viernes, 26 de mayo de 2017

Que no calle el poema I



Enamorado del silencio,

el poeta no tiene más remedio que hablar

Octavio Paz






Aquí, ahora, en mi país
somos esta circunstancia
a merced de la crueldad
este cielo eclipsado
este olvido de lo humano

una inexactitud en el dolor
que nos aflige sin retorno.


Con la muerte regresa el olor.
Trae la noticia. La angustia.
 

Golpeo fuerte con los nudillos de los dedos
toda superficie que pueda contener
una llama ardiente hincando los tuétanos

pero están alejados en ese más allá
delirantes, con la cabeza abierta.


Llegó el hombre accionando la palabra guerra. 


Náusea demencial.


La boca púrpura los nombra

y los condena.



Edda Armas


*****

Nuestros muertos



Que no lleguemos a sentirlos ajenos,

como si ocurrieran en otro país de nombre impreciso,



como si no tuvieran que ver con nosotros.



Nuestros muertos están cerca, nos pertenecen,

los llevamos sobre la espalda, nos pesan sus huesos,



nos punzan, nos duelen.



Nuestros muertos cenan en nuestra mesa,

comparten nuestro sofá y nuestro cansancio,

leen en la cama nuestras novelas

y se quedan dormidos a nuestro lado,

como niños.



Y es que son niños.



Nuestros muertos

se ponen nuestros zapatos,

y salen al mismo tiempo que tú y yo,

en la mañana, tan cansados,



tan heridos y golpeados como nosotros.



Que no lleguemos a olvidarlos. Son nuestros muertos.

Nos los mataron en los caminos, como perros.

Y después, después se burlaron de ellos.



No son nuestros héroes,    

son nuestros muertos.

Nuestra vergüenza,

nuestro amor,

nuestro odio.



Que no lleguemos a sentir que se alejan,

que se han ido a la muerte, que no se queden



en simple oración de beatos.



Están desnudos, tienen frío, dale sábanas,

y luego llévalos contigo a la gran autopista

donde pides el fin de las tiranías.



Son tu sombra estos muertos,

y no hay nada más vivo que una sombra.



Fedosy Santaella













*****


cuál es la música que escuchan los verdugos

bailan grotescos

sobre la sangre derramada



ensayan sus repugnantes pasos



no ven los jóvenes cadáveres

ni el río de lágrimas

ni las huellas lacerando el asfalto



no escuchan el gemido de las madres

huérfanas en los umbrales

sus rezos en la noche

las agónicas velas sin destino



no escuchan la letanía del hambre



qué música apaga los llantos y los gritos

qué música envuelve la pestilente danza

qué alegría infame les hace mostrar la dentadura

nauseabundos bufones de la muerte



un abismal horror me embarga



de dónde viene la música que bailan




Ana María Hurtado


*****


Poema en Kiev o Caracas


Me hablas de política internacional

mientras penetras mi cuerpo 

eres un falso activista por la paz 

tú a mí me destruyes 

afuera un país se quiebra 

yo me salvo en tu espalda

me tienta la sabiduría de la entrepierna

miles de personas queman Kiev 

la plaza enorgullece los egos

yo te habito en la desnudez 

País gigante 

continente absurdo

hoy el coño nos ha llevado a un exceso de tristeza

repitiendo la historia de una raza lastimada  

huimos de una crisis ajena a nosotros

yo te penetro para alcanzar mi nuevo hogar 

aprieta mi sexo hasta escapar del país

esa noche televisamos La Primavera Árabe en tu cama

tratados de Paz nos quitan el sueño

mientras el Dólar aumenta y tu cuerpo enferma 

mi Madre cansada nos ruega alivio fracasamos 

en el intento de la cura del Cáncer 

Facebook no cesa 

ella descalza camina hacia cualquier frontera donde el placer exista 

fantasma te logro agarrar 

me hice hombre de tanto buscarte para darme cuenta que: 

ya Papá y Mamá no existen 

reproduzco en Youtube una manifestación en Kiev 

mis lágrimas carecen de Azúcar

cruzan el Atlántico en mis sueños

el Petróleo corre por tus venas 

actualizas tu estado de Facebook

esperas comentarios de lastima 

rezas a quienes no te escuchan 

cegado ajeno fastidiado de la política me llamas a tu pecho 

y un rio se rebosa 

los niqueles de mi cuerpo te sostienen 

mientras un País entero Duerme




José Miguel Navas


*****

La determinación no tiene edad, rostros infantiles junto a piernas cansadas practican la danza de la muerte

el enemigo es una paradoja

un hermano disfrazado de verde

lluvia  de gas asesino

la vida pende de un hilo en esta extraña lotería que canta libertad.



El sentido se esconde buscando argumentos

la muerte lo encuentra

uno a la vez



La sangre inunda la razón

lubrica el proceso pero ahoga el sentimiento

muta en maternales lagrimas

el país se extingue a pedazos

carente de justificación alguna



Inventario de epitafios infinitos

solo quedan sueños huérfanos




Ángel Moreno Stopello


*****

Que conste



Aquí no hay fallecidos.

Aquí nadie se muere.



Las piedras nos encuentran en los parques estériles.

Las balas nos acuestan a dormir sin canciones.

Las bombas nos dan cita en las cafeterías rotas.

El hambre nos entretiene sin horario.

El dolor nos confunde a fuerza de dolor.



Somos asesinados en el aire caliente.

Somos acribillados entre el agua y el sol.

Caemos fulminados bajo el polvo mugriento de un duro atardecer.



Que conste

Aquí no hay fallecidos.

Aquí nadie se muere.




María Dolores Ara


*****

Plan



Ya muerto

me cuesta construir la casa



ya destruida

me es difícil juntar a mi familia



ya separada

me cuesta sentarlos a la mesa



ya sin comida

me resulta incierto dejarlos satisfechos



ya sin futuro

me cuesta que me sigan creyendo



ya la torturadora bota

me vuelve a dejar sin dignidad



anunciaron la nueva fase del plan

aún muerto me aniquila esta tragedia



aún sin vida espíritus civiles siguen dando su aliento





Héctor Aníbal Caldera


*****


País



Manos atadas

Bocas entumecidas por el frío de hospital

Ácido corre por el cuerpo



Queda

furia e impotencia



Queda

burocracia de balas y uniformes



No hay regreso




Tina Oliveira







Fotografías tomadas de la web, las mismas están enmarcadas en las protestas llevadas a cabo por los venezolanos en el año 2017, en contra de las irregularidades del gobierno.

La Parada Poética, a través de sus diferentes redes sociales, y con el apoyo de varios poetas venezolanos se ha sumado  a este sentir, teniendo como recurso de protesta la palabra.


1 comentario:

Anónimo dijo...
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