martes, 20 de marzo de 2012
JAMMING TOTAL
Todo
indica que permutamos.
En
compases disonantes,
dentro
de ciertas abreviaturas,
cuyas
fórmulas ahíncan
los
pliegues del deseo.
Somos
piezas en el juego de las ganas.
Semblantes
ajustados a capricho.
Ecuaciones
evanescentes
en
el flujo de los sexos.
Sí,
permutamos
en
el mercado feroz de los espejos.
DMargot Baptista
***
Ciudades
Los abrazos que duermen y que son ciudades
No obstante el oscuro disfavor del molde seco
Los perdones blancos imitan curvas para vagar al filo
En la fatiga pan salado del olvido en delación y cienteatros
Los otros
Los pellejos húmedos frente a la sala vacía
Aplanan la memoria que cae al lago en el que las cámaras
Te participan que fuiste
Invitado de hurto
De pasillo iluminado
Abrazos dormidos que son ciudades
Afilando al socaire los pomos y las bicicletas quemadas de risas
Sin raíz
Al jornal llevar lumbre para ofrecer a boca y encierro
Distraer el miedo que te compra la habitación antes determinar la feria
Insolación debajo un toldo
Descuida la borda
En la palabra para disminuir en el tiempo
Porque
Los abrazos que duermen y que son ciudades
Aparejan el bronce
Que es acuerdo
Y el rejón
Joaquín Ortega
***
COBARDIA
Desamar es un destierro
Rafael Cadenas
El estruendo
y de súbito el desierto.
El cuerpo se abre y se cierra
como un acordeón mudo.
Desamamos torturándonos.
Los cobardes deberíamos morir.
Cinzia Ricciuti
***
miro tus manos
dos animales aturdidos
sobre la paz rabiosa de tu carne
las miro
insistente quietamente
suben y bajan con regularidad
como si sólo de ellas
dependiera el compás
de tu respiración
el ritmo que hace
más espesa la noche
duermes
con furia
como si no tuvieras más nada
duermes
hasta que es otra
la que sueña
hasta que tus sueños
ya no te pertenecen
bajo tus párpados
queda solamente
agua estancada
una edad que perdió
todos sus pasos
antes de llegar
entonces
me alarmo
porque empiezo a comprender
sin quererlo
que nada más conozco esta patria
de tu cuerpo hendido
por la paz mineral
de la madrugada
Adalber Salas Hernández
(Poema XIV de la parte III del libro inédito Heredar la tierra.)
***
No sé amar y por eso me tambalean los poros, la humedad desfallece y las margaritas dobles, no superan la calle, el laberinto, el punto de fuga en la boca y no soy buena en geometría.
No sé amar, en este destino que une y desune, que no da tiempo para escampar en la esquina de una mirada ceñida al más impropio de los deseos.
No, no sé de amar, porque no puedo partirme entre todo lo que quisiera descubrir en alguien, sin sentirme culpable por haberme perdido otra vez de mí.
No puedo amar, porque la caricia cesa, porque la paciencia no sé dosificarla, porque me abruman los abrazos, porque no sé salir de ellos y los platos, querido, los platos de la cena, deben estar en su lugar, limpios, secos, por orden, tamaños.
No sé si pueda amar, porque ya no quiero mascotas que me distraigan mientras espero, porque no sé qué hice con el silencio para fundar el desamor.
No quiero amar porque los tangos son la tristeza y a mi madre la vi llorar con un disco de esos, mientras le daba hueca voz a todas las soledades posibles que cantaba ese señor que también murió seguramente de amor.
No, no necesito estar cerca de un amante, porque altera el centro: ese largo alambre del que no me sale un corazón.
No me permito amar con cordura, porque quiero estar siempre en algún siempre, en el que no me toquen las sentencias de los arboles encendidos
y decididamente, aunque las venas duelan, yo, amor, prefiero abandonarte antes.
Daniela Jaimes Borges
***
CUM
Hoy, en el abrazo en el natural rincón del deseo la mano con la mano con la ternura con arrebato con un sueño y con otro con angustia con desasosiego con la calma con la ruptura con torbellino en la cama con la ropa con miedo contigo con sin-ti y con miedo con incertidumbre con dolor con esperanza como un quejido como un niño con silencio con resignación con rabia con poesía con o sin ella con búsqueda con la mirada sobre la mirada con la boca sobre la boca pronunciando la palabra perdón con arrepentimiento con vergüenza con locura con un grito con los labios rozando amor
Héctor Vera
***
De Finales
Hay amores malos
pero lo peor del amor es cuando termina
cuando te crucificas en una habitación ventilada
comes puré de reproches con sardinas
y descansas sobre el cadáver de deseos amputados
Lo malo del después, son los despojos
la ternura embalsamada
el mañana tránsfuga
los teléfonos que hablan con los ojos
la sangre espesa sin urgencias
ni dueño
Es ingrato encarar la casa
comer solo
remendar las virtudes que quedaron
condenar a la hoguera los archivos
Lo peor del amor es cuando pasa
cuando al punto final, no le siguen dos puntos suspensivos
Karla Castro B
***
No me otorgues
la realidad de tu mirada
Huye de mis ojos
disuélvete sal sobre mi piel
deja que te respire
acaricia mis sentidos con tu voz
hazte palabra
sí
hazte palabra
Hernán Zamora
***
El Dolido
El dolido no entiende por qué le niegan un cuerpo
Sólo recuerda las lunas y los besos bajo la luna
Cuando mira de frente
El dolido sonríe y te muestra en sus ojos otros planetas
quiere correrte de su mundo pero no puede
El dolido es paciente hasta que lo desea
luego aprieta sus dientes y no abre más la boca
a menos que sea para decir sequía
Todos lamentamos la pérdida de un dolido
El paso de sus años por colchones ajenos
No haber hilado un orgasmo contra su cuerpo
Que finalmente
estire la mano para decir adiós.
Gabriela Rosas
***
Nadja, anoche una lengua risueña y gigante nos quitó el aire; cerrada sobre nosotros, fue coronación de nuestro milagro compartido: acabar con las horas, sembrados en una esquina del mundo, había que levantar un círculo de fuego mientras la corriente encrespada – ¿recuerdas?– iba rebasando las rodillas: queríamos ganarle una batalla al olvido y juntarnos con el paisaje: nos desdecimos en un nudo de sábanas, fuga de la trampa del instante, ola que te busca en una postal incierta.
Alejandro Sebastiani
***
lost in translation
me dices que prefieres un hotel
porque en mi casa harías nido
después de insistir
en una cama doble
refugiamos este amor de la intemperie
tras un cartelito de do not disturb
la camarera que entiende
lo ignora cada vez
por un instante somos un trío
corres la cortina para hacer las noches y los días
y vas trayendo ramas
hierba
hojas
barro
Ruth Hernández Boscán
***
MI SOMBRA
Me asombro
de mi sombra.
Se despega vuela se pega baila seduce
besa arde toca fondo
cae descansa se viste
regresa infiel
la perdono.
Me asombro
de mi sombra.
Su quietud su soledad la sumisión
a mis pies su destino
de sombra su cuerpo
mi cuerpo.
Hildegar Acosta
***
CIMIENTOS DE AIRE
Hoy hacemos el amor
ya no hay brevedad en la cintura
se apresura el paso
los dedos de cada noche
extravían el camino
los gemidos blasfeman
La nostalgia busca el abrazo
pero son ajenos los cuerpos
que en silencio yacen
porque a veces
el adiós
nos llega tarde
Georgina Ramírez
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2 comentarios:
Salud, amigos! un abrazo en poesía y mi regocijo por leerles de nuevo.
Qué bueno esto, gracias.
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