lunes, 16 de febrero de 2009

RUBÉN ACKERMAN

VARIACIONES DEL INSOMNIO DEL CONDE VON KAISERLING


Querida Clhoris
Mi insomnio
es crudo
sin tono
devastador
e implacable
no se deja leer
no se deja escribir
no se deja tocar
no frecuenta la piedad

Es inútil el talento del joven Goldberg frente al clavicordio interpretando a Bach
Inútil el extraordinario genio de Bach en mi noche prolongada
Inútil los remedios contra el insomnio que me prepararon los médicos de la corte
Siempre todo queda mudo frente a tu ausencia
Recuerda Clhoris, que la única vez que concilie el sueño fue abrazado a tu regazo,
que sólo tu regazo conoce sonidos claves y secretos que Bach jamás imaginó.

Ahora mi insomnio reduce a cero cualquier convicción
y tiene tus gestos agazapados que se van dibujando en la sombra
y reconoce las 30 variaciones de lentos movimientos con que tu cuerpo
fantasma danza sobre mi deseo

Ahora que mi reloj descabellado marca la hora de nuestro encuentro
inexistente.

Extraño a Rusia
te extraño a ti
extraño el calor de tu cuerpo que contrastaba con la fría estepa de los
Cárpatos
Ahora todo se desvanece…
todo duerme menos tu fantasma y mi insomnio
Quizás regrese a Rusia
Y aunque no te voy a ver ni te voy a recuperar
sé que el frío de la estepa hará que mi sueño se prolongue en este invierno
sin fin.

Atentamente,
Herman Von Kaiserling
Diciembre 15 de 1744





A la memoria de Charles Baudeliere
poeta maldito que nos recomendaba
estar siempre ebrios


Siento que lo pequeño es un invento,
me lo susurró un día en mi adolescencia una
prostituta en un burdel llamado mon-petit

Ahora su susurro se pierde
es un vacío que se desvanece.

Siento el paso sigiloso de lo pequeño
su sombra diminuta casi inexistente
su aflicción como una vaga congoja
apenas la tristeza lerda que produce
el suicidio de una mosca.

Lo pequeño nos inventa a todos sin percatarnos
viene de no se sabe donde y se sienta
al frente, como un largo y fatigoso lamento
se traga inclemente nuestra vida.

Tiene ecos infinitos que resuenan como sombras
cuando te miras en el espejo lo pequeño esta ahí
recordándote tus deberes impostergables, tu ración
de sensatez fingida, tu sueño lacerado

Lo pequeño es el invento que te inventa
y tu eres mon petit lo único pequeño detrás de ti
mismo y un día te desvanecerás al ritmo pequeño
de tu diminuta vida.

Siento que lo pequeño es un invento me lo susurró
un día en mi adolescencia una prostituta en un
burdel llamado mon-petit.




4 comentarios:

CEHO dijo...

Hola, muy buen blog, si no sabes que ir a ver al cine, entra en mi blog y te daré mi recomendación sobre la cartelera nacional, el blog se actualiza diariamente y te provee de las mejores criticas cinematográficas del momento, ahora elegir que película ver es mas divertido.

Anónimo dijo...

Rubén, en esta carta maravillosa no puede saberse si fue escrita por el propio H. V. K. o por ti, poeta.
Uno va leyendo y siente realmente esas horas interminables del insomnio, el ambiente, casi cinematográfico, y la fuerza del deseo que "reduce a cero cualquier convicción" incluso la de la total y definitiva ausencia para recrearse en la fantasmal danza de la amada.
Hasta que "todo se desvanece..." y queda la certeza de lo concluyente, y de que "mi sueño" sólo puede prolongarse en el deseo infinito.

Muy buena!

Anónimo dijo...

El dedicado a Baudelaire también es muy bueno.
Creo que lo pequeño tiene la misma fuerza de lo grande, la de Dios.

Maria Luisa Allais dijo...

Hola Rubén siempre te recuerdo con el Aleph de Borges, tenía que encontrarte de nuevo en la poesía.

Salud