Impostor
Mi corazón late inquieto
Desde que te conoció
Pareciera que el tiempo se frenó
Y todo avanza menos yo.
Ella es mi punto débil
Ha llenado el espacio
Que creía vacío
Y lo ha vuelto frágil.
A un fuego violento
Que no quema
Pero arde por dentro
Y se propaga por mis venas.
Alcanza mi núcleo y enciende
El botón de reinicio
La tecla de volver al principio
Donde todo aún está verde.
El rubor me delata
Cuando su risa desenmascara
A mi corazón impostor.
Cautivos
Tenía una mirada fría
Su tono de piel a veces hasta pálida
Paradoja de sus caricias tan cálidas
Manos coincidentes con las mías.
Disfrazando nuestro amor en un pasillo
Sentimientos saciados de rebeldía
Encerrados en una celda de cobardía
Atrapados en lo que creímos un castillo.
Cautivos de un amor inocente
Locos por un amor de dos polos
Dichosos de no volver a sentirnos solos
Prisioneros de una pasión demente.
Nos dejamos llevar por la magia
Perdimos en nuestro propio juego
Víctimas de nuestros ojos ciegos
Invadidos otra vez por la nostalgia.
Inmensas ganas de volver a amar
Enamorado de la cabeza a los pies
Siempre buscándote en otro lugar.
Temblor
Seducido por un encuentro furtivo
Su sonrisa coqueta
Me inspira
Y se ha vuelto adictivo.
Figura imponente
Piel erizada
Pupilas dilatadas
Siento que tiembla
Cuando caminas
A mi alrededor
Cada que te acercas
Silenciosa como un rumor.
Todo lo que alguna vez
Causo dolor
O temor
Desaparece.
Retumba
Me tocas
Y se siente el temblor.
Gema
Su corazón tiene forma de rubí
Tejido con lava
De hilos hirvientes
Volcán de erupción activa.
Sus ojos esmeraldas
Prometen un bosque
Verde y próspero
Amazónico y salvaje.
Su cabello se tiñe de ámbar
En ese instante
Justo en el ocaso
Su sonrisa es tan valiosa como un diamante
Cristalizada en un zafiro
Brilla aun de noche
Y en las tinieblas
Ella es talismán
Es una joya
Un amuleto
Tan preciada como una gema.
Felipe Eduardo Pérez Carrasco, 19 de octubre de 1993, Antofagasta, Chile. Autor
de 2 poemarios publicados.