Si ordeno indistintamente
la geografía de tu cuerpo
¿Tiene el mismo valor
el fémur izquierdo que el corazón?
Los puntos limítrofes
no existen,
con una goma de borrar Dos Banderas
quito las fronteras
entre el río Paraná y mi bosque de
araucarias
así entonamos los mismos acordes,
en fa se anuncia el nuevo latido
y el canto nos regala el silencio.
No quiero ser mujer de arena,
dueña de una áspera memoria,
sólida a veces.
Alcanza el oxígeno
de nuestra exhalación
para volverse viento del este.
***
Dice la fotografía: año 1964.
También que los huesos parietales se
desencastran una vez en la vida.
¿Qué hace un puma en un campamento
petrolero?
Fractura expuesta en las ideas,
grado uno.
Se llama Napoleón, inmortalizado en
blanco y negro. A su lado, en cuclillas, está mi padre con un sobretodo gris.
Ambos comparten la misma mirada
tosca.
Su olfato no distingue el peligro, duerme
atado siempre al mismo álamo.
¿Quién era él antes de ser mi padre
y yo su idea?
Los sueños tan imposibles como el
amor,
tiene rota la esperanza hasta el
final.
Se pregunta con qué palabras riman
libertad, fraternidad, igualdad.
Envejeció solo,
anhelando rugidos y competir con el
viento sur.
***
Temporada de tormentas
Me llevó varias horas impensadas
aprender sobre la lluvia en verano,
del sopor pesado
que queda prendido en el aire
y la humedad deslizada en la piel.
Todavía tengo miedo de las tormentas
eléctricas
me producen reverencias ingenuas
de niña asustada
Frente a los fenómenos de la luz
tiemblo y salto en la cama,
se expanden mis pupilas
con los relámpagos.
Por primera vez, en cincuenta años
veo una centella
fugaz poderosa
quema el enchufe de mi mesita de luz
me recuerda al destello luminoso
de tu piel en las mañanas.
Yo vi tu corazón
brillante sobre el mic
cavo y cavo
en una mano
en tu hombro izquierdo
hasta adentrarme
-mujer topo-
sigo el sonido que late:
estoy en casa.
***
Crónicas de las lluvias que recuerdo
Curva, pedaleo, contra curva.
El destino es Oruro, Bolivia antes
de que empiece el carnaval.
La montaña es absoluta, abarca todo
el paisaje.
Tras la loma dicen los que saben,
otra loma digo yo.
No sabía que mi cuerpo podía guardar
tanta agua.
Dormimos en un establo, tal vez
somos como María y José.
Seis pares de ojos negros, en
escalerita, nos miran desde el rincón de la pared marrón. Cantamos canciones
para abrazar la distancia y brilla la armónica en la puna.
Pitido en el celular,
día sesenta dice mi madre sigue
lloviendo.
En noviembre, en la Patagonia
argentina el lago Lacar avanza hacia el viejo hospital, amenaza con devorarse unas
cuadras de la ciudad, intenta volver al origen.
Camino hasta el arroyo Pocahullo por
la calle Teniente Coronel Pérez, la tela del jean se me pega, el agua limita su
borde en mis rodillas
And its hard
to hold the candle in the cold November rain.
Quiero decir presente en la
asistencia diaria, fijarme esta fotografía en la memoria.
Cruzo el
puente.
Walking
away.
Llovió también cuando vos naciste,
mis aguas dieron luz a tu piel.
Este día no es San Valentín, un
catorce de febrero y nunca lo será para mí.
Desde mi ventana observo con
monotonía como transcurre fina la cortina de agua en el barrio Cigarrales B. El
mundo parece traslúcido y acuático.
No alcanzo a imaginar las olas y el
barro que vendrán.
La inundación me mantuvo a salvo,
llueve en mí,
igual adentro que afuera.
Lara
Fortina, escritora y profesora de Yoga.
Nace
en primavera de 1975 en San Martín de los Andes, provincia del Neuquén
Vive
actualmente en Rio Ceballos, provincia de Córdoba, Argentina.
Obra
Libro
Vida Cotidiana por Halley ediciones, 2023.
10
poemas Ediciones_ emeDN noviembre 2023 Argentina/Uruguay
Notas
para una práctica diaria de Yoga Revista en red, España. 2023.
Colaboración
poética en las revistas: Iguales vol 2#1, México; Jauja número 2 Chile, Rabiosa
Metamorfosis número 7 UNL, Argentina, Flor de Ave.
Muestra
de Arte colectiva “Miradas de un mundo pequeño”. Academia Nacional de Ciencias,
Córdoba, Argentina 2024.