martes, 6 de septiembre de 2011

Miradas & Palabras sobre Caracas: Para bien o para mal V



CARACAS DE BABEL 2

urbanidad en terapia intensiva
una falla muta sobre la ciudad
todo es un algo denso
que se revierte
nos silencia

se pasea el idioma
como otro estado de coma
nos desfila
se va reduciendo
vital es brindar todavía
por los signos que aun quedan

sigo adelante
miro en la pasarela
el otro cuerpo
la otra cara
se anuncia la violencia
una actriz
que nos marca con su currículum vitae
y hace de nuestros cuerpos
ruina ambulantes
con vestidos de metal

se propagó la epidemia
hasta la palabra
cómo no enfermé en cada esquina
un momento
el auxilio perdió su emergencia?

vibro en mi recinto
como una mariposa de utilería
fecundo con dialectos las armazones de concreto
comparto con otras especies un contagio
no se
pierdo el hilo de la conversación
algo anda mal
comunicarse podría ser un delito.

FÁBULA

la ciudad no entiende
tu manera de olerme

el camino no sabe
nada nos conduce

tu piel está seca
lo sé por las líneas tensadas
de tus muslos

y la curva de tu espalda
donde guardas tus alas

me sigues
no sé desde cuando

sobre mi espalda
galopa la bestia.

RELATOS DE UN ESPACIO ESTEPARIO

llega mi transfiguración ya, se adorna
al lado del soldado que duerme, sobre su fusil.
Anónimo

qué espero del entorno
qué necesito para orientarme
no apuesto a nada cardinal
los mapas son lugares vacios
para mirar el esqueleto del mundo

sobre tu relieve
lo que deseo es solo bailar
confundir mi rostro en el bullicio
ahogar la serenidad en el ritmo
perder la memoria

abriré más la tierra
haré de una falla
una trinchera
miraré desde abajo las piernas
solo hasta su oscuridad
que todo me trague

lleno de música
persigo
animales sin jaurías
miro a mi lado
otra bestia
que aúlla
mientras avanza
en sus ojos
furia y belleza
es tan dulce la mirada
antes de la muerte

nadie llegará tarde
la reunión no será para conversar
ni describir otros actos bárbaros

salimos de la oscuridad
vagamos instantes al descubierto
vamos buscando un misma presa
en la ciudad.

SOÑOLIENCIA

a la tarde se le cae el sueño
no hay niños jugando alrededor
no veo espejismos sobre el escritorio
la gracia y la dicha es mejor borrarlas
seguir armando el monólogo
de palabras con erizos
de frases con espinas

todo debe estar absolutamente vivo
enconado
para cuando entre tu voz
por el pasillo
y vea tu cuerpo al fondo

en estado de vigilia
a lo minúsculo de los cambios
casi imperceptibles
sería la única forma de sobrevivir
y no morir como un pendejo

aquí.

VERTICALES

quiero regarlo todo
con esperma
faltarle a la conducta
rompiéndote
crezca lo salvaje
como el monte del camino

desde la ciudad
desnudo
limpio de la calle
con el aire verde
para sembrar
en los espacios
humedades

y la gente frote
sus zapatos
en las esperas
en las colas
haga recinto
celebre lo vertical.

que tiemble tu costumbre
eso hago
ese es el deseo
sin filosofías
a puro pulmón
para criarles un motivo
se potencie la especie
de seres que abandonen la muerte
no seamos más demonios inconcientes
ayudemos al fuego
nos tiemple el coraje

crucemos la frontera
desde la acera.

JUAN CUOTTO: Licenciado en informática, Fotógrafo, Poeta

Para mí
desde el sentido de los sentidos
Caracas es también poesía inédita
Todo aquello
desde ella
no publicado todavía en los periódicos

suelto en lo invisible -ese aire olvidado por la respiración-

Para mí Caracas es poesía viva
Con sus guacamayas dialogando
sobre las palmeras sin cabezas
de mi calle
Repartidos los techos
entre zamuros
que desde rascacielos
planifican –eficiente y consecuentemente-
el aseo urbano una lección de espesura civil

para mi Caracas es poesía oral
Kalathos
La Parada
este espacio
reunidos por ella

y sobre ella

Por temor a un título

Te abro no hay agua o sucia La sed estresa la luz la fuga
Y el centro del olvido

Un paisaje de zamuros sugiere algún cadáver
Recita muerte a cualquier hora
El rojo ya no dice tus techos
y sí
casi todas las esquinas

Devoramos tu ombligo lo digerimos en periferia

Nos cagamos en tus cuatro puntos cardinales

Este Vs Oeste Norte que juegas Sur entre las piernas

Cuando te asoma un perro un perro te asoma
Cuando te asoman las manos
no sé quién se asoma
quizás el horizonte sujetándote claridades

hemos cortado tu bellaluz
De ti aquí fantasmas bajo los rizos
Vuelos de ayer
Para decirse hoy
con alas entumidas
Propio de un Ángel caído: No Caracas no pasó Pasó su silencio

como una aliteración de aguas negras
que pierde fondo en la memoria
No Caracas quedó diciéndose…

desde aquel aterrizaje de bucles sin anunciación
Salvo el hedor a quema ropa a quema frente
a zzsssufre
Y así de caída sigues siendo bella
Tu herejía
descubrirte arcilla hipotecada Siempre debiendo luz
expulsada de soles y palabras

Porque soles o palabras
sugiere alfabetos a la sombra
un contagio
entre la promesa de pan y el hambre

estas líneas que no se tocan
por temor a un título Virus de subterráneo


sobre un diálogo barroco metafísico -y anglo-
versión chatting

Se queja el alma
Desde su artículo masculino
Desde su eternidad tejedora de calvicie

Y se queja el cuerpo
Molesto a partir
como suerte

rima-ruido dicen juntos Y no sobra

Porque se trata de anunciar sin avisos comerciales
de penetrar
picando asfalto a pie sin traje ni corbata

sin zumbido que alerte a la sangre por chupar

Se trata del sí invocado al ángel

en esa anunciación
de
la
nariz
hacia
bajito
bien
pasito

pues de los ojos hacia el norte
la piel es un alien que vigila
la piel es una celda:
una edición de nervios arterias y huesos
torturados en el prólogo

de la frente hacia el norte saludan: ¿todo bajo control? todo bajo control!

¿Y la erección? Sin apuro en la terapia Con apuro en Farmatodo y Locatel

La frente no resiste la grosería
de la leche bien dicha: ruido y rima

Entre mi norte y mi sur las manos Se me acabó el papel

MELBA MARRERO: Socióloga, Publicista, Poeta. Poemas publicados en la revista el salmón

caracas
los que van a morir no te saludan

ya no tienen manos que levantar
se las han cortado arrancado
o las han perdido en alguna apuesta
imprudente
y cruenta como tus sueños

tampoco se arrodillan
caracas
no los deja este temblor metálico
que les atraviesa la espalda
que muerde los bordes de esta hoja

un temblor que parece traído
desde el primer frío de este mundo


los que vamos a morir
no te saludamos
aunque estemos parados en tu arena
en el polvo que se confunde con nuestra piel

y no lo hacemos
porque hemos recorrido tus huesos cansados
sucios
mondados por la ceguera

porque te conocemos

cada mañana
la piedra de tu risa
estalla contra nuestra frente

sabemos tus gestos de madre carnívora

hemos visto dónde
te muerdes la cola


no saludamos
y nadie se percata

nadie nota el óxido acumulado en nuestra voz

nadie ve en nuestras caras
que ya entendimos:
de todas maneras
la prosa de nuestros días
será siempre abrupta como tus calles

y el día de nuestra desaparición
tendrá la piedad rabiosa
de tus balas perdidas

ADALBER SALAS: Licenciado en letras, autor de los poemarios La arena, el vidrio: ascenso en tres movimientos y Extranjero, co-autor de las antologías la imagen, el verbo y la antología de poesía jóven Venezolana

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