domingo, 23 de agosto de 2020

Miguel Antonio Guevara ( 4 poemas ) Selección de Mahmud Darwish anda en metro

 





TRES

Dios los cría y la noche los junta. Dios los cría y el oficio los junta.

El encuentro era en el centro de convenciones más grande de la

ciudad. Los mejores ordenadores de objetos intangibles estarían

allí.

Subí al taxi –conducido por un francés, creo, no lo digo por su

acento sino por su nariz— apenas logré pronunciar en mi

orgulloso inglés la dirección. Mientras tomábamos esa autopista

de apariencia cinemática caía una lluvia despacito, garuando,

dicen en mi tierra, sentía el calor de mi chaqueta y lo bien que me

quedaba, justa pero no tanto, ancha en el dorso pero no

demasiado.

El olor de mi bebida tomaba la cabina y podía ver a lo lejos

Alcatraz en medio del ritmo serial del Golden Gate.

No sé cómo llamarle a ese momento más que de una forma:

revelación.

 


SOBRE ORIENTALISMO

Sabes…

Sabes que el orientalismo se fue al carajo cuando existe una

categoría porno llamada yoga pants.



SALA DE ESPERA, TICKET T369

Tres goticas de Bach, ya tú vas a ver, esas gotas son una maravilla,

son milagrosas.

«Rescue», rescate, ¿me entiendes?, cuando estés deprimido,

decaído, coloca tres goticas debajo de la lengua y listo. Si vuelves

a sentirte mal pones tres más.



EL HAMBRE QUITA EL HAMBRE

Es raro agosto. Abrimos la puerta (la que siempre está cerrada) y

dejamos entrar al azul cobalto del vitral de enfrente.

El hambre quita al hambre, sin embargo fuimos por pizza.

Mientras esperábamos escribimos a cuatro manos:

silencio

como claro agosto, siempre extraño

se quiebra

como dos cuerpos pegados a una esterilla

asfalto y orégano

como rana cantando en vez de corazón

en agüita tibia para los pies tres puertas:

montaña, piel y el laberinto de los locos

y café.

 


Antonio Guevara  ( Barinas, Venezuela, 1986)

Escritor, sociólogo del desarrollo, editor y artista del collage. Ha publicado en poesía Pensando el poema (Ediciones Madriguera, 2012); Hay un ruido que se escurre por debajo de las puertas (SurEditores, 1.a edición 2012; Awen, 2.a edición 2018); Ese instante turbio (Fondo Editorial Unellez, 2012); y Tres postales distópicas (El Caracol de Espuma Ediciones, 2017); en ensayo, Por la palabra (Fundación Editorial El perro y la rana, 2012) y Apuntes por el centenario de la Revolución de Octubre (Fundación Editorial El perro y la rana, 2017), además

del libro digital experimental Índice hipertextual (steemit.com/@hipertextual, 2018). Ha recibido galardones en los géneros de narrativa, ensayo, poesía y periodismo, en Colombia, Venezuela y Suiza. En 2017, su libro Mahmud

Darwish anda en metro recibió el VI Premio Nacional Universitario de Literatura «Alfredo Armas Alfonzo», en el género narrativa.

sábado, 22 de agosto de 2020

Paula Altafulla Dorado / (6 poemas) Selección de Transparencia

 



ERÓTICA

Superficie que se cree secreto,

disposición sensual

hasta el extremo.

Solo piel

en la infinitud del sentir

en donde se confunde la materia.

Lo profundo es la intensidad del sentir.

 


ENCUENTROS

Nos abandonan en la esquina

o en la puerta de la casa;

allí nos dejan

sin presentir la ausencia.

Irresponsables compañías

que logran sustraernos

de nuestra suerte,

de nuestros temores

Para luego,

derrotarnos con sus silencios.

 


ESTA CIUDAD

Cada vez más gris

se desdibuja ante mis ojos,

sus contornos se pierden

entre el humo de exhostos averiados.

Esta ciudad

se aleja de mi vista

mas mi vida está contenida en ella;

sus pasos ya marcados

han dirigido los míos.

La cada vez mayor densidad

cuestiona mi persona

la hace dudar.

Me veré igual

que aquella mujer que pasa recto por sus calles

o seré como los niños

que no conocen de señales;

algún carácter he de tener enmarcada en este sitio:

urbana.

Repito una y otra vez la misma ruta;

los caminos desviados no existen,

son precisos,

todos me llevan al punto del encuentro

entre mis ilusiones y las posibilidades.

 


SIMULACRO

Transparencia del sujeto,

distorsión del sentido primordial.

La esencia se niega a sí misma

el accidente la sucede.

Del uno no surge el dos

ni así sucesivamente.

Todo es igual a todo,

porción que es el todo;

velada evidencia de la idea

simulacro nada más.

Tránsito de un hecho

que reclama un sentido:

no más ser disfraz

ser vacío,

el vacío

no es la nada.

 


LIBERACIÓN

En ocasiones quisiera dejarlo todo,

o que todo me deje.

Desligarme por completo de las cosas del mundo

sin necesidad de morir.

 


ILUSIÓN

La ola no existe;

es el viento que empuja el agua

y la hace golpearse contra la superficie.

Lo que existe es el viento,

lo que existe es el agua.

Pero la ola,

danza en su irreal movimiento,

efímera como la eternidad.

 

 

Paula Altafulla Dorado (Bogotá, Colombia 1978)

Cursó estudios de pregrado en Ciencias Políticas en la Universidad Javeriana, y de maestría en Literatura y Cultura en el Instituto Caro y Cuervo. Ha publicado dos libros de poemas con la editorial Catapulta: Del tiempo al caos (2009) y Líneas de fuga (2019).

viernes, 21 de agosto de 2020

Mariela Cordero / (4 poemas) Selección de El curso de las jaurías.

                                  


Víctima.


 

Blandes tu debilidad obscena

                                  exhibes 

tu más sagrada fragilidad

llamas en vetustas puertas condenadas

y te arrodillas en la intemperie

únicamente

aspiras gozar la definitiva e íntima

 desgarradura:

                                            amar.

 

 

Certidumbre.

 

Debajo 

de la devoradora penumbra

se agazapa

 la muda trayectoria de un hacha 

un pétalo inflamado

un lejano rumor oceánico

un clima viscoso de cacería

un presagio 

                             astillado 

de certeza.

 

 

 

 

El festín irreductible.

“Tenía ese color

Tenía esa danza ese deseo

Tenía ese calor”. Pierre Jean Jouve

 

Miradas de pesadumbre

ensucian el clima

y atentan contra tu quebradiza mirada de amor.

El olor a desamparo reina movible

estrangulando el perfume que exhala tu pulso.

 

El hambre de tantos que olvidaron

 sus propios signos de luz

te cerca, 

para devorar la llama 

que solo a ti te alimenta.

 

En ti hay una dulzura manchada de crimen,

en el centro de la aridez tú escondes un jardín.

 

Mientras afuera sólo se respira

                              el silencio despavorido

hay música enardecida

                               girando en tus venas.

 

Tu amor es un festín 

                            irreductible 

 en medio de la masacre.



La belleza.

 

Sólo puede encenderla

la pupila

          exacta.

 

No es

sino que surge,

nueva y descomunal

en el instante preciso.

 

Esquiva y frágil

se mueve en el océano oculto

entre dos masacres:

el vacío y el absoluto.

 

Nunca podrá ser 

                                devorada.

 

 

*Estos poemas pertenecen al libro inédito El curso de las jaurías.

 

Mariela Cordero (Valencia, 1985) es abogada, poeta, escritora, traductora y artista visual. Su poesía ha sido publicada en diversas antologías internacionales. Ha recibido algunas distinciones entre ellas: Tercer Premio de Poesía Alejandra Pizarnik Argentina (2014). Primer Premio en el II Concurso Iberoamericano de Poesía Euler Granda, Ecuador (2015). Segundo Premio de Poesía Concorso Letterario Internazionale Bilingüe Tracceperlameta Edizioni, Italia (2015) Premio Micropoemas en castellano del III concurso TRANSPalabr@RTE 2015. Primer Lugar en Concurso Internacional de Poesía #AniversarioPoetasHispanos mención calidad literaria,España (2016) Sus poemas se han traducido al hindi, checo, serbio, shona, uzbeko, rumano, macedonio, hebreo, bengalí, inglés, árabe, chino, ruso,polaco. Actualmente coordina las secciones #PoesíaVenezolana y #PoetasdelMundo en la Revista Abierta de Poesía Poémame (España).

jueves, 20 de agosto de 2020

Rois Abreu / (4 poemas ) Selección de Todo pasa

 



Hombre mar 

hombrecito de papel:

lo que el río se lleva no lo devuelve

 

y en esta ciudad que llueve tanto

 

 A veces se pega en el cuerpo

creyendo que eso llega al alma

crecen penas en los ojos

se sube la mierda a la garganta

 Dios creó los domingos 

para que lloráramos nuestros pecados

Se deben abrir las ventanas

Exorcizamos silencios 

cuando los apamates están bailando.

 

 

Moramore

 

Si fuera un pétalo flor

me dejo volar de brisa

sin importar cuantos buses me golpeen con sus ventanas

 ni temerle a las niñas o a las hormigas. 

Si fuera un pétalo sol flor

ligero 

volátil

llevadero

me vuelo sobre un ave

me aprovecho miro al Cielo

 juro por mi mano izquierda    

[que te llego.

 

 

Al Oeste larense, al maestro del flaco y a él.

 

“Nunca se acabará en nosotros la tierra seca.”

LUIS ALBERTO CRESPO

 

 

Tuya siempre

 esta tierra

 y sus colores

de sequía

Tuya y mía 

de escorpiones, 

cujíes y espantos.

 

A veces

 llega hasta aquí

-enardecidaseposaenmicabeza- tu mustia lejanía  

tan inevitable

 como el color de las flores

 


Rois Abreu (Venezuela, 1988)

Escritora itinerante. Freelance. Colaboraciones para revistas, artículos su blog y poesía. Actualmente reside en Buenos aires. Finalista en el 4º Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas 2019.















miércoles, 19 de agosto de 2020

Sol Narváez / (5 poemas) Selección de Unos días en el río Uruguay




Un lujo


escribir en la cocina por la mañana

respirar sin dolor

y levantarme caminar hasta el horno

 abrirlo en un movimiento

observar bien de cerca

las dos manzanas verdes crujientes

 

colectivo (la 216)


anoche vi a un chico bajar del colectivo

y por la ventana empañada

 caras de reencuentro:

su familia inmersa en la niebla

a un costado la avenida y más allá,

 fluyendo ciego el río luján

y un barrio que emerge en tierras

que no fueron nacidas para barrio sino

para vera de río: para camalotes y juncos

 no para casas y niños para garzas,

humedales no para casas y niños para el sauce,

su silencio no para casas y niños

 

chaperíos como animales enclenques,

adormecidos patios con huellas de inundación:

la mano de un gigante que llega

en medio de la noche

 a robarse tus cosas

 -tus flores, tus fotos, tu guitarra querida-

iluminada apenas por los bichitos de luz

 

paso por la cancha de rugby matreros

veo a todos esos muchachos separados

en varios grupos de veinticinco o treinta

 gritan escupen corren taclean y yo los miro,

 detrás del alambrado

y me pregunto cuántos testículos

se zarandean en este predio ahora,

bajo la luz de la luna gélida del otoño

eh, ¿cuántos?  y si toda esa energía

de verdad sirviera para algo?

cómo, no se supongamos dar electricidad a toda la ciudad?

 

 

acostada en el pasto

 levanto las piernas

abro los dedos de mis pies

desnudos brisa y cielo

pasan entre ellos

como delicadas

algas celestes

 

 

el té frío reposa cerca de la persiana

una pila de libros sobre la cama revuelta

 las cinco de la tarde escribo

 para traer hasta mí

el olor del mar

y olvidarme del sol

filtrándose invencible

 no puedo dormir la siesta

no voy a perderme este suave

lento discurrir de la tarde

que avanza como un durazno

maduro rodando por el suelo

 

 

Sol Narváez (Buenos aires, 1985)

Es música, vientista (flautas y aerófonos andinos) en diversos proyectos de música popular, y en el grupo Un, dos, tres, ¡cuá!, con el cual recibió una beca del Fondo Nacional de las Artes (Beca a la Creación 2016). Además, se dedica a la docencia, como profesora de flauta traversa y de música.

Como poeta, participó en las Antologías de El Rayo Verde 2015, 2016 y 2017, y formó parte del taller de Osvaldo Bossi, entre idas y venidas, desde fines de 2013.

“Unos días en el río uruguay” (Alción Editora, 2018) es su primer poemario publicado.


Julia Gutiérrez / Selección de poemas


Solo a mí

se me ocurre tener un corazón latiendo

en otro cuerpo.

 

 …………………………….

 

Viajé por los mapas de tu cuerpo,

leí las líneas continuas

que indicaban tus manos,

hice escala en todos los aeropuertos

de tu sexo,

pasé los controles de seguridad

de tus miedos,

di la vuelta al mundo partido

en dos mitades de tus labios.

Al volver, deshice el equipaje,

revelé las fotos de mis retinas

y guardé el souvenir de tu silencio.

El amor fue un suburbio

en la ciudad del deseo

y nosotros dos turistas

de una noche

de placer.

 

………………………..

 

Hoy he decidido que no nacerás.

No tengo razones que darte,

no me perdones

por no dejar que me obliguen

a alumbrar un camino

que oscurece el mío propio,

 

a cargar con un instinto

que no me pertenece,

ni puta ni santa ni madre,

solo mujer, una raíz

que no es cuadrada.

 

No me indultes ni me ataques,

yo no te dejo

clavar la cruz de la culpa.

¡Maldita humanidad

que otros imaginaron!

 

No escribas en mi cuerpo

de lengua diferente

ningún decreto que me resigne,

que me haga menos digna

de mí en este estado.

 

Hoy he decidido que no nacerás

y no habrás muerto

porque no te he parido.

………………………………

 

Bajo la ducha

caen las gotas

por mi piel,

 

tus últimas caricias

se van por el desagüe.

 

…………………………………….

 

Contra la indiferencia masticable

que no detiene

este sentimiento empeñado

en seguir destilando amor

hasta formar una nube

desgarrada

que vuelve a lloverme encima

cristalizada

llevándome de vuelta a ti

sin anestesia,

aprieto los labios

luchando conmigo misma.

Soy entonces una sombra

que no alcanzo con la mano,

un grito silenciado,

un corazón derrotado que agoniza,

gota a gota, su indigencia.

No quiero que latas más.

Yo te detengo.

 

POEMAS DEL LIBRO: Saltaré si Hay Abismo, Vitoria-Gasteiz: Las Modernas Editorial, 2017

 

 

 

 












POEMAS SUELTOS

 

Por su bien, por su bien

y era de hiel

aquel panal de abejas.

 

Niña de cera, dulce de gomaespuma

y dientes de leche,

la elegida.

 

Cuerpecito de ángel mutilado

por el aguijón que cambió

pañales por sudario.

 

Horror de hogar que le persigue,

paredes culpables. sonrisa borrada,

escarnio profundo repetido.

 

Un día habló y habló.

Huyó del miedo al presagio

y el Mezquino bajó la mirada.

 

Mientras, todos seguían

mirando a otro lado

y rezándole a Dios.

 

¡Pss! ¡Secreto!

silencio, silencio, silenciada.

 

………………………………….

 

Muestro mi espalda desnuda

como un cangrejo sin concha,

 

lo único que queda

cuando ya no queda más.

 

La exhibo sin ningún pudor

y esta piel tragaluz

se abre en árbol genealógico,

 

cactus superviviente

al desierto de mi estirpe.

 

Cruzo en pie por los siglos

flexible como duna móvil

cambiando lo simbólico,

 

culebra que resucita a otras

con hierbas en su boca.

 

Una ecdisis es necesaria

-brazos en cruz-

con la que suelto los moldes

 

y este peso muerto

            de la Historia

                  que sostengo.

 

……………………………………

 

Rara vez vuelve el brillo a los ojos

-medio ciegos del agua y sus reflejos-

de quienes huyen del infierno

y reciben el silencio del mundo.

 

La miseria existe y también los miserables,

cazadores furtivos de los que escapan

despavoridos, y niegan asilo a los desesperados

que abandonan sus casas.

 

Warsan Shire sabe que no hay tierra prometida:

navegar hacia la niebla

siempre será mejor que la muerte segura.

 

El Atlántico negro de secuestros y su resaca fantasma,

el Mediterráneo que se traga esperanzas y miedos

¿dónde está el multiplicador de peces?

¿nadie tuvo fe para caminar sobre las aguas?.

 

Espuma color sangre, un mar azul cementerio,

océanos con banderas

y olas de bolardos móviles

abren paso a un yate con caviar iraní

pero no a una patera de hambrientos.

 

Para esos a los que llaman los Otros

depende de las mareas el trozo de océano

donde pierden el pulso a la supervivencia

sin lápidas, sin historia, sin refugio

donde solo las ballenas lloran sus muertes.

 

Mientras, sin pudor ni vergüenza

Europe's living a celebration.

 

………………………………………………….

 

Te veo acercarte

y me recreo,

tu desnudo me contrae.

 

Ser mucho más

y sin embargo

cuerpos solo,

hiedra sobre ti

siento en mi sexo

el ritmo del baile.

 

Tengo el poder en la lengua

y tú respondes.

 

Estruendo de océanos.

 

Es urgente

la lluvia

dentro.



Julia Gutiérrez, España, 1972