miércoles, 11 de noviembre de 2020

Manuel Vilas / (2 poemas)

 



MUJERES


No las ves que están agotadas, que no se tienen en pie, que son ellas las que sostienen cualquier ciudad, todas las ciudades. Con el matrimonio, con la maternidad, con la viudedad, con los golpes, ellas cargan con este mundo, con este sábado por la noche donde ríen un poco frente a un vaso de vino blanco y unas olivas. Cargan con maridos infumables, con novios intratables, con padres en coma, con hijos suspendidos. Fuman más que los hombres. Tienen cánceres de pulmón, enferman, y tienen que estar guapas. Se ponen cremas, son una tiranía las cremas. Perfumes y medias y bragas finas y peinados y maquillaje y zapatos que torturan. Pero envejecen. No dejan las mujeres tras de sí nada, hijos, como mucho, hijos que no se acuerdan de sus madres. Nadie se acuerda de las mujeres. La verdad es que no sabemos nada de ellas. Las veo a veces en las calles, en las tiendas, sonriendo. Esperan a sus hijos a la salida del colegio. Trabajan en todas partes. Amas de casa encerradas en cocinas que dan a patios de luces. Sonríen las mujeres, como si la vida fuese buena. En muchos países las lapidan. En otros las violan. En el nuestro las maltratan hasta morir. Trabajan fuera de casa, y trabajan en casa, y trabajan en las pescaderías o en las fábricas o en las panaderías o en los bares o en los bingos. No sabemos en qué piensan cuando mueren a manos de los hombres.


EL INMADURO


 Me pasa siempre, y duele, y confunde. Debe ser algo relacionado con la desesperación de vivir. Si estoy en Barcelona, me gustaría estar en Madrid. Si estoy en Zaragoza, me gustaría estar en La Coruña. Si estoy en La Coruña, me gustaría estar en la cima del Aneto, comiendo setas venenosas bajo el cielo helado. Si voy al cine, en mitad de la película me entran unas ganas revolucionarias de estar en mi casa viendo la televisión. Si estoy sentado en el sofá viendo la televisión, me gustaría estar muerto y enterrado en el cementerio, contando los días que faltasen para la resurrección de la carne. Todo me persigue, ciudades, cines, casas, cementerios. Si estoy con amigos, preferiría estar con amigas. Si estoy con amigas, me gustaría estar con enemigas. Si estoy con enemigas, me gustaría estar en casa durmiendo la siesta. Si me compro unos zapatos con cordones, en que salgo de la tienda y ando por la calle empiezo a envidiar a todos aquellos que llevan zapatos sin cordones. Y también me pasa con las camisas, las cazadoras, los pijamas, y las sandalias en el verano. Y también con las vidas: Si me pienso abogado, preferiría ser médico. Si médico, sacerdote. Si sacerdote, hombre casado y con siete hijos. Si casado, soltero. Si soltero, viudo muy apenado. Si viudo, monje. Si monje, matador de toros. Estés donde estés, no has acertado por completo. Siempre hay algo más barato y mejor por ahí. Siempre hay vistas desconocidas en el acantilado de la vida. Me está matando esto de vivir una sola vida. La gran muerte de vivir en una sola forma.


Manuel Vilas (Barbastro, España 1962) 

Poeta y narrador. Entre sus libros de poesía destacan El cielo (DVD Ediciones, 2000),  Resurrección (XV Premio Jaime Gil de Biedma, Visor, 2005), Calor (VI Premio Fray Luis de León, Visor, 2008) y Gran Vilas (XXXIII Premio Ciudad de Melilla, Visor, 2012). Su poesía completa se publicó en 2010 (Visor) con el título de Amor. Es autor de las novelas España (DVD Ediciones, 2008; Punto de Lectura, 2012), que fue elegida por la revista Quimera como una de las diez novelas más importantes en español de la primera década del siglo XXI, Aire Nuestro (Alfaguara, 2009), que obtuvo el Premio 

martes, 10 de noviembre de 2020

Mariana Kruk / (3 poemas)

 



Credo 


creo en la gente

que toma mate amargo

y vino tinto en cualquier época del año,

en los adoquines de mi barrio,

en el viento norte,

en todo lo que llueve

y en lo que iluminan las tormentas.

creo en las barras de los bares,

en lo que arde en el asfalto,

en tu hermosura, en tu nobleza,

en todo lo que el océano

no puede ahogar.



Descargo


dirán lo que dirán

quienes no tengan nada para decir,

sacarán sus propias conclusiones

los ansiosos de las respuestas.

pero existe la poesía

y ahí sí que para siempre:

Esta boca es mía.



Negación


pensar que uno será

la excepción a la regla

del proceder ajeno

es dolor asegurado.


Mariana Kruk (Buenos Aires, Argentina-1983) 

Poeta, editora, gestora cultural y docente. Ha publicado “Hasta la última uva” (Otro Contar, 2011), “Migas” (Otro Contar, 2012), “Piromanía” (Cartonerita Niña Bonita, 2013), “Ninguna nuez” (Textos Intrusos, 2013) y “Abrileando” (Cacto Editorial, 2014), “De la lluvia y otras humedades” (Peces de ciudad, 2015), “Del amor y otros diluvios” (Peces de ciudad, 2016) y “De impares” (Peces de ciudad, 2016).




lunes, 9 de noviembre de 2020

Cláudio Willer / El serpentario y sus ramificaciones

 



EL SERPENTARIO Y SUS RAMIFICACIONES


La ciudad y su esqueleto múltiple e inevitable, sus animales incendiados y torbellinos de hambres sin 

fin. Dentro de ella, el gran estómago absorbiendo todas las contemplaciones. Vitrales pulverizados

 envuelven a los grandes predios, la magia se coloca al alcance de todos bajo forma de un pasamanos

 que apunta a la muerte de la Perspectiva. Fueron setenta vidas, tal vez más, contenidas en el espacio de

 algunos días, límpidos, convergentes, inevitables, surcados por la proximidad de los ciclones, vivencia

 del grande seno plástico que abriga los deseos del alma, de las cuerdas tensas del violín; setenta vidas y

 después de eso la supervivencia. Sin embargo, el esqueleto más deshidratado que antes, la cavidad de 

los ojos, el cráneo abandonado en la selva sin metamorfosis. Es preciso entapizar los corredores con

 láminas a cada nueva aproximación del ser amado, construir senderos de sangre definitiva, único

 homenaje posible, antena, precipitación, anatema, presencia, rastro fijo. La ciudad, sus diversos 

barnices y esqueletos, su pulsación atemorizante sobre ella, la lluvia de horóscopos que se precipitan a

 cada nuevo encuentro. Se hace necesario escoger las palabras de encantamiento, abriendo nuevos

 espacios de magia (¿penetración, vértebra, succión?). Todo, sin embargo, no pasa de una incorporación

 más. Prosigo en la ruta de los sabath. Busco los claros dejados por el ceremonial. Máscaras de 

alabastro con lenguas de hielo todavía se precipitan en el cuarto, a partir de determinados puntos, lentas

 y solemnes como si estuviesen infladas de hidrógeno.


Cláudio Willer (Sao Paulo, Brasil-1940) Poeta, ensayista y traductor. Algunos libros publicados: Anotações para um Apocalipse, 1964; Dias Circulares, 1976; Jardins da Provocação, 1981; Volta, 1996; Estranhas Experiências, 2004; Poemas para leer en voz alta, 2008. Taductor al portugués del Conde de Lautréamont, Antonin Artaud y Allen Ginsberg, entre otros. 

viernes, 6 de noviembre de 2020

Camila Ríos Armas / Mudanza





Mudanza 


Todo comienza por el deseo. O quizás el cansancio. El querer habitar lo inhabitado.

No ser pilar ni rosa.

Todo comienza cuando quieres que la roca sea otro, construir en medio de la nada

el más fuerte espacio del todo.

Todo comienza por coleccionar el vacío. Cajas desarmadas en las aceras de la

ciudad, detrás de los comercios, en una esquina, al lado de la bicicleta oxidada.

Cinta adhesiva y marcador.

Todo comienza porque quieres trasladarte introduciendo cada fragmento de una

vida en un cubo degradable que firmemente deje dicho lo que adentro lleva.


Organizar la vida. Catalogar los recuerdos en “perdurables” y “para donar”.

Darse en el objeto.

Botar el colchón de 25 años que no vale una casa nueva.


Date cuenta que no podrás llevarte las manchas en la pared

o el olor a madera no pulida

el árbol de higos testimonio del consumir de las estaciones.


Date cuenta que ya no serás el pomo de esta puerta

128 ya no es número que te oriente.

Tus pasos dejarán de ser ciegos movimientos sobre lo sabido.

Lloverá tu cuerpo lo nuevo con cautela.


Dejarás las luces prendidas para asegurar tu verticalidad.


Le darás lugar primero a las cosas.


Amplio espectro de lo inédito será tu orientación.


Tendrá la vista nueva ascendencia sobre los árboles.

Silencioso pájaro cantará en lo blanco

y serás deseo del otro

casa sin ruidos

piso sin pelos de perro

escalera oscura noche de lo que siempre han sido.


Camila Ríos Armas (Caracas, Venezuela - 1989)

Es licenciada en Estudios Liberales, con máster en Desarrollo Internacional. Su poemario A dos aguas obtuvo mención especial en el X Concurso Nacional de Poesía para Liceístas y su libro Muralla intermedia obtuvo otra mención en el II Premio Nacional Universitario de Literatura. En 2014 fue seleccionada por la Fundación Carolina para participar en el programa ‘Jóvenes líderes ibero-americanos’

jueves, 5 de noviembre de 2020

Catalina González Restrepo / (3 poemas )





Una palabra brilla en mitad de la noche


Después de tanta oscuridad en el mundo

e imponentes rutinas diarias,

algo nos llama.


Más allá del laberinto escalonado,

del recorrido incesante,

nos espera la palabra. 



Vaivén 


De tanto vestirnos y desnudarnos

estamos envejeciendo.


Nuestras imágenes en múltiples espejos

se van quebrando lentamente.


¿Qué traje elegimos hoy

el de la vida o el de la muerte?



Silencio en la mesa 


Mientras masticamos la carne del abandono

alguien ha corrido una silla

para sentarse y beber con nosotros.


Vivimos en sonidos que no podemos decir,

improvisamos un concierto que jamás vendrá:

el piano suena muy alto y mis voces callan.


Morir es mejor que oír,

los músicos son niños con hambre.



Catalina González Restrepo (Medellín, Colombia - 1976)

Licenciada en Español y Literatura de la Universidad de Antioquia y Magistra en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, ciudad donde se desempeña como editora. Ha publicado Afán de fuga (Editorial Universidad de Antioquia, 2002), Seis cancioncillas (de agua salada) y otros poemas (Colección Viernes de Poesía, Universidad Nacional de Colombia, 2005), Deseos para los caminantes (con Juan Felipe Robledo, Golpe de Dados, 2007), La última batalla (Pre-Textos, 2010) y Una palabra brilla en mitad de la noche (Universidad Externado de Colombia, 2012). Sus poemas han aparecido en revistas y antologías nacionales y extranjeras y han sido traducidos al francés, portugués e italiano.  

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Yirama Castaño Güiza / En los labios de la noche




En los labios de la noche


Hay algo ahí

en los labios de la noche

en la estela de sus horas

en lo profundo de su cráter

que me llama


Hay algo que se acerca

en la larga espera,

una luz a la deriva

aparece en la montaña


Hay algo ahí que yo no veo

 un poema

un soplido

una hebra de vida

una pestaña.


Yirama Castaño Güiza (Santander, Colombia 1964)

Periodista y editora. Participó en la creación de la Revista y de la Fundación Común Presencia. Hace parte del Comité Asesor del Encuentro Internacional de Mujeres Poetas de Cereté, Córdoba. Sus poemas han sido traducidos y publicados en medios de Colombia y el exterior. Ha participado en los más importantes Festivales de Poesía en Colombia y en Encuentros de escritores a nivel internacional.


martes, 3 de noviembre de 2020

Luis Eduardo Barraza / Me dice, ella






Me dice, ella


que escuchó oír que juan ya no habla

ni saluda

que caminar

entre jaulas suele

su mirada, también lenta de jaula


la mañana

de sol, le arrancó la lengua

y de tantas una, su erosión y altura de silla ante una


ahora está


y de juan

una poca apenas

muy escaso va quedando de juan

poeta


(empiezo a entender)


y su mujer

alegre, ella, de juan, se nos muestra andar


llena de colores, ahora


porque ni el olor mierda

en la mirada se nota

y ya no hay más de barrer


no más mierda

ella

dice por la mañana sin lengua de juan


y mariana

ella, mi mujer




la compadece desde la ventana

y a veces


yo también 


(de Los días arqueados, 2017)


Luis Eduardo Barraza (Maracaibo, Venezuela 1990)

Escritor venezolano (Zulia, 1990). Es licenciado en Letras por la Universidad del Zulia (LUZ). Ganador del concurso de poesía “Mi primer beso” (Naguanagua, Carabobo, 2009), del concurso La Grapa Literaria (2010) mención Poesía (Escuela de Letras y Dirección de Cultura de LUZ), del Concurso Anual de Poesía de la Librería Lugar Común (2016) y del VII Premio de Literatura Experimental Sporting Club Russafa Carlos Moreno Mínguez con el libro Calamarius, así como también del segundo lugar en poesía de la Bienal de Literatura “Semana de la Juventud” 2014 (La Victoria, Aragua), de mención de honor en el Premio Nacional de Literatura Rafael María Baralt 2014 en poesía y del tercer lugar en el I Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas (2016), entre otros reconocimientos.