Partitura
Cualquier partícula
de lo que llaman ser
vuelve sobre
sí misma,
sobre el eterno afán
de lo perdido y
encontrado.
El cansancio no prevalecerá
contra ella,
se prolongará en lo inmediato
y hará saltar las piedras.
...
Jóvenes
La sangre derramada es de los bienaventurados
con hambre y sed de justicia.
Un día y otro no son iguales
cuando los muertos son tantos.
Un día concentra todos los días
si los cuerpos son jóvenes y tienen
la piel en llamas.
Hemos llegado aquí por el peor
de los males: la inhumanidad,
risa de chacal o podredumbre.
Cráneos donde hubo memoria,
imaginación
y celo yacen
en tumbas precoces.
Terrible vía de conocimiento es el
sin sentido,
por ser más mortal que otras
se habla de lo inasible y de lo efímero,
palabras insoportables al oído.
...
Tríptico de la muerte
I
El tiempo se encarga de decir basta
sin solemnidades.
Cuando el fastidio por los muchos días de agonía
nos cercan,
las despedidas sobran.
Ni el hilo de la Parca se hace sentir,
su sigilo es extremo al cortar la seda,
cualquier intento de retroceder a los campos de la vida
se abandona.
II
Puedes elegir tu muerte.
Una que no sea asalto
o puñalada,
una muerte amiga,
calaverita de azúcar,
puerta
hacia una estancia mejor.
Antes de nacer no sabías de esta vida,
tampoco sabes de otra.
Cuando llegue el día y te diga ven,
pasa,
amarás su rostro espléndido.
III
Ubicarse en cualquier parte es el destino de las hojas.
Seres sin voluntad no enfrentan lugares desconocidos:
arenas, aguas, cielos divergentes.
Nadie las arrastra,
no están predestinadas al mal,
la inmediatez carece de atractivo sobre la andadura
de sus pies.
Llevadas por distintos corceles,
libremente abandonan sus crines
al cambiar las direcciones de la huida.
Intensos aromas del café más oscuro mantienen en alerta
sus sienes.
Son hojas, estrellas danzarinas,
con reverencia entran al baile del barro
que las amasa hasta convertirlas
en humus del mundo.
...
Piano
Las cuerdas tocan
la sustancia del tiempo.
Un intenso desacuerdo
nos asalta al perseguir imposibles.
¿Para qué guardar partituras?
Cuando lleguen los himnos de la muerte,
se oirá la brisa
en la boca y la carne.
No pienso deshacerme en palabras.
...
Teselas
Si él creó su laberinto
o le fue impuesto, no lo sé,
este país compatible con soles
y mosaicos de teselas azules,
no da para más.
Decimos, con la atadura al cuello,
que mañana es el día y
no hay mañana.
Para los que huyen sin pensar
en lo irracional de sus
andaduras, pedimos que
crezcan los bosques,
que los alimentos lleguen
a sus manos.
No piensen en volver,
si han encontrado vida
en otra parte.
...
María Clara Salas (Caracas, Venezuela)
Escritora venezolana y docente universitaria. Ha publicado Dibujos de la sombra (Celarg, 1980), Linos (Fundarte, 1989), Un tiempo más bajo los árboles (Monte Ávila Editores, 1991), Introducción a la hermenéutica (Ediciones de la UNA, 1999), Cantábrico (Conac-Taller Editorial El Pez Soluble, 2003) y 1606 y otros poemas (Editorial Ex Libris, 2008). Textos suyos, además, aparecen en diversas antologías. Ha obtenido el Premio Bienal de Poesía “José Rafael Pocaterra” (1986), el Premio Municipal de Poesía de la Ciudad de Caracas (1991), el Premio Conac “Francisco Lazo Martí” de Poesía (1992), el Premio del Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional Abierta (UNA) al Material de Instrucción Escrito, Área de Humanidades (1992), y la Primera Mención de la Bienal “Mariano Picón Salas” de Poesía (2002), convocada por la Universidad de los Andes.
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