jueves, 16 de enero de 2025

Javier Velázquez Ayala / Colaboración Poética

 


Desafío

 

El reto estaba hecho:

mirarnos sin pestañear.

Las reglas eran simples:

si pestañeas primero,

yo te beso;

si pestañeo primero,

tú me besas.

 

–¡Es lo mismo!

dijiste sorprendida.

–Eso es asunto de otra apuesta,

respondí seguro de mí.

 

Léeme con los dedos

 

Dame una boca en el beso,

dame una piel en la caricia,

dame un ojo en la mirada,

dame una oreja en las palabras,

dame un poema en los suspiros,

dame un deseo en la gota de saliva,

dame una noche en el sexo.

Y, cuando termines,

dame una sed en el vaso de agua.

 

Me gusta ver llover

 

La lluvia es el animal más hermoso

que existe sobre la tierra.

A veces, cae en cachitos

y otras de sopetón sobre el pavimento.

Como un gato, refriega su piel

en el piso y deja un olor a tierra mojada

que se me mete por las narices.

 

Utopía

 

Entre la espuma,

los peces y

los sargazos,

el mar se llevó

las huellas

de los pies desnudos

de la mujer que un día

habitó mi piel.

Voy tras ella.

Si no la veo,

llegando al horizonte,

me regreso.

 

Monólogo con policía en el cine

 

Pero cuáles faltas a la moral, oficial,

sólo fue un beso

–bueno, también su pezón izquierdo–.

Además, en la última fila, nadie nos veía.

 

¡Esa señora es una chismosa!

y la película era muy mala.

 

 

 

 

Javier Velázquez Ayala. Ciudad de México, 1959.

Estudié la carrera de Letras Hispánicas en la UNAM y la Especialidad de Literatura Mexicana en la UAM. Me desempeñé como docente, en preparatoria y secundaria. durante más de 30 años.     

Escribo principalmente poemas y un poco de cuento. Mi mayor logro en este rubro fue ganar el Primer Concurso de Atragante de Letras, Pecados Capitales, con el poema “Golosinas”, convocado por la UNAM.

 

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