miércoles, 23 de febrero de 2011

José Angel Barrueco / España


José Angel Barrueco. Ha publicado las novelas Recuerdos de un cine de barrio (1999 y 2009), Monólogo de un canalla (2002) y Te escribiré una novela (2003), la obra de teatro Vengo de matar a un hombre (2004), el libro de microrrelatos El hilo de la ficción (2004), el poemario No hay camino al paraíso (2009), y la selección de textos misceláneos de Para esas noches de insomnio (2009). En 2011 publicará las novelas Asco y Vivir y morir en Lavapiés. Aparece en más de 20 antologías. Colabora habitualmente en prensa de papel y digital. Nació en Zamora y vive en Madrid. Blog: http://thekankel.blogspot.com/

nuestros perros

una vez le pregunté
dónde estaban nuestros perros,
qué había hecho con ellos
dos chuchos leales y muy humanos
capaces incluso de amar a un hombre cruel
dijo que no me preocupase, que estaban a buen recaudo
pero no están en casa, argumenté
no, en casa no, respondió

siempre albergué una sospecha:
que sacrificó a los perros o los abandonó por ahí

no lo dudo
y tú no lo dudarías tampoco
si conocieras el corazón de mi padre.


maletas perdidas

vamos a embarcar
rumbo a Bruselas

en la pista
del aeropuerto
hay una maleta
cayó de un
portaequipajes

durante 30 minutos
nadie la ve
nadie la recoge
nadie la devuelve a
su sitio en el vehículo

esa maleta solitaria
es como la oveja que
se pierde del rebaño

como el niño extraviado
en la excursión del colegio
al museo de una ciudad gris

como el hombre viudo
que bebe acodado en la
barra de cualquier bar

esa maleta fui yo una vez
a medio camino entre dos amores.


derrama versos sobre el poeta muerto

raúl núñez,
compadre
en la lucha:

enterraron
tu pellejo
hace 15 años

ningún premio
lleva tu nombre
no han rescatado
tu obra narrativa
y pocos de los que
te alabaron en vida
te recuerdan ahora
en la muerte: estás
maldito y olvidado

pero no te aflijas:

porque tú
perteneces
a las calles viejas,
a las aceras sucias,
a las tabernas donde
bebemos vino barato,
a los ojos de las viudas
aún tristes y aún bellas,
a los hombres que
rugen de fracaso,
a los tugurios plenos
de putas y de beodos,
a los rastros donde
se juntan los débiles,
al pueblo llano
y a la gente sencilla

nos perteneces
a nosotros
a quienes, contigo,
comprendimos
que el sabor
de lo auténtico
no está en la banca
sino en un poema
escrito a tiempo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

intenso y profundo

Anónimo dijo...

Tengo un padre con corazón de perro, me llegó ese poema

H. A. dijo...

Final contundente: "no lo dudo /
y tú no lo dudarías tampoco /
si conocieras el corazón de mi padre." Muy bueno!