Los textos que componen Caracas mortal conforman un catálogo de postales que atizan sus opuestos como un método de sobrevivencia. Irnos para encontrarnos. Quedarnos y aún así perdernos. Una ciudad donde el amor siempre parece huir para mantenernos despiertos.
Está comprendido de las ciudades que viven dentro de la Caracas de Claudia Noguera Penso, afronta el camino con los ojos abiertos, como su último y más sagrado privilegio.
Héctor Torres
No importa lo que hagamos
pensemos
la ciudad no tiene memoria
carece de recuerdos
no importa
lo que tengas que decir
aportar
mejorar
la ciudad languidece
está allí
aguantando
su propia historia
.....
Todos los días me levanto, me asomo a la ventana, me sirvo café en la misma taza, tiendo la cama sin estirar las sábanas, me calzo el reloj en la muñeca izquierda, tratando de recordar algo que siempre se me escapa y me aseguro, antes de salir, chequear el kit de primeros auxilios: no vaya a ser que la ciudad comience a desmoronarse y me agarre desprevenida.
.........
No existe una ciudad hecha a la medida.
No hay hombre o mujer hecho con las puntadas precisas, botones, ojales, cremalleras o ruedo que
requiere el alma
mi lugar siempre es ningún lado y junto a mi estás los sabes
y a mi me vence el tedio.
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Hoy una ciudad entera, que se reproduce bajo mi piel dejándola en carne viva que lleva tu nombre. Ese aro de metal que me cierne el tobillo, marca tu pertenencia y me aferra a lo que yo creo, no me pesa, es sutil como una cicatriz.
El destino tiene muchos caminos y una sola ciudad .
La espera es dulce.
Caracas es pura paciencia.
......
Tengo un pensamiento recurrente: si me voy a otra ciudad quizá me extrañen, recuerden algún nombre, decidan caminar con la seguridad de no encontramos.
Tengo la certeza que si caminamos por todos lados incansablemente
(desgastando las aceras), nos toparemos con alguien que se nos parezca y nos retorne a la ciudad que pertenecemos.
........
Esta no es una capital. No es una ciudad. No es un pueblo. Es sólo una Caracas mortal en medio de cualquier cosa, que no entendemos, que nos desconcierta hasta la rabia.
Es sal sobre la herida.
Es sentirse en medio de la nada con un alarido atrapado en la garganta.
.......
En medio de la ciudad respiro profundamente, hundo mi existencia, acabo con las horas de tedio.
La ciudad engulle y vomita su cotidianidad para que vayamos acostumbrándonos a lo que viene, sólo espero en el fondo en donde estoy un ademán que me salve del pantano que me está comiendo los pies.
El ruido de tu voz me arrastra mientras espero que me devuelva esa palabra, la que indefectiblemente me mantiene girando en tu centro.
.......
Las ciudades sólo pueden ser reconstruidas con los recuerdos de quienes la vivieron
.........
Claudia Noguera Penso: Formó parte de los Talleres de poesía con Armando Rojas Guardia y Rafael Castillo Zapata; crónica con Rafael Osio Cabrices, narrativa y periodismo con Milagros Socorro.
Ha publicado Nada que ver (1986), Último trecho (1988), El viaje ( 2001).
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