GRAVEDAD
Te das cuenta de cómo pesa el amor
cómo cae sobre algún hombro
el tuyo, el mío
y el peso de la despedida y
la caída del dolor
que no tiene cuerpo.
…
EL AMOR
ABSURDO
Nos faltaban hechos.
Ni hacíamos el amor ni nos acomodábamos
a tomar café.
No organizamos ningún campamento a
las Islas Canarias, y
en Puerto Madryn
ni nos reconocimos; los únicos testigos de esto
fueron los cormoranes. Bichos feos de por sí,
los cormoranes saltaban
gritaban
nuestra falta de hechos.
Amantes insólitos,
nunca nos reunimos, ni por casualidad,
a oler la lluvia, ni a agitar las banderas
ni a cerrar las ventanas
ni a inventar, ni siquiera
inventar
algo cierto.
…
ZONA
No escuches. Tus hijos lloran
pero no escuches. Por
un momento
no creas más que en
lo apacible y
bueno
de estar sola,
todo quieto y
sola.
…
GRACIA
El perfil de mis dedos
está manchado de pelar papas, batatas,
de nicotina y
de limón,
de polvo de azuleno,
todo cubierto y de perfil, por
tinta,
todo imborrable
y tinta.
…
MIOPÍA
No ve
lo pequeñas que son las cosas.
Delirio de grandeza
en la mirada.
…
“ERA LO QUE DIANA MÁS TEMÍA: QUE LA REALIDAD
IRRUMPIERA”. LILIANA HEKER
Consecuente, ella empezó a lavar su ropa.
Puso agua en un balde
y agitó el jabón, con un sentimiento ambiguo:
era un olor nuevo y una nueva certeza
para contar al mundo.
“Mirar cómo se rompen las burbujas, dijo,
no es más extraño que mirarse a un espejo.”
Creía que hablaba para sus papeles
y se rió, mientras tocaba el agua.
La ropa se sumergía despacio, y
la frotaba despacio, a medida que
iba conociendo el juego.
Decidida,
tomó cada burbuja de jabón
y le puso un nombre; era
lo mejor que sabía hacer hasta ahora,
nombrar, y que las cosas
le estallaran en la mano.
…
QUIÉN ME
QUITA LO BAILADO
Pido peras al olmo. Las saboreo:
son deliciosas.
He pedido gato por liebre;
me lo han dado.
Me han contado historias
libidinosas a medianoche;
gozaba, con cada palabra,
con cada gesto.
He amado la noche cuando amanecía,
amé la muerte, y soñé con la realidad.
…
LA
FICCIÓN
Creo en lo que dicen las palabras,
no en lo que son.
Por eso
me miento a mí misma.
…
XIII
Mi madre me acuna. Canta y
el aire le sale
por la boca. Inhalo
por la herida,
mi madre sabe
de estas cosas: cierra su boca,
esta forma cruel
de respirar, guardar
el alma.
PAVESIANA
Estoy desnuda.
Quieta y desnuda.
No soy un pájaro sino
este cuerpo.
A veces la desnudez trae el pavor.
A veces el pavor no trae nada.
Yo quisiera poder caminar desnuda
y disolverme.
…
CONTÉ…
Conté con los dedos de mi mano
las veces que tuve, no las que amé.
Las yemas de los dedos
se quedaron mirándome, las líneas
de la mano rieron (¿amé
lo que tuve? ¿Quise decir
quiero un poco
de esto o de aquello,
gané, perdí semejante
generosidad?).
Ahora que me aferro
a lo que tengo -como a un poco
de nada-,
veo líneas que una burla desecha,
y lenta, tiernamente abro
el puño, dejo caer
la arena, vuelvo a tomarla
…
TATUAJE
Enemistada con la vida
que ofrecía tanto,
vaciada,
dispuesta a reír,
a dar algo
hube de hacer las cosas
trastocando
girando un escalpelo
mojado en tinta hube
de limar
punzar
un dibujo
expresionista.
Si la espalda fuera más condescendiente,
si mi enojo con la vida
fuera más liviano… por qué hube
de elegir un estilo
tan antiguo, un dibujo
tan dolido y
raro.
…
POEMA
El sol cosquillea en mi nuca.
Estoy lavando de espaldas
al sol
y de repente
sonrío
porque el sol cosquillea en mi nuca.
…
SEÑALES
Un día
vamos a despertar
y a mirar la mañana
como algo benigno.
El sol
entrará con un calor transparente
y el desperezarnos
bajo el sol
va a ser una buena señal.
…
MUTATIS
MUTANDI
Por favor no sufran más
me cansa,
dejen de respirar así,
como si no hubiera aire
dejen el lodo, el impermeable,
y el vocabulario,
me cansa,
la mujer
deje de tener pérdida ese chorro sufriente,
los padres dejen el oficio de morir,
el daiquiri o el arpón
en el anca, y aquel perfume matinal,
la Malasia,
y el Cristo
solo como un perro,
y al amor como
un fuego fatuo,
y a la muerte,
déjenla en paz,
me cansa,
(¿algo ha muerto en mí?:
tanto mejor).
Así que,
valerosos,
amantes,
antiguos,
huérfanos maternales que acurrucaron
al mundo
después
de la guerra,
dejen el rictus,
oigan
y despídanse, por una vez,
sin grandeza.
…
FUGAZ
No ensucies este momento
alguien me canta al oído
me dice la palabra siempre.
Irene
Gruss (Buenos Aires, Argentina) fue una poeta argentina.
Escribió La luz en la ventana, El mundo incompleto y La mitad de la verdad. Fue
coordinadora de talleres literarios y formaba poetas. En los años 70 fundó el
grupo de poetas "Taller Mario Jorge De Lellis".
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