SANTO
El altar del santo se
está quemando
sus velas son una epidemia
que lo ocultan.
La fe ardiente,
el miedo derretido,
la mecha agónica,
zigzaguea su fantasmal ascenso
que desaparece.
El altar del santo se está quemando
cada segundo es una petición
que entierra mis rodillas,
encorva mi espalda
y baja mi cabeza.
El altar del santo se está apagando
nadie lo enciende.
Los puños duermen bajo tierra.
sus velas son una epidemia
que lo ocultan.
La fe ardiente,
el miedo derretido,
la mecha agónica,
zigzaguea su fantasmal ascenso
que desaparece.
El altar del santo se está quemando
cada segundo es una petición
que entierra mis rodillas,
encorva mi espalda
y baja mi cabeza.
El altar del santo se está apagando
nadie lo enciende.
Los puños duermen bajo tierra.
Enrique Salustiana
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