la lucha — en la guerra)
En
tu ser
una
idea
(morir
lentamente al compás de una hoguera)
En
tu cuerpo
un
fruto
(el
que hace tanto mordiste y hoy alimentas)
Frente
a ti
un
camino
(el
desdén de la libre escogencia)
Junto
a ti
una
casa
(hogar
— núcleo — niñez —
¿Lo
que tú quieras?)
En
tu sangre
un
ritmo
(silencioso
eslabón — nota tras nota — en tus caderas)
Mas
en ti
en
ti
la
esperanza
(la
increíble y sucedánea fe ciega)
En
tu mundo
en
tu vida
¿Quién
más que tú para ser eterna?
Mirada
de espejo
Una
bruja reconoce a otra bruja
por
su silencio
siempre
constante tras la palabra.
Una
bruja se mira a sí misma
desnuda
en los ojos de su amante.
Una
bruja es ante todo una bruja
una
mujer de carne y hueso.
Pero
¿Qué es una bruja, sino un montón de ideas mitificadas?
(lasitud
justificada en los siglos)
Una
bruja —después de todo—
reconoce
a otra bruja
por
su cabello
y
esa mirada misteriosa
que
busca en los ojos la verdad del alma
una
mirada inequívoca
mirada
de espejo.
Una
mujer
Una
mujer
es
un alma de doble filo
un
punto equidistante
entre
lo humano y lo divino.
Una
mujer es aire
volátil
y etérea.
Es
fuego
brazas
encendidas al compás de un Kama Sutra
de
la ira
de
un parto.
Una
mujer por sí sola es mujer
amazona
citadina acompañada
solitaria
es
mujer pues en su esencia
vive
una llama:
la
resignación de que algún día
aunque
no quiera
se
hará cargo de una casa.
Manifiesto
de Ally McBeal
Después
de los ’90
las
mujeres ya no piensan
en
los hijos o en las flores,
no
se creen los cuentos de amor
ni
van por la vida como por un bosque.
Las
mujeres de esta época
piensan
más en el dinero,
el
placer, la tecnología o el fútbol.
Una
mujer que sienta instinto maternal
es
una mujer definitivamente criada
con
muñecas y juegos de cocina,
nunca
tuvo, al menos en su infancia,
una
computadora, ni mucho menos,
una
amiga que le hablara de anticonceptivos.
Estas
mujeres ya no esperan
al
príncipe que les resuelva todo,
sus
azules están en la ropa,
en
los autos o en otros lugares
donde
los hombres no tienen cabida.
Es
cierto que aun sueñan
pero
sueñan con sus viajes,
doctorados
y adquisiciones.
Las
que tienen un hombre
lo
consideran una pieza más de su colección,
un
amante
que
corre el riesgo de perderlo todo
si
se emociona más de la cuenta.
Las
mujeres de los ’90 vuelan
porque
su pasión son los aviones
sin
embargo,
a
las del nuevo siglo
sólo
les queda la esperanza,
la
inútil esperanza,
de
conseguir un día
un
lugar que les permita
vivir
eternamente solas,
sin
la posibilidad de sentir
alguna
vez
otro
amor más que el propio.
Estar
sin otros, sólo con ellas
y
unirse al grito armonioso que reza:
hablen
lo que quieran
estoy
conmigo.
María Luisa Angarita (1982) es poeta y escritora venezolana. Ha publicado los poemarios Mundo Ambiguo (2000), Ecos de
la Ficción (2011) y Mirada de Espejo (2022). Ganadora del Premio de
Poesía Inter liceísta Sergio Medina (Venezuela, 1999) con el
poemario Mundo Ambiguo. En el 2020 obtuvo el segundo lugar del Premio de
Poesía Rotary Cid Campeador con su poemario Océano de Voces. En
el mismo año obtuvo el tercer lugar del Certamen Cartas desde las
Diáspora (Argentina). Textos suyos se han publicado en diferentes
medios nacionales e internacionales en formato físico y digital.