Canciones
sin su música
Porque te
voy a ver tal vez mañana
y porque
aún palpita, aunque dolido el tiempo
por un
instante pacto con mi historia
puedo al
fin dar tu rostro a este abandono
poner mi
nombre a aquél que desangraste
llamar mi
vida a este naufragio
saber que
fue todo verdad tu amor
y fue tu
desamor verdad del todo
eras tú
quien me alzaba de la sombra
y hecha
sombra impensable eras tú quien me hería
confieso
que te quise salvadora o maligna
mi
esplendor o mi muerte eran tu ministerio
y yo te
amaba en todos tus poderes
todo lo
supe fue ese abismo el que quise
y hoy
todavía para mí ya no hay mañana
sino por
la violencia con que espero
por mi
bien o mi mal volver a verte
una vez
más una sola vez más
siempre
una sola siempre
una misma
vez más.
Dicho a
ciegas
Di si
eran éstas las palabras
Míralas
bien
Córtalas
con cuidado
Y vamos a
guardarlas
Sepultadas
debajo de la casa
Tesoro
rescatado
Devuelto
al culto
Palabras
guarecidas
Mantenidas
en vida
Que de
secreto se alimentan
Reverenciadas
en su catacumba
Ocultas
mientras dure afuera
la locura lasciva del lenguaje
Para sólo
sacarlas
Cuando
pisemos el silencio soberano
En la
omnisciente noche de la afasia
Y antes
de que la clave se nos borre
Mirarlas
un instante en su esplendor
Carne
verbal viviente en el silencio
Inmaculadas
concepciones
Rompedoras
del círculo vicioso
Otra vez
mediadoras
Para que
se hagan mutuos mediadores
Dos que
dicen tú y yo
Antes de
que la noche del amor los borre
Mas todo
está fundado si al borrarse se hablan.
El
extranjero
No le
toques los pechos Extranjero
A esta
sombra con fiebre que esta noche
Anocheció
tan hembra
Por los
linderos de los residentes
Todo el
verano es de ellos
Escúchalos
dichosamente extraviados
Sin saber
cómo hacer
Para
entender bajo sus propias voces
Este
lamento de la plenitud
Que tan
claro se oye en tu silencio
Y tienes
que vagar a solas
Por las
quietas afueras de su fiesta
Y poner
sólo ecos distantes
En tu
ramo nocturno en la sombra cortado
Y bañarte
tan solo en murmullos de espumas
No saben
que su amo
Tiene en
ti un siervo más
Que
también el verano te devuelve un rato
Tu
corazón con llaga
Nadie
sabe aquí el nombre
De tu
amor extranjero
Y tienes
que alejarte al borde de la noche
A decirlo
a sus muertos
Que
duermen allá afuera y que piensan en ti
Tras sus
pesados párpados cerrados.
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