sábado, 15 de agosto de 2020

Tomás Segovia / (3 poemas )

 


Canciones sin su música

 

Porque te voy a ver tal vez mañana

y porque aún palpita, aunque dolido el tiempo

por un instante pacto con mi historia

puedo al fin dar tu rostro a este abandono

poner mi nombre a aquél que desangraste

llamar mi vida a este naufragio

saber que fue todo verdad tu amor

y fue tu desamor verdad del todo

eras tú quien me alzaba de la sombra

y hecha sombra impensable eras tú quien me hería

confieso que te quise salvadora o maligna

mi esplendor o mi muerte eran tu ministerio

y yo te amaba en todos tus poderes

todo lo supe fue ese abismo el que quise

y hoy todavía para mí ya no hay mañana

sino por la violencia con que espero

por mi bien o mi mal volver a verte

una vez más una sola vez más

siempre una sola siempre

una misma vez más.

 


Dicho a ciegas

 

Di si eran éstas las palabras

Míralas bien

Córtalas con cuidado

Y vamos a guardarlas

Sepultadas debajo de la casa

Tesoro rescatado

Devuelto al culto

Palabras guarecidas

Mantenidas en vida

Que de secreto se alimentan

Reverenciadas en su catacumba

Ocultas mientras dure afuera

         la locura lasciva del lenguaje

Para sólo sacarlas

Cuando pisemos el silencio soberano

En la omnisciente noche de la afasia

Y antes de que la clave se nos borre

Mirarlas un instante en su esplendor

Carne verbal viviente en el silencio

Inmaculadas concepciones

Rompedoras del círculo vicioso

Otra vez mediadoras

Para que se hagan mutuos mediadores

Dos que dicen tú y yo

Antes de que la noche del amor los borre

Mas todo está fundado si al borrarse se hablan.

 

  

El extranjero

 

No le toques los pechos Extranjero

A esta sombra con fiebre que esta noche

Anocheció tan hembra

Por los linderos de los residentes

Todo el verano es de ellos

Escúchalos dichosamente extraviados

Sin saber cómo hacer

Para entender bajo sus propias voces

Este lamento de la plenitud

Que tan claro se oye en tu silencio

Y tienes que vagar a solas

Por las quietas afueras de su fiesta

Y poner sólo ecos distantes

En tu ramo nocturno en la sombra cortado

Y bañarte tan solo en murmullos de espumas

No saben que su amo

Tiene en ti un siervo más

Que también el verano te devuelve un rato

Tu corazón con llaga

Nadie sabe aquí el nombre

De tu amor extranjero

Y tienes que alejarte al borde de la noche

A decirlo a sus muertos

Que duermen allá afuera y que piensan en ti

Tras sus pesados párpados cerrados.

 

Tomás Segovia (España, 1927 - Ciudad de México, 2011) fue un escritor, poeta y ensayista español, naturalizado mexicano. Galardonado en varias ocasiones, fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia en 1972, por Terceto, obtuvo el Premio Magda Donato en 1974, y el Premio Alfonso X de Traducción en 1982, 1983 y 1984. Fue ganador del Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo en 2000, del XV Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo en 2005,7 y del Premio Extremadura a la Creación en 2007.