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viernes, 2 de junio de 2017

Que no calle el poema II

Sólo en un sitio puede ser derrotada una sociedad: 
en el pecho de cada hombre

Rafael Cadenas



Un país no es una trampa,
espacio oscuro para la omisión,
un terreno de depredadores.
No tiene aristas devastando todo.
Tampoco es un himno,
ni la leyenda turbia de sus guerreros.
A un país no se le trata como a un objeto para desechar
una vez que agotó su utilidad. 

Pero ellos vinieron
y desecharon todo
y entonaron himnos y omitieron
y pusieron
tristes quesitos para ratones 
después de agotar las provisiones de la alacena.
Ellos dijeron que no era un país
sino una patria
porque un país es una costumbre burguesa
como burgués es comer,
la dignidad.
Sentir dolor porque nos llenaban 
la cabeza de tiros
y un país,
mi país,
cupo de repente
en el hambre.

Cupo de repente en el hueco de una bala.


Kelly Martínez



Apuntes de hoy

No reconozco
en su mirada fría
en sus manos de hierro
su indiferencia metálica

no reconozco
el gesto hermano
por este rincón de selva,
por el verde caudaloso
y el azul atormentado

son de otro lado
sus alas cercenadas
por sus escudos y sus cascos
me hablan
de un lugar
donde no hay ángeles

o a media noche
cuando reposan
les cambian el alma
por cenizas
suspendidas en la punta
de alfileres.

Inés Muñoz Aguirre


La hora es débil
aunque se llame desde el sol
pasa el viento
y tampoco explica por qué nos lleva
más abajo
hasta resistir 

el pasado mesiánico 
que nos cobra con muerte

gallinas 
sin sus hijos
quedan

y empieza la oscuridad
en la mira del siguiente disparo.

Daniela Jaimes-Borges



La noche que no acaba

La noche nos cayó encima
Un manto pesado y oscuro.
En Palmira, mataron a un niño
Un proyectil que debía protegerlo
Le atravesó el cuello.
Un sueño que no fue sueño
Nos distrajo por unas horas.
Un mal dormir sin dormir.
Al despertar
El dolor seguía allí
Renovado.
Luis Alviarez se tornó en Yeison
Asesinado en Pedraza por una metra.
Metamorfoseada en proyectil de policía.
El luto siguió cerrado
La noche se negó a marcharse.
Un llanto ya sin lágrimas
Nos anegó el alma.
Pocas horas pasaron
A mediodía la noche seguía oscura
La noche sin luna ni estrellas,
Qué no parece tener fin.
A Diego Arellano, otra bala
La misma bala que nos asesina desde hace años
Le cegó la vida en San Antonio de los altos.
El dolor y el llanto,
como la noche,
No acaban.
No hay tregua
Es un luto por goteo
Drop
Drop
Drop
Uno a uno van cayendo
La gota de sangre
No hace ruido al caer
Pero, nos aturde.
Nos nubla el entendimiento
Seguimos contando muertos.
Clamando al cielo
La llegada del amanecer
Para que acabe
Por fin
Esta noche interminable.


Golcar Rojas


Salgamos
que no se hable más paja
que vuelva la luz
más allá de la sangre.
Que la tortura
la cárcel
y  la muerte
sean sólo un mal recuerdo
como Hiroshima
el Holocausto
Vietman
9/11
o aquel loco que entraba al palacio
con un tanque.

Enrique Salustiana



SALMO AL AVILA


“El Ávila reconforta”


(I)
Si te racionan la calma
por mandato superior
y presencias con horror
cómo desalojan almas;
si te borran de las palmas
de las manos tus historias
y te obligan que al ahora
el futuro se lo abortes;
mira siempre fijo al norte
el Ávila reconforta.


(II)
Si la duda se convierte
en el pan que cada día
se apoya de la vajilla
por falta de arroz y leche;
si no hay pecho que sujete
tanta angustia en una aorta
y ya se te quedan cortas
las plegarias por las noches
mira siempre fijo al norte
el Ávila reconforta.


(III)
Si llegas a Maiquetía
con la vida en dos maletas
y sobre la billetera
un pasaje de salida;
si comprendes que te exilian,
te privan y te deportan
de tu patria, y no hallas forma
que tu voluntad importe:
mira siempre fijo al norte
el Ávila reconforta.


(IV)
Mas si clavas las rodillas
en las venas del país
y no existe algún desliz
que te anule la sonrisa;
si contemplas maravillas
donde muchos miran horcas
y sientes que te transforma
esta patria tan enorme:
miremos juntos al norte
el Ávila reconforta.



Gabriela Cunemo





No  voy  a  salvar  a  más  nadie,  aquel  que  quiera  salir  ileso que  aprenda  a respirar  bajo  el agua.  No  voy  a  arriesgar  el pellejo,  carne,  mi  piel,  lo poco limpia  que  soy,  para insistirles que la  redención  es  mirarse  en  el espejo, aguantar  y aguantar,  siempre  de  pie,  descalza,  aun  cuando  el espejo no te devuelva  absolutamente  nada.


Claudia Noguera Penso


Albor

¿Cuánta luz nos hace falta
para opacar esta aberración?

¿Cuántas trampas
nos esperan antes
de encontrar la luz?

El bastimento diario
dejó de ser esencial

Hay que procurar la vida

Acuarela Martínez



























Fotografías : Mariam Krasner, Mary Carmen Daza, Georgina Ramírez y Carmela Palacios, tomadas en Caracas Venezuela en los meses de abril y mayo del año 2017

viernes, 26 de mayo de 2017

Que no calle el poema I



Enamorado del silencio,

el poeta no tiene más remedio que hablar

Octavio Paz






Aquí, ahora, en mi país
somos esta circunstancia
a merced de la crueldad
este cielo eclipsado
este olvido de lo humano

una inexactitud en el dolor
que nos aflige sin retorno.


Con la muerte regresa el olor.
Trae la noticia. La angustia.
 

Golpeo fuerte con los nudillos de los dedos
toda superficie que pueda contener
una llama ardiente hincando los tuétanos

pero están alejados en ese más allá
delirantes, con la cabeza abierta.


Llegó el hombre accionando la palabra guerra. 


Náusea demencial.


La boca púrpura los nombra

y los condena.



Edda Armas


*****

Nuestros muertos



Que no lleguemos a sentirlos ajenos,
como si ocurrieran en otro país de nombre impreciso,


como si no tuvieran que ver con nosotros.


Nuestros muertos están cerca, nos pertenecen,
los llevamos sobre la espalda, nos pesan sus huesos,


nos punzan, nos duelen.


Nuestros muertos cenan en nuestra mesa,
comparten nuestro sofá y nuestro cansancio,
leen en la cama nuestras novelas
y se quedan dormidos a nuestro lado,
como niños.


Y es que son niños.


Nuestros muertos
se ponen nuestros zapatos,
y salen al mismo tiempo que tú y yo,
en la mañana, tan cansados,

tan heridos y golpeados como nosotros.


Que no lleguemos a olvidarlos. Son nuestros muertos.
Nos los mataron en los caminos, como perros.
Y después, después se burlaron de ellos.


No son nuestros héroes,    
son nuestros muertos.
Nuestra vergüenza,
nuestro amor,
nuestro odio.


Que no lleguemos a sentir que se alejan,
que se han ido a la muerte, que no se queden

en simple oración de beatos.


Están desnudos, tienen frío, dale sábanas,
y luego llévalos contigo a la gran autopista
donde pides el fin de las tiranías.


Son tu sombra estos muertos,
y no hay nada más vivo que una sombra.


Fedosy Santaella













*****


cuál es la música que escuchan los verdugos
bailan grotescos
sobre la sangre derramada


ensayan sus repugnantes pasos


no ven los jóvenes cadáveres
ni el río de lágrimas
ni las huellas lacerando el asfalto


no escuchan el gemido de las madres
huérfanas en los umbrales
sus rezos en la noche
las agónicas velas sin destino


no escuchan la letanía del hambre


qué música apaga los llantos y los gritos
qué música envuelve la pestilente danza
qué alegría infame les hace mostrar la dentadura
nauseabundos bufones de la muerte


un abismal horror me embarga


de dónde viene la música que bailan



Ana María Hurtado


*****


Poema en Kiev o Caracas


Me hablas de política internacional
mientras penetras mi cuerpo 
eres un falso activista por la paz 
tú a mí me destruyes 
afuera un país se quiebra 
yo me salvo en tu espalda
me tienta la sabiduría de la entrepierna
miles de personas queman Kiev 
la plaza enorgullece los egos
yo te habito en la desnudez 

País gigante 
continente absurdo
hoy el coño nos ha llevado a un exceso de tristeza
repitiendo la historia de una raza lastimada  
huimos de una crisis ajena a nosotros
yo te penetro para alcanzar mi nuevo hogar 
aprieta mi sexo hasta escapar del país
esa noche televisamos La Primavera Árabe en tu cama
tratados de Paz nos quitan el sueño
mientras el Dólar aumenta y tu cuerpo enferma 
mi Madre cansada nos ruega alivio fracasamos 
en el intento de la cura del Cáncer 

Facebook no cesa 
ella descalza camina hacia cualquier frontera donde el placer exista 
fantasma te logro agarrar 
me hice hombre de tanto buscarte para darme cuenta que: 
ya Papá y Mamá no existen 
reproduzco en Youtube una manifestación en Kiev 
mis lágrimas carecen de Azúcar
cruzan el Atlántico en mis sueños
el Petróleo corre por tus venas 
actualizas tu estado de Facebook
esperas comentarios de lastima 
rezas a quienes no te escuchan 
cegado ajeno fastidiado de la política me llamas a tu pecho 
y un rio se rebosa 
los niqueles de mi cuerpo te sostienen 
mientras un País entero Duerme



José Miguel Navas


*****

La determinación no tiene edad, rostros infantiles junto a piernas cansadas practican la danza de la muerte
el enemigo es una paradoja
un hermano disfrazado de verde
lluvia  de gas asesino
la vida pende de un hilo en esta extraña lotería que canta libertad.


El sentido se esconde buscando argumentos
la muerte lo encuentra
uno a la vez


La sangre inunda la razón
lubrica el proceso pero ahoga el sentimiento
muta en maternales lagrimas
el país se extingue a pedazos
carente de justificación alguna


Inventario de epitafios infinitos
solo quedan sueños huérfanos



Ángel Moreno Stopello


*****

Que conste



Aquí no hay fallecidos.
Aquí nadie se muere.

Las piedras nos encuentran en los parques estériles.
Las balas nos acuestan a dormir sin canciones.
Las bombas nos dan cita en las cafeterías rotas.
El hambre nos entretiene sin horario.
El dolor nos confunde a fuerza de dolor.

Somos asesinados en el aire caliente.
Somos acribillados entre el agua y el sol.
Caemos fulminados bajo el polvo mugriento de un duro atardecer.

Que conste
Aquí no hay fallecidos.
Aquí nadie se muere.



María Dolores Ara


*****

Plan



Ya muerto
me cuesta construir la casa

ya destruida
me es difícil juntar a mi familia

ya separada
me cuesta sentarlos a la mesa

ya sin comida
me resulta incierto dejarlos satisfechos

ya sin futuro
me cuesta que me sigan creyendo

ya la torturadora bota
me vuelve a dejar sin dignidad

anunciaron la nueva fase del plan
aún muerto me aniquila esta tragedia

aún sin vida espíritus civiles siguen dando su aliento



Héctor Aníbal Caldera


*****


País



Manos atadas
Bocas entumecidas por el frío de hospital
Ácido corre por el cuerpo


Queda
furia e impotencia


Queda
burocracia de balas y uniformes

No hay regreso


Tina Oliveira







Fotografías tomadas de la web, las mismas están enmarcadas en las protestas llevadas a cabo por los venezolanos en el año 2017, en contra de las irregularidades del gobierno.

La Parada Poética, a través de sus diferentes redes sociales, y con el apoyo de varios poetas venezolanos se ha sumado  a este sentir, teniendo como recurso de protesta la palabra.