En un árbol escrito
Nunca nada de ellos te había conmovido,
ni siquiera sus nombres.
Recogías del suelo
a veces una hoja desprendida a tu paso,
la mirabas ausente
con tosca indiferencia,
segura de su verdor, que iba a responder
con el silencio suyo a tus preguntas,
¿cuándo?
Debajo de sus copas pasó el amor contigo
y aspiraste el perfume
de su hospitalidad ensombrecida,
mas no leíste nunca
su caduca escritura,
los trazos del reflejo inestable del sol
en la sombra que era de tus sueños
cobijo.
Ahora no responde, ahora te interroga:
¿desde dónde ha caído esta hoja amarilla
sobre el papel en el que escribes?
Y mientras se deshace
en tus manos su escuálido esqueleto,
le contestas que has visto esta mañana
al mirar a tu hijo
-que de repente es alto, tan alto como
ellos-
la esbeltez de sus troncos,
que en su vello incipiente hay restos de
resina
e intuyes en sus labios un sabor de
raíces.
¿Lo recuerdas ahora? Ése era el mensaje
perenne, de aquella escritura:
en ti había un árbol,
de su copa ha caído esta hoja amarilla.
El árbol que ha brotado de la alfombra
invisible
de las horas de espera,
aquél en el que añoras llegar a
cobijarte,
bajo la sombra tuya,
junto al tronco soñado
en cuyo cerne estaba escrito este poema.
Esperanza Ortega Martínez (Palencia,
España 1953)
Es una escritora, poeta, editora y
crítica española. Licenciada en Filología Románica, ha publicado cinco libros de
poemas: Algún día (E. Portuguesas), Mudanza (Ave del Paraíso), Hilo solo
(Visor), Lo que va a ser de ti (Plaza Janés) y Como si fuera una palabra
(Lúmen). Figura, entre otras, en las antologías Ellas tienen la palabra
(Hiperión) y Las ínsulas extrañas (Galaxia Gütenberg). Recibió el Premio de
poesía Jaime Gil de Biedma por su libro Hilo solo en 1995, además del Premio
Giner de los Ríos de ensayo por El baúl volador y el Premio de Cuentos Jauja por
El dueño de la casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario