martes, 11 de enero de 2022

Carlota Caulfíeld ( 9 poemas)

 




CARTA DE UNA VIRGEN DEL SOL A SU AMANTE

                                                                 Para Abraham

 

En una tinaja

escondo el quipú

con la historia

y los sonidos

de nuestros besos.

Querido mío,

Guarda bien la cinta de mi talle.

Piensa en mi pelo y en sus adornos.

Yo pienso en ti y te aseguro

que muy prontico sobornaré a mamaogro

para seguir tejiendo de colores tu cuerpo a mi cuerpo.

 

LA MANO EN EL AIRE

 

Se extiende la escritura desatada

ante los espejos del cuerpo.

 

Las imágenes son pródigas

y el chispazo delicado del gozo

se cierran sobre la cintura

mientras se declara disidente.

 

Con fragmentos se construye el ánfora.

El descenso de la rueda termina.

La luz se hace forja

en su reflejo anónimo.

 

Cuando llegue el día

en que esté terminada

la forma entrará como aire

y un abrazador torrente

será murmullo.

 

De Giuseppe Arcimboldo

se ha dicho

que inventaba rompecabezas.

 

AUTORRETRATO EN EL ESPEJO CONVEXO

 

En el cuadro hay un niño sonámbulo, pero no se puede

saber si camina o vuela. El movimiento de la retina

no quiere terminar el juego de lo que reposa o se alza.

El hilo de luz crea una transparencia en la mano que hace

ver su anillo. Parmigianino es capaz de refractarse.

En el cuadro hay una niña sonámbula,

pero no se puede saber si camina o vuela.

 

Convergencias. Fluir desde el riesgo de una mañanaanónima. Los niños entran en la cámara lúcida y se

dan la mano. Un día nos veremos al otro lado del

prisma, abriéndonos caminos en territorios lúdicos.

 

Habítame en ellos.

 

MI ÚLTIMA CARTA ES

 

para dejar mi vestido amarillo

mi escudo de armas

mis cincuenta y una perlas

mis poemas y mis cartas

a aquel que una tarde de enero,

en Piazza San Marco,

se miró en mis ojos

sin decirme nada...

 

Respiro y descanso...

 

                  Encontrado entre los papeles inéditos de George Sand.

                                    Se cree que esta carta fue escrita en Mallorca

                                                       en medio de su pasión por Federico

 

Respiro y descanso

al mirarte desnudo.

Este acompañarnos y saber callar

por los caminos de nuestro dolor:

mi escritura se teje

sobre las paredes

del incomparable acorde de tus manos.

 

TODO BESO A MUJER HONESTA ES UN ATENTADO

 

                                                   Marco di Piero di Batista da Ortignano per

                                            havere per forza baciato una fanciulla da    marito nella strada.

                                         (Exiliado en Pisa por cinco años bajo la pena

                           de dos años de galeras, parag.III, art. 81, Edit.general Gob. Roma, 1540)

 

Por haberme besado, querido amigo,

tienes varios años de buena suerte

y pasas a la posteridad inmaculado.

Debo decirte que admiro varias cosas de ti:

tu manera de vestirte,

tus brazos, la curva de tus labios,

tu sonrisa de niño salvaje,

tu buen apetito y el no haber

contestado mis cartas.

 

CON MI RUECA

 

No reconozco mi color.

En Alejandría perdí mi sombra

y toda apariencia de ciudad

ha sido belleza de lo inútil.

Todas mis coartadas sólo

sirvieron para estrechar

los lazos con la muerte.

Mi cuerpo encuadernado de lino

y la operación final

de enrollar mis venas.

 

FILTRI D'AMORE

 

miel en todos los panes

miel en todas las bocas

miel en ti, amado mío,

con una pizca de canela,

y una cucharadita de vainilla.

 

LIBRO DE LOS 39 ESCALONES

 

1

En los espejos

diez esferas y diez decires

especulan a libro abierto:

la luz del ojo brota de la pupila

de la siempre sorprendida.

 

2

Pintar el mundo al revés

es recordar:

la risa del rey estalla

sobre la corona y la volatiliza.

El camino lleva a Gerona.

 

3

Las letras se combinan

con agua, tierra, madera,

piedras, cañas y hierro:

mientras Belleza juega

llegaré al observatorio.

 

4

En el universo de las notas

la armonía se define

en el peor dibujo del triángulo:

soy Antonello da Messina,

el de las trampas visuales.

 

5

Baúl abierto de las sustancias.

Viaje en círculos de lo que creo es.

Las pirámides, los rombos y los hexágonos

se divierten con la flor:

trazo lo oscuro y el poema se imagina luz.

 

6

Emana la sombra de la forma

y de la forma las desapariciones.

Mientras más se mira menos se ve:

la síntesis de todo y su opuesto

es llama propia en el interior del baúl.

 

7

El tejido de esencias

se hace ave, rombo y espiral.

Los sueños maduran entre los hilos

de la clave de sol hecha semilla:

el libro mudo es reflexión de azar.

 

8

El tiempo reposa en su apariencia

y las que soy yo viven en las paredes:

el juego de manos se resume

en un teclado que ríe peligros.

Quiero que la silla abra su nido.

 

9

Sin querer parecerse a nadie,

sin ser nadie,

se llega al silencio

que se parece a todo y es todo:

bordo el manto terrestre.

 

10

Cuando de apariciones se trata

los ojos y el alma forman el reino.

Cuando se habla de desapariciones

la consonancia se disuelve en el espejo:

dime si es hora de trazarte.

 

11

La niñez es una caravana sin eje:

en el medio del cero

la semilla de mostaza camina a paso lento.

Mi proceso de iniciación fue

un peregrinaje a la memoria.

 

12

Para emprender la búsqueda

no vale lanzarse tras el espejo:

abandona tu nave en la humedad del puerto

que el viento es favorable

y la ribera quietud y visión interior.

 

13

Los profetas ya no están

y los sabios son ausencia:

los sueños son ahora profetas y sabios

bienaventurados en tus santuarios

de 32 pilares matemáticos.

 

14

Angelo Milfastos en tu barquito pintado

ibas a dejar caer tu cuchillo en el agua:

el mundo se despoja de los ojos

y el microcosmos nos levanta por el aire.

Sin títulos me muevo por el pabellón de los cangrejos.

 

15

Regresamos a la fuente de los sueños y vemos las voces:

leámosnos hasta la saciedad

(desterremos el color azul y seamos astutos)

despiértenos la música, cantemos el "Lekha Dodi"

en la armonía del telar de las hadas celtas.

 

16

Si la jornada está hecha de metáforas.

viajemos con el vagabundo, carta del tarot o cuadro:

no hay criatura más preciosa que un gato

para el alma volar tras su memoria.

Dentro de la visita al pasado margino preceptos.

 

17

El boceto de nuestras caras son dos espejos de mano

con nuestras manos enlazadas en el banquito del mar:

el primer beso anida en el majestuoso gigante pasado.

Amamos las cosas imbuidas de misterio.

El tesoro tiene el prestigio de lo inaccesible.

 

18

En el encuentro nos vimos y no sabemos quién es quién:

somos dos y una entidad que tras la pared se escurre del cofre.

Tus ojos son mis ojos que escuchan,

tras la lámpara, el poema "Zum Storchen" de Paul Celan

y recuerdan que un día también fuimos Paracelso.

 

19

El fragmento de arriba está timbrado

por el Splendor Solis :

campanitas, banderas, capillas, ruedas dentadas.

Si seguimos la Vía Seca o la Vía Húmeda

seremos adeptos de la nada.

 

20

Las planchas del espejo

contienen nuestros signos zodiacales.

Veámonos las caras de león, de cabra,

de cangrejo, de pavo real y de pez:

la magia musical es mi propósito.

 

21

Volemos con el papalote que nos da Remedios:

ya salimos a la calle en el tandem de huesos de pollo.

En cuanto al simbolismo del texto,

digamos que tiene un valor aproximado

de chorro de leche que cae al mar.

 

22

Salgo del sicoanalista con mi traje verde

después de recoger las Doce Llaves de Basilio Valentín:

el doctor Jung me ha aconsejado que con la última llave

abra el laboratorio en cuyo centro está mi padre

junto al león que vomita la serpiente.

 

23

La iconografía del pelo nos permite pasearnos

con la certeza de que el viaje es más seguro.

Llegaremos a tiempo para que la presencia inesperada

nos acaricie la espalda con su lengua:

ignoremos el encuadre y entremos.

 

24

La mímesis que Hölderlin me confió

está otra vez de verde:

me siento y me vuelvo

el eje de los secretos quiméricos

bajo la mirada de Amach.

 

25

Nunca antes habíamos salido a cazar estrellas.

Alguien te habló del Uno-Todo y de la constelación no vista:

la piedra blanca muerde a la piedra roja

y vemos con el anteojo cómo el dragón enano

abreva en la fuente.

 

26

De Zürich a Venecia volamos

en un tren sombrilla:

nuestro prestigio está en el azar y el peligro.

La metáfora del camino nos ofrece

el tejido secreto de los orfebres, y no me olvides.

 

27

La ruptura del círculo vicioso lleva a la infancia:

mi aro me hace hablar de juegos y de fuegos

en el ojo absoluto de lo súbito.

En el cuadro se yergue un susurro -nazco de nuevo

con la luna enlazada a la copa que mira.

 

28

Los tratados árabes y sus recetas sobre la coloración del vidrio

son caminos visionarios que alcanzan la salida:

Jan van Eyck descubrió una fórmula de pintura al óleo

y tú llevas el mortero del alquimista al cuello.

Llamarte es la vivacidad de mi pelo enlazado al astro.

 

29

Dejémos las espirales y recorramos el palacio

que más allá del mundo está sin historia:

Fray Luis de Granada tiene un libro de maravillas

con hilos en la creación de mi destino

en aquellos otros muros.

 

 

30

En el viaje circular toda superioridad

se pone en tela de juicio:

da validez a tu lectura y ascendamos al Monte Análogo.

Si rompemos el círculo vicioso inventaremos

la totalidad y el vacío de nuestro itinerario.

 

31

Llegó la huida y nos confundieron con los emigrantes

en el trasmundo de mi exilio sin reino:

yo, como la malabarista, he hecho prodigios

ante una multitud insensible a mi acto de vuelo y

a mis inscripciones del "centro en el triángulo del centro".

 

32

De idénticos hilos es mi afán de belleza

desde que se desbordó el festejo del Sechseläuten:

encontrar tu luz en la nota de San Pedro

fue cambiar mi horario gremial, desfilar con los niños

y dejar que mi traje histórico terminara solo el cortejo.

 

33

De la visita a la catedral he salido

como un esqueleto y su clepsidra y su flecha:

toda mortificación ha sido necesaria para el éxito.

La tríada elemental se imagina pierna entre árboles

mientras soy media luna de plata unida al león verde.

 

34

Gozo de trajes alusivos y de nueve meses simbólicos

entre el espacio poético y los dibujos interiores.

La escritura es una visita inesperada, hilillo fino:

"Veo prodigios que me maravillan" y confundo la historia

de la catabasis hacia el reino de Hades con la del enano.

 

35

Tejemos con las agujas de nuestras plumas

y brindamos "Au bonheur des dames" con alambiques estelares:

las manipulaciones del pincel satisfacen mis impulsos

de un país de los locos sobre un caballo de cartón.

El Libro de San Cipriano bebe del espejo que escucha.

 

36

Mi casa tiene una cocina y un laboratorio

y una despedida de varias puertas

y un viaje ansioso de De Chirico

y el paraíso de los gatos:

Belleza busca en la memoria de mi mundo alterno.

 

37

La tejedora de Verona me ha escrito

una carta en metal bienaventurado de Praga:

los gabinetes de curiosidades de Rodolfo II

aún contienen cabezas compuestas y versos sueltos.

-Ámame poco, pero continúa, dice el tesoro.

 

38

-¡Cuéntame una mentira que he de contarte

otra más grande!, dice el hada gallega

con su alegría de siempre, y me canta

aquella cantiga que nadie nunca pudo aprender:

el huso y la rueca nos hilan a lo que estaba escrito.

 

39

Y si mis escalones a cada rato se transmutan

es porque un cierta Tabla de Esmeralda

se ha apoderado de las válvulas de mi corazón:

entre Tuatha de Dannan y aguafuertes de islas:

cada texto es dueño de su propia red, y "todo es uno".


Carlota Caulfíeld es una poeta americana de origen irlandés y ca-talán, nacida en La Habana, Cuba. Sus poemas han sido publicados en numerosas revistas literarias de Europa, Latinoamérica y EE.UU. De 1998 al 2002 fue la editora de Foto de David LaFevor Córner (www.cornermag.net), revista electrónica dedicada a la vanguardia. Caulfield reside en Berkeley, California.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

lunes, 10 de enero de 2022

María Zambrano (7 poemas)

 





CLAROS DEL BOSQUE

 

No me respondes, hermana. He venido ahora a buscarte. Ahora, no tardarás ya mucho en salir de aquí. Porque aquí no puedes quedarte. Esto no es tu casa, es sólo la tumba donde te han arropado viva. Y viva no puedes seguir aquí; vendrás ya libre, mírame, mírame, a esta vida en la que yo estoy. Y ahora sí, en una tierra nunca vista por nadie, fundaremos la ciudad de los hermanos, la ciudad nueva, donde no habrá ni hijos ni padres. Y los hermanos vendrán a reunirse con nosotros. Nos olvidaremos allí de esta tierra donde siempre hay alguien que manda desde antes, sin saber. Allí acabaremos de nacer, nos dejarán nacer del todo. Yo siempre supe de esa tierra. No la soñé, estuve en ella, moraba en ella contigo, cuando se creía ése que yo estaba pensando.

En ella no hay sacrificio, y el amor, hermano, no está cercado por la muerte.

Allí el amor no hay que hacerlo, porque se vive en él. No hay más que amor.

Nadie nace allí, es verdad, como aquí de este modo. Allí van los ya nacidos, los salvados del nacimiento y de la muerte. Y ni siquiera hay un Sol; la claridad es perenne. Y las plantas están despiertas, no en su sueño como están aquí; se siente lo que sienten. Y uno piensa, sin darse cuenta, sin ir de una cosa a otra, de un pensamiento a otro. Todo pasa dentro de un corazón sin tinieblas. Hay claridad porque ninguna luz deslumbra ni acuchilla, como aquí, como ahí fuera.

 

LA LLAMA

 

Asistida por mi alma antigua, por mi alma primera al fin recobrada, y por tanto tiempo perdida. Ella, la perdidiza, al fin volvió por mí. Y entonces comprendí que ella había sido la enamorada. Y yo había pasado por la vida tan sólo de paso, lejana de mí misma .Y de ella venían las palabras sin dueño que todos bebían sin dejarme apenas nada a cambio. Yo era la voz de esa antigua alma. Y ella, a medida que consumaba su amor, allá, donde yo no podía verla; me iba iniciando a través del dolor del abandono. Por eso nadie podía amarme mientras yo iba sabiendo del amor. Y yo misma tampoco amaba. Sólo una noche hasta el alba. Y allí quedé esperando. Me despertaba con la aurora, si es que había dormido. Y creía que ya había llegado, yo, ella, él... Salía el Sol y el día caía como una condena sobre mí. No, no todavía.

 

LA PENSADORA DEL AURA

 

 Nacer sin pasado, sin nada previo a que referirse, y poder entonces verlo todo, sentirlo, como deben sentir la aurora las hojas que reciben el rocío; abrir los ojos a la luz sonriendo; bendecir la mañana, el alma, la vida recibida, la vida ¡qué hermosura! No siendo nada o apenas nada por qué no sonreír al universo, al día que avanza, aceptar el tiempo como un regalo espléndido, un regalo de un Dios que nos sabe, que nuestro secreto, nuestra inanidad y no le importa, que no nos guarda rencor por no ser…

 ...Y como estoy libre de ese ser, que creía tener, viviré simplemente, soltaré esa imagen que tenía de mí misma, puesto que a nada corresponde y todas, cualquier obligación, de las que vienen de ser yo, o del querer serlo.

 

¡CUÁNTA HERMOSURA..!

Nota de María Victoria Atencia:

 

En el verano de hace ahora diez años, tras la publicación de algún libro mío,

recibí de María un pliego doblado en cuatro y con un breve escrito que casi se perdía

en la relativa inmensidad del papel.

Venían en él, impresos, su nombre y su dirección postal. Y más abajo, mecanografiado

y centrado en su página, el título, "A María Victoria Atencia", y el texto en el que suplo

algún signo ortográfico. Prescindo del nombre de la autora que en el pie figuraba como firma.

Pero bajo a ese pie la indicación sobre el lugar y fecha en que se escribió. Traigo ese

texto aquí, después de largas dudas por razones de discreción personal, al considerar

que no se trata de una bella dedicatoria con ocasión del envío de un libro suyo,

como solía hacer, sino de unas líneas tan innecesarias como espontáneamente escritas

ex abundantia cordis. Por ese mismo criterio de discreción reduzco a simple dedicatoria

el encabezamiento del poema y doy a éste un título con parte de su primer verso.

 

EL AGUA ENSIMISMADA

 Para Edison Simons

 

El agua ensimismada

piensa o sueña?

El árbol que se inclina buscando sus raíces,

el horizonte,

ese fuego intocado,

¿se piensan o se sueñan?

El mármol fue ave alguna vez;

el oro, llama;

el cristal, aire o lágrima.

¿Lloran su perdido aliento?

¿Acaso son memoria de sí mismos

y detenidos se contemplan ya para siempre?

Si tú te miras, ¿qué queda?

 

MUCHAS GRACIAS

 

Muchas gracias;

muchas, muchas gracias.

Qué va. Está muy bien.

Dispénseme, señora.

No hay de qué.

Está completo, pero está muy bien.

Un farsante, un cuentista,

un enterao

-la Place de l'Alma-, un cualquiera,

me da igual.

Cuando usted quiera.

Ah, señora, ¡si usted supiese!

Está bien.

Aquellos buenos tiempos...

Mas París es París, y está muy bien.

Aunque no lo comprendo.

L'Étoile, Notre-Dame, Les Champs,

se sabe, ¿por qué no?

Encuentro, encontraré, ¿encontré

ya?

Entonces, apresúrese, vaya.

¿Por qué no?

 

LA MIRADA

 

Sólo cuando la mirada se abre al par de lo visible se hace una aurora. Y se detiene entonces, aunque no perdure y sólo sea fugitivamente, sin apenas duración, pues que crea así el instante. El instante que es al par indeleblemente uno y duradero. La unidad, pues, entre el instante fugitivo e inasible y lo que perdura. El instante que alcanza no ser fugitivo yéndose.

Inasible. El instante que ya no está bajo la amenaza de ser cosa ni concepto. Guardado, escondido en su oscuridad, en la oscuridad propia, puede llegar a ser concepción, el instante de concebir, no siempre inadvertido.

Y así, la mirada, recogida en su oscuridad paradójicamente, saltando sobre una aporía, se abre y abre a su vez, "a la imagen y semejanza", una especie de, circulación. La mirada recorre, abre el círculo de la aurora que sólo se dio en un punto, que se muestra como un foco, el hogar, sin duda, del horizonte. Lo que constituye su gloria inalterable.

 

 

María Zamabrano (Málaga – Madrid) fue una intelectual, filósofa y ensayista española. Su extensa obra, entre el compromiso cívico y el pensamiento poético, no fue reconocida en España hasta el último cuarto del siglo XX, tras un largo exilio.

 

 

 

 

 

 

jueves, 6 de enero de 2022

Fernando Pessoa / Inscripciones ( 9 poemas) Versiones de Lázaro Álvarez

 




I


Pasamos y soñamos. Sonríe la Tierra. La virtud es rara.

Edad, deber y dioses pesan sobre nuestro éxtasis consciente.

Espera lo mejor, y para lo peor prepárate.

La suma de la sabiduría anhelada aquí te habla.

 

III

 

Desde mi villa, en la cuesta, largamente he mirado

La murmurante urbe.

Después, un día levanté

(harto de lo mirado, de la torpe esperanza desprendido)

Sobre mi cabeza la mortaja

(en lo más grande el más simple gesto convertido)

Como se alza un ala.

 

V

 

Fui conquistador. Conocido es mi nombre entre remotos bárbaros.

Simples dados fueron los hombres en mi lance.

Más, en mi turno, así de baja ha sido la jugada:

Yo lancé dados. El Hado hizo la suma.

 

VI

 

Han sido amados unos como los que son amados.

Otros premiados como los que han de serlo.

Esposa natural para mi compañero ya saciado,

Bastante fui para aquel a quien basté.

Anduve, dormí, parí

Y envejecí, sin un destino.

 

VII

 

Puse aparte el placer como una copa ajena.

Distante, austero, mío, miré donde los dioses no miran.

Pero detrás de mí se hurtó la sombra de la pena.

Soñando no dormir, dormí mi sueño.

 

IX

 

Hay un silencio donde la ciudad fue vieja.

Crece hierba donde ya no yace la memoria.

Los que cenábamos ruidosamente, polvo somos.

La historia está contada.

Callan las cabalgaduras a lo lejos. Y se apaga

La postrera luz de la posada.

 

X

 

Aquí yacemos los dos que nos amábamos. Y eso nos niega.

Donde falta su pecho, mi mano perdida se deshace en hueso.

Famoso es el amor, los amantes anónimos.

Hermosos nos sentíamos. Besa, tú, como era nuestro beso.

 

XI

 

Porque mi ciudad lo exige, luché lejos y caí.

Decir yo no sabría

Lo que necesitó de mí, sólo que me necesitó.

Que sus muros sean libres,

Que se hable su lengua como yo la hablé.

Y que mueran los hombres para que ella no muera,

Como yo.

 

XIII

 

Hecho está el trabajo. El martillo descansa.

Los artesanos que hicieron lentamente a la ciudad,

por los que todavía construyen, han sido sustituidos.

Todo como algo que la falta de algo va tramando.

La intención de todo carece de sentido

Pero yace en el muro del tiempo como un jarro volcado.

 

Fernando Pessoa (Lisboa, Portugal)  Fue un poeta y escritor portugués, uno de los más brillantes e importantes de la literatura mundial y, en particular, de la lengua portuguesa.

 

Lázaro Álvarez (San Felipe, Venezuela) Profesor de Filosofía, de Literatura y de Lengua y Tradición Cultural en la Universidad Nacional Experimental del Yaracuy. Licenciado en Letras por la Universidad Central de Venezuela.

 

 

 

 

 

 

miércoles, 5 de enero de 2022

Daniel Nizcub / Poesía en transición ( 6 poemas)

 





A TI

 

 

Aullemos juntos a la luna,

como perros nocturnos que se pasean por caminos ajenos.

Y que cuando amanezca las montañas sean distintas,

llenas de árboles con hojas nuevas.

Que otros sean nuestras miradas,

que tus ojos vivan en el mundo

y yo al fin pueda

vivir en los tuyos.

 

Te veías bien cuando era verdadera,

pero no naciste en ningún lugar

y jamás volverás a surgir.

 

Un día simplemente te corté los brazos

y la cara

y tu alma fue invencible.

 

En tus manos muertas puse un credo

tan inservible como tus dedos.

Jamás volarás de nuevo.

 

Ha llegado el primer ocaso,

el sol muere contigo,

y en su languidez deja ciegos a los mortales.

 

Te quedarás sin voz,

mutilaré tu cuerpo

y renacerás.

 

A MI VOZ

 

Mis pies son mis alas en este sueño

mi cuerpo entero en movimiento

se abalanzaba sobre la vida

y vuela con el viento proveniente del sur

soy mi bandera.

 

Mi voz me ha acompañado a cada paso,

cuando decidí guardarla

para mantener silencios cómplices de mi propio ser.

 

Cuando la puse delante de un micrófono

mi voz me llevó de la mano y crucé montañas,

aprendí a quererla y los otros me dieron lugar.

 

Mi voz ha sido estandarte de muchas historias.

Ha sido niña, madre, abuela, pantera, chango, árbol…

He sido yo.

 

Mi voz se irá y la dejaré partir.

Mañana, cuando sea necesario recordarla,

habrá que buscarla  en el vibrar de mis nuevas cuerdas

vocales.

 

Mi voz será el diapasón que guíe

aquella otra forma de sentir el mundo.

 

MI NOMBRE

 

Hoy no necesito palabras sueltas

el nombre y las letras las puso ella…

 

Tengo nombre

y mi nombre  no es nombre muerto.

Camina despacio, sigiloso

Y trasciende de toda época vivida y arrepentida.

 

Mi nombre tiene voz,

está en las paredes,

en el cielo, en los árboles

está en mi pecho,

 

Nací y tuve un nombre

un nombre que camina

que trasciende  de sí mismo

que no se detiene.

 

Mi nombre no es nombre muerto

es Agua nacida de la tierra

es Agua que sube al cielo.

 

Mi nombre será eterno.

Renacerá.

 

TREGUA

 

Tengo una tregua

con mi cuerpo.

 

Lo veo,

huele a mí,

 

soy yo,

él lo sabe,

 

es él,

lo sé.

 

Somos uno.

 

A ELLA (QUE TAMBIÉN SOY YO)

 

Cuando hay vacío y miedo,

se tejen sueños incompletos

 

Llegará el día en que olvide mi nombre,

que desaparezcan las montañas

y la vida se resuma en una vela encendida.

 

Vendrá el tiempo de las palabras libres,

de los adjetivos eternos que siempre debieron ser.

Llegará el día de los pronombres

que no necesitarán ser pronunciados.

 

Un tiempo de luz,

de paz eterna que ha existido

sólo detrás de las paredes.

 

DUALIDADES

 

Días sin sol y tragos amargos de cerveza.

Tranquilidad comprada a la vuelta de la esquina,

putas que dan luz, que iluminan las piedras en el camino.

Una puerta con candado

y yo sin caminar.

 

Cada día despierto y miro otro reflejo.

Me baño mutilando las fantasías

creadas por la noche.

Regresan mis pechos

Pero no los veo.

 

 

Rasuro cada uno de mis sueños

mientras saludo al sol.

Aprisiono mis pectorales extendidos,

asignados por genética desde la concepción.

 

Retomo la fantasía,

la oculto en medio de mis piernas

y abajo del pantalón.

 

Salgo a la calle y sacudo los insultos.

Me parto en mil personas

para alcanzar la libertad

de aprender a nadar sin camisa.

 

Regreso acompañado por la luna,

camino escuchando su voz

que esa misma noche será tinta.

 

Cierro la puerta,

enciendo la luz,

me abrazo y contemplo

dualidades disputándose mi cuerpo.

 

Daniel Nizcub (Ciudad de México) Ha participado en talleres literarios y recitales de poesía en su comunidad adoptiva (Zaachila) y está entusiasmado con éste su primer libro. También es un hombre trans.