El tamaño
de mi deseo
El tamaño de mi
deseo
se hincha, crudo y desbocado
echa raíces en lugares supuestamente
limpios
y me vuelve del revés, me deja
desnuda en una habitación demasiado
pequeña para desear tanto.
me repugna mi propia hambre,
esta carencia que araña la médula,
este dolor que se arrastra dentro
como uñas.
cada bocanada lo alimenta, más
espeso, más pesado...
una fuerza que crece a pesar de sí
misma.
si pudiera, la extirparía,
pelaría la necesidad de mis huesos,
rasparía
cada ansia, cada fea protuberancia,
pero se queda, anudada en los
tendones, enraizada
e inagotable.
incluso aquí, aun deseando,
aun enroscándose, retorciéndose bajo
mi piel,
llena cada hueco que puede
encontrar.
Teoría de la
combustión
Necesitará manos de amianto
para alcanzar la llama,
para tocar lo fundido,
lo que arde por sí mismo.
No me enfriaré para tocarlo.
Su espina dorsal debe sostener
el peso de las piras, del deseo
sin promesa de calor después.
Cada centímetro que doy
es combustión.
Devora,
no para sobrevivir,
mas bien por su furia.
No hay ignición sin riesgo,
no hay fuego sin hambre.
Debe caminar por entre el ardor
sin preguntarse cuándo se extinguirá
o si alguna vez lo hará.
No te extraño
trágicamente,
mas bien con la inocencia de ese
rayo de sol
que se cuela entre las hojas:
carencia tan primitiva
que olvido dónde acabo yo,
dónde empiezas tú.
Te guardo ternura
como los ríos guardan sus cauces—
constantemente,
inevitablemente.
Me inunda,
suave,
dulce,
como una mano en la parte baja
de mi espalda,
presionándome con el recuerdo
de tu tacto.
Tu nombre es mi lenguaje.
Le habla
al pulso de mi
muñeca,
al débil
zumbido de mi pecho,
al lugar dentro
de mí que no tiene paredes.
Lo digo
en voz baja,
una y
otra vez,
para que el mundo se sienta completo
otra vez.
Lia M. Markin es una
escritora, editora y traductora colombiana interesada en explorar las sombras
de la experiencia humana a través de la ficción, el realismo psicológico y el
ensayo. Como editora en jefe de El Enjambre, una revista literaria que mezcla
crítica cultural y periodismo narrativo, Markin dirige las secciones «A Medias
y Sin Zapatos», «Ficción» y «Los Críticos». Su trabajo como traductora le ha
permitido sumergirse en ideas complejas y hacer que voces distintas lleguen a
otros idiomas. Influenciada por autoras como Ottessa Moshfegh, Han Kang,
Mariana Enríquez y Sylvia Plath, Markin aborda temas como el trauma, la
identidad y el sufrimiento existencial, utilizando una prosa minimalista y un
simbolismo que da espacio a múltiples interpretaciones. Ya sea en ficción,
ensayo o poesía, su obra reflexiona sobre la salud mental, el género, las
presiones sociales y las relaciones humanas, abriendo conversaciones sobre las
voces marginadas y las desigualdades sociales.
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