SI QUIERES AMOR
QUE SIGA SUS ANTOJOS
He
olvidado los nombres de todos,
los
nombres de mis muertos y los de mis hijos.
No
reconozco los olores de mi casa
ni
el sonido de la llave que gira en la puerta.
No
recuerdo el metal de las voces más queridas
ni
veo las cosas que mis ojos miran.
Las
palabras suenan sin que yo comprenda,
soy
extranjera por estas calles íntimas
y
no hay dicha ni desdicha que me hieran.
He
borrado mi historia de 40 años.
Te
amo
…
MALDICIÓN
Te
perseguiré por los siglos de los siglos.
No dejaré piedra sin remover
Ni mis ojos horizonte sin mirar.
Dondequiera que mi voz hable
Llegará sin perdón a tu oído
Y mis pasos estarán siempre
Dentro del laberinto que tracen los tuyos.
Se sucederán millones de amaneceres y de ocasos,
Resucitarán los muertos y volverán a morir
Y allí donde tú estés:
Polvo, luna, nada, te he de encontrar.
…
PRECEDENTES DE LA PHILIPS
“Como en los cuadros de Turner,
donde la luz piensa”.
Octavio
Paz
Las
investigaciones de la Philips prueban
que
la luz no la creó Dios en el primer
día.
Fue Turner –desvelado en una noche
de Venecia– el que dijo hágase la luz y
la
luz fue hecha. En el principio
fue
su pincel y hasta las nieblas de
Londres
lo reconocieron. Luego
hubo
un hombre llamado Monet que
vino
a dar testimonio de la luz
entre
los suyos y los suyos sí
le
recibieron. Desde entonces la luz
habita
entre nosotros llena
de
Van Gogh con sus tristezas y todo.
…
QUIERO BAILAR CON ULISES
“Heureux qui comme Ulysse
a fait un beau voyage”.
Joachim
du Bellay.
Quiero
invitar a bailar a Ulises,
quiero
beber con él y que me cuente
de
qué color eran los ojos del joven Aquiles.
Quiero
que me cante el canto de las sirenas
y
me diga de sus noches de insomnio
sobre
las aguas del Mediterráneo.
Quiero
saber de su complicidad con Circe
en
la isla de Ea y de sus extrañas
ceremonias
y encantamientos.
Quiero
que Ulises me haga el amor
y
en la cama me cuente
cómo
eran los vestidos de Helena
y
si Paris fue como lo pinta Rubens.
Quiero
saber qué vio en el país de los Lotófagos,
de
qué color eran las montañas de Eólide.
Quiero
que me cuente por qué regresó a Itaca.
…
SUELE SUCEDER
Luego
de algunos años
de
no verlo,
de
nuevo nos encontramos.
No
el deseo, como antes,
sino
la nostalgia
de
aquellos días de deseo
nos
llevó a la cama.
La
alegría de entonces
fue
ternura y el goce
y
la voluptuosidad
sólo
complacencia.
Ambos,
podría jurarlo,
tuvimos
la certeza
de
habernos sobrevivido.
…
POEMA
DE AMOR
Afuera
el viento, el olor metálico de la calle.
Ya
dentro, va dejando todo lo que lleva encima,
primero
la cartera y la sonrisa;
se
deshace de las caras que ese día ha visto,
los
desencuentros, la paz fingida,
el
sabor dulzarrón del deber cumplido.
Y
se desviste como para poder tocar
toda
la tristeza que está en su carne.
Cuando
se encuentra desnuda
se
busca, casi como un animal se olfatea,
se
inclina sobre ella y se acecha:
inicia
una larga confidencia tierna,
se
pide respuestas, tal vez tiene la mirada turbia;
separa
las rodillas y como una loba se devora.
Afuera
el viento, el olor metálico de la calle.
…
EL OFICIO DE VESTIRSE
De
repente,
cuando
despierto en la mañana
me
acuerdo de mí,
con
sigilo abro los ojos
y
procedo a vestirme.
Lo
primero es colocarme mi gesto
de
persona decente.
En
seguida me pongo las buenas
costumbres,
el amor
filial,
el decoro, la moral,
la
fidelidad conyugal:
para
el final dejo los recuerdos.
Lavo
con primor
mi
cara de buena ciudadana
visto
mi tan deteriorada esperanza,
me
meto entre la boca las palabras,
cepillo
la bondad
y
me la pongo de sombrero
y
en los ojos
esa
mirada tan amable.
Entre
el armario selecciono las ideas
que
hoy me apetece lucir
y
sin perder más tiempo
me
las meto en la cabeza.
Finalmente
me
calzo los zapatos
y
echo a andar: entre paso y paso
tarareo
esta canción que le canto
a
mi hija:
“Si
a tu ventana llega
el
siglo veinte
trátalo
con cariño
que
es mi persona”.
…
EL OFICIO DE VIVIR
He
aquí que llego a la vejez
y
nadie ni nada
me
ha podido decir
para
qué sirvo.
Sume
usted
oficios,
vocaciones, misiones y predestinaciones:
la
cosa no es conmigo.
No
es que me aburra,
es
que no sirvo para nada.
Ensayo
profesiones,
que
van desde cocinera, madre y poeta
hasta
contabilista de estrellas.
De
repente quisiera ser cebolla
para
olvidar obligaciones
o
árbol para cumplir con todas ellas.
Sin
embargo lo más fácil
es
que confiese la verdad.
Sirvo
para oficios desuetos:
Espíritu
Santo, dama de compañía, Estatua
de
la Libertad, Arcipreste de Hita.
No
sirvo para nada.
María Mercedes Carranza (Bogotá, 24 de mayo de 1945-ibidem,
11 de julio de 2003)
Fue una poeta y periodista colombiana.
Publicaciones: Vainas y otros poemas (1972), Tengo miedo
(1983), Maneras de desamor (1993), Hola, soledad (1987), El canto de las moscas
(1997), La Patria y otras ruinas (antología, selección de Francisco José Cruz,
entrevista de Sandra Martínez León, col. Palimpsesto, Carmona-Sevilla, 2004).
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