EL ESPEJO
Mirándote
ante el espejo me pregunto
qué se
sentirá ser tan hermoso
y por qué
en vez de amarte a ti mismo
te
cortas, rasurándote como un ciego. Creo que me permites observar
de manera
que puedas volverte contra ti mismo
con mayor
violencia,
necesitado
de mostrarme cómo rasgas la carne
desdeñosamente
y sin titubeos,
hasta que
te veo correctamente,
como un
hombre herido, no
el
reflejo que deseo.
***
MALAHIERBA
Algo
llega al
mundo sin ser bienvenido
y llama
al desorden, al desorden.
Si tanto
me odias
no te
molestes en buscar
un nombre
para mí: ¿necesitas
acaso un
desdoro más
en tu
lenguaje, otra
manera de
culpar
a la
tribu por todo?
Ambos lo
sabemos,
si adoras
a un dios, necesitas
sólo un
enemigo.
Yo no soy
el enemigo.
Sólo soy
una treta para ignorar
lo que
ves que sucede
aquí
mismo en esta cama,
un
pequeño paradigma
del
fracaso. Una de tus preciosas flores
muere
aquí casi a diario
y no
podrás descansar
hasta
enfrentarte a la causa, es decir,
a todo lo
que queda,
a todo
aquello que es más fuerte
que tu
pasión personal.
No estaba
escrito
permanecer
para siempre en este mundo.
Pero por
qué admitirlo, si puedes seguir
haciendo
lo de siempre,
lamentándote
y culpando,
las dos
cosas a la vez.
No
necesito que me alabes
para
sobrevivir. Llegué aquí primero,
antes que
tú, antes
de que
sembraras un jardín.
y estaré
aquí cuando el sol y la luna
se hayan
ido, y el mar, y el campo extenso.
Y yo
conformaré el campo.
***
EL IRIS
SALVAJE
Al final
del sufrimiento
me
esperaba una puerta.
Escúchame
bien: lo que llamas muerte
lo
recuerdo.
Allá
arriba, ruidos, ramas de un pino vacilante.
Y luego
nada. El débil sol
temblando
sobre la seca superficie.
Terrible
sobrevivir
como
conciencia,
sepultada
en tierra oscura.
Luego
todo se acaba: aquello que temías,
ser un
alma y no poder hablar,
termina
abruptamente. La tierra rígida
se
inclina un poco, y lo que tomé por aves
se hunde
como flechas en bajos arbustos.
Tú que no
recuerdas
el paso
de otro mundo, te digo
podría
volver a hablar: lo que vuelve
del
olvido vuelve
para
encontrar una voz:
del
centro de mi vida brotó
un fresco
manantial, sombras azules
y
profundas en celeste aguamarina.
***
NIEVE DE
PRIMAVERA
Mira el
cielo nocturno:
en mí
poseo dos personas, dos clases de poder.
Estoy
aquí contigo, en la ventana,
observando
tu reacción. Ayer
la luna
se alzó sobre la tierra mojada del jardín.
Hoy la
tierra brilla igual que la luna,
como
materia muerta, encostrada de luz.
Ahora
puedes ya cerrar los ojos.
He
escuchado tus llantos, también
los
llantos anteriores a los tuyos,
y he sido
sensible a sus demandas.
Te mostré
lo que querías:
no la
convicción sino el sometimiento
a la
autoridad, que descansa en la violencia.
***
AMOR BAJO
LA LUZ DE LA LUNA
A veces
un hombre o una mujer imponen su desesperación
a otra
persona, a eso lo llaman
alternativamente
desnudar el corazón, o desnudar el alma.
(Lo que
significa que para entonces adquirieron una.)
Afuera,
la tarde de verano, todo un mundo
arrojado
a la luna: grupos de formas plateadas
que
podrían ser árboles o edificios, el angosto jardín
donde el
gato se esconde para revolcarse en el polvo,
la rosa,
la coreopsis y, en la oscuridad, la cúpula dorada del capitolio
transformada
en aleación de luz de luna,
forma sin
detalle, el mito, el arquetipo, el alma
llena de
ese fuego que en realidad es luz de luna,
tomada de
otra fuente, y brilla
unos
instantes, como brilla la luna: piedra o no,
la luna
sigue estando más que viva.
***
EL ESPINO
Al lado
tuyo, pero no
de tu
mano: así te miro
andar por
el jardín
de
verano: las cosas
que no
pueden moverse
aprenden
a mirar. No necesito
perseguirte
a través
del
jardín; en cualquier parte
los
humanos dejan
señal de
lo que sienten, flores
esparcidas
en el polvo del camino, todas
blancas y
doradas, algunas
levemente
alzadas
por el
viento de la tarde. No necesito
seguirte
adonde estás ahora,
hundido
en la ponzoña de este campo, para
saber la
causa de tu huida, de tu humana
pasión,
de tu rabia: ¿por qué otra cosa
dejarías
caer todo aquello
que has
acumulado?
***
ESCILA
No yo,
tonta, no yo sino nosotras, nosotras: olas
azules y
celestes como
una
crítica al cielo: ¿por qué
atesoras
tu voz
si ser
algo es lo que sigue
a no ser
nada?
¿por qué
alzas los ojos?, ¿para oír
algo así
como un eco de la voz
de dios?
Sois todos iguales:
solitarios,
de pie sobre nosotras, planificando
vuestras
vidas absurdas; vais
donde se
os manda, como todas las cosas,
donde el
viento os plante, unos y otros
mirando
siempre
hacia
abajo, viendo alguna imagen
del agua
y escuchando qué: olas,
y sobre
las olas, pájaros cantando.
***
LAMIUM
Así se
vive cuando tienes un corazón helado.
Como yo:
entre sombras, arrastrándose sobre la roca fría,
bajo las
copas inmensas de los arces.
El sol
apenas me alcanza.
A veces,
al comenzar la primavera, lo veo elevarse a lo lejos.
Luego
crecen las hojas sobre él, hasta cubrirlo todo.
Siento su
brillo entre las hojas, vacilante,
como
quien golpea un vaso con una cuchara de metal.
No todos
necesitan de la luz
en igual
medida. Algunos
creamos
nuestra propia luz: una hoja plateada
como un
sendero que nadie puede recorrer, un lago de plata
poco
profundo bajo la oscuridad de los arces.
Pero esto
ya lo sabes.
Tú y
aquellos que piensan
que viven
por la verdad, y en consecuencia,
aman todo
lo que es frío.
***
MAITINES
Perdóname
si digo que te amo: a los poderosos
se les
engaña siempre, los débiles
son
siempre manejados por el miedo. No puedo amar
lo que no
puedo concebir, y tú no revelas
virtualmente
nada: ¿acaso te asemejas al espino,
siempre
la misma cosa en el mismo lugar,
o a la
dedalera inconsistente, que brota primero
como
espiga rosada en la ladera, junto a las margaritas,
y al año
siguiente es púrpura en el rosedal? Ya ves
lo inútil
que es este silencio que promueve en nosotros la creencia
en que tú
puedes ser todas las cosas, la dedalera y el espino, la vulnerable
rosa, la
terca margarita; nada nos queda sino pensar
que no
podrías existir. ¿Es eso lo que quieres
que
pensemos?, ¿lo que explica el silencio esta mañana,
los
grillos cuyas alas no se frotan, los gatos
que en el
patio no pelean?
***
OCTUBRE
5.
Es cierto
que falta belleza en el mundo.
Es cierto
también que no soy la indicada para restituirla.
Tampoco
hay candor, pero ahí puedo ser útil.
Estoy
trabajando,
aunque me calle.
La
insulsa
miseria
del mundo
nos
atenaza, un callejón
con
hileras de árboles; somos
compañeros
aquí, sin hablar,
cada uno
con sus pensamientos
tras los
árboles, las puertas
de hierro
de las casas,
las
persianas cerradas
en
cuartos de algún modo vacíos, abandonados,
como si
fuera el deber
del
artista crear
esperanza,
pero a partir de qué? de qué?
La
palabra misma
es falsa,
un instrumento que refuta
la
percepción. En el cruce,
los
adornos luminosos de las fiestas.
Fui joven
aquí. Montaba
en el
metro con mi librito
como para
protegerme
de este
mismo mundo:
no estás
sola
decía el
poema
en el
túnel oscuro.
***
MEMORIA
PRIMERA
Hace
mucho, estaba herida. Vivía
para
vengarme
de mi
padre, no
por lo
que él era...
por lo
que yo era: desde el principio del tiempo,
en la
infancia, pensé
que el
dolor significaba que no era amada.
Significaba
que yo amaba.
***
EL
SUFRIMIENTO DE CIRCE
Al final,
hice que
tu mujer
me conociera como
un dios
haría, en su propia casa, en
Ítaca, una
voz
sin un
cuerpo: ella
paró de
tejer, su cabeza se volvió
primero a
la derecha, luego a la izquierda.
Aunque
era por supuesto imposible
identificar
la procedencia
de ese
sonido: dudo
que
vuelva a su telar
con lo
que ella sabe ahora. Cuando
la
vuelvas a ver, dile
que así
es como se despide un dios:
si estoy
en su cabeza para siempre
estoy en
tu vida para siempre.
***
LAGO EN
EL CRÁTER
Entre el
bien y el mal hubo una guerra.
Decidimos
que el cuerpo fuese el bien.
Eso hizo
que el mal fuese la muerte,
que el
alma se volviera
completamente
en contra de la muerte.
Como un
soldado que desea
servir a
un gran señor, el alma
desea
cerrar filas con el cuerpo.
Se puso
en contra de la oscuridad,
en contra
de las formas de la muerte
que
reconocía.
De dónde
viene la voz
que dice:
y si la guerra
fuese el
mal, que dice
y si fue
el cuerpo el que nos hizo esto,
nos hizo
tener miedo del amor.
***
CELINDA
No es la
luna, te aseguro.
Son esas
flores
que
encienden el patio.
Las odio.
Las odio
como odio el sexo,
la boca
del hombre
sellando
mi boca,
el cuerpo
paralizante del hombre,
y el
grito que siempre se escapa,
la sorda
y humillante
promesa
de unión.
Esta
noche en mi mente
oigo la
pregunta y subsiguiente respuesta
fundida en
un sonido
que crece
y crece
hasta que
se rompe en las viejas identidades,
los
cansados antagonismos. ¿Lo ves?
Hemos
hecho el ridículo.
Y el olor
de la celinda
se cuela
por la ventana.
¿Cómo
puedo descansar?
¿Cómo
puedo ser feliz
cuando
aún existe
ese aroma
en el mundo?
***
LEY NO
ESCRITA
Interesante
cómo nos enamoramos:
en mi
caso por completo, del todo,
y, oh, a
menudo,
así fue
en mi juventud.
Y siempre
de hombres aniñados,
amorfos,
sombríos, que daban tímidas patadas
a las
hojas muertas:
como
Balanchine.
Ni
siquiera los veía como distintas versiones de lo mismo.
Yo, con
mi inflexible platonismo,
con mi
empeño en ver las cosas una a una,
me alcé
contra el artículo indefinido.
Y así,
los errores de mi juventud
me
hundieron en la desesperanza,
porque se
repetían,
como
suele ocurrir.
Pero en
ti percibí algo ajeno al arquetipo,
una
verdadera expansión, un optimismo
y un amor
a lo terrenal
que no
conocía mi carácter. Con orgullo
bendije
la buena suerte de tenerte.
La
bendije por completo, al igual que aquellos años.
Y tú, a
sabiendas y con crueldad
me
enseñaste poco a poco el sinsentido
de esa
palabra.
***
EL JARDÍN
No puedo
hacerlo nuevamente,
difícilmente
soportaría verlo;
bajo la
tenue lluvia del jardín
la joven
pareja siembra
un surco
de guisantes, como si
nadie lo
hubiese hecho nunca:
los
grandes problemas todavía
no han
sido enfrentados ni resueltos.
Ellos no
pueden verse
en el
polvo fresco aún, empezar
sin
ninguna perspectiva,
con las
colinas al fondo, verdes y pálidas,
nubladas
de flores.
Ella
desea detenerse;
él desea
llegar hasta el fin,
permanecer
en las cosas.
Mírala a
ella tocar su mejilla,
pedirle
una tregua, los dedos
ateridos
por la lluvia primaveral;
en el
pasto tierno estrellan rojos azafranes.
Aun aquí,
aun en los comienzos del amor,
su mano
al abandonar la cara
da una
impresión de despedida,
y ellos
se creen
capaces
de ignorar
esta
tristeza.
***
Louise
Elisabeth Glück (Nueva York, 1943)
Premio
Nobel de Literatura 2020
Es autora de
once libros de poesía, entre los que se incluye Averno, The seven ages, Vita
Nova, por el que fue galardonada con el Premio de Poesía de The New Yorker,
Meadowlands, The Wild Iris (El iris salvaje), que recibió el Premio Pulitzer de
poesía y el Premio William Carlos Williams de la Poetry Society of America,
Ararat que recibió el Premio Nacional de poesía Rebekah Johnson Bobbit; y The
triumph of Achiles que recibió, entre otros, el National Book Critics Circle
Award. 'The First Four Books es una compilación de su poesía temprana.
También ha publicado una colección de ensayos, Proofs and Theories: Essays on Poetry(1994) que ganó el PEN Martha Albrand Award for Nonfiction. La editorial Sarabande Books publicó en formato de bolsillo un nuevo poemario constituido por seis partes, titulado October. En 2001 la Universidad de Yale concedió a Louise Glück su Bollingen Prize premio de poesía que concede de forma bienal a un poeta destacado por su obra. Entre otros galardones y honores se incluyen el Lannan Literary Award, el Sara Teasdale Memorial Prize, la Medalla al mérito del MIT y diferentes ayudas y becas a la creación de instituciones como la Guggenheim y la Rockefeller.
Sus poemarios en lengua inglesa son: Firstborn (New American Library, 1968), The House on Marshland (Ecco Press, 1975),The Garden (Antaeus, 1976), Descending Figure (Ecco Press, 1980), The Triumph of Achilles (Ecco Press, 1985), Ararat (Ecco Press, 1990), The Wild Iris (Ecco Press, 1992), The First Four Books of Poems (Ecco Press, 1995), Meadowlands (Ecco Press, 1997), Vita Nova (Ecco Press, 1999), The Seven Ages (Ecco Press, 2001), Averno (Farrar, Straus and Giroux, 2006).
Su obra en prosa, también en inglés: Proofs and Theories: Essays on Poetry (Ecco Press, 1994).
Su obra traducida al castellano: El iris salvaje. Editorial Pre-Textos. 2006. La diferencia entre Pepsi y Coca-Cola: antología de poesía norteamericana contemporánea. Traductor: Julio Mas Alcaraz. Editorial Vitruvio, 2007. Ararat. Editorial Pre-Textos. 2008. Poesía selecta. Traductor: Beverly Pérez Rego. Caracas: Universidad Metropolitana, Colección Luna Nueva, 2008. Las siete edades. Editorial Pre-Textos. 2011. Averno. Editorial Pre-Textos. 2011.
Material recopilado de diferentes archivos y blogs en la web
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