lunes, 16 de noviembre de 2020

Diana Carolina Daza Astudillo / (4 poemas)

 





La clase de piano

 

Como queja de lluvia

agitando la piel de los viejos tejados

viajaban las manos de la maestra  por el piano.

Como migajas de pan fresco

las notas se fueron clavando

en las paredes de la memoria de la niña

mancándole el camino hacia la jaula

donde  envejece cantando

para cumplir su condena.

 

 

Coleccionistas de sombreros

 

Tejidos con viento de campo

canto obrero

grito de la tierra

con cintas al cuello:

azules, verdes y rojas

cuelgan los sombreros

en  los muros del corazón de la amada.

Cada uno guarda el recuerdo

del  recorrido por un pueblo

calle arriba

 

calle abajo

de la mano de su románico coplero.

Soles de trigo y mango

fueron testigos de las confesiones mudas

que acompañaron sus pasos.

Calle arriba

calle abajo

fueron los amantes

coleccionando sombreros

para sellar la historia de su amor

en cada viaje.

 

 

A cada patio le corresponde una despedida

 

Mueren los patios

porque los pájaros

ya no buscan la clandestinidad de su abrazo

para levantar sus nidos

cuando las huellas de perros

dejan de ser llovizna, desorden y mugre

el silencio saltando lazo con el silencio

es lo único que los sacude.

 

 

 

El patio de mi casa  muere

porque los viejos han comenzado a enfermarse

y  con ellos las plantas

que  agonizando se preguntan:

¿Ahora, quién calmará la sed?

 

 

Carta a Alejandra Pizarnik

 

El hastió por un padre, una madre y una hermana, condenados a los buenos modales. Demonio oculto bajo un rostro agrietado por la juventud o ángel incomprendido buscando la libertad en una habitación cubierta de sombras y fotografías.

 

Sartre y las anfetaminas. Sasha, Flora, Buma, Blumita o Blímile o todas juntas desangrándose en las páginas. Una cajetilla tras otra consumida a escondidas. Olga, Liz, Julio y Bretón. El reposo en un pecho de cuarenta, el deseo ausente en una boca de veinte, el amor como naufrago, la soledad como gobierno.

 

Alejandra, tu nombre ensordece, puedes estar tranquila, dejaste de ser esa pregunta tartamuda, rebotando en un abismo.

 


Diana Carolina Daza Astudillo (Bogotá, 1980)

Poeta y promotora cultural. Textos suyos han sido publicados en revistas de creación literaria y suplementos de Colombia, Ecuador, Chile, Venezuela y México. Ha sido invitada a encuentros de creación literaria en Colombia, Venezuela y Ecuador. En el 2003 publicó con la colección «Aquí estamos decena» de la editorial Funcreta, el poemario El abrazo de los días grises, en el 2010 participó en la publicación colectiva Domingo, vendedor de globos con el Laboratorio de Escritura de las Américas. Actualmente dirige el proyecto editorial independiente Piedra de Toque. En el año 2013 editó el poemario El nacimiento de la gargolena con la colección estampillas poéticas. Actualmente trabaja como artista formadora en el área de literatura con el IDARTES en el proyecto CLAN y apoya el trabajo cultural de la Galería 4-19 en Bogotá la Fundación Casa de hierro en Barranquilla.