Este
es mi país de sombras
mi horizonte constreñido
Este mi país de los idos
de los que no retornarán (al menos no siendo los
mismos)
Este es mi país sin puertas
ni ventanas de emergencia
Acá estamos todos atrapados
los que nos quedamos
y los que se fueron
Un lugar de rugosos recuerdos
de ruedas que giran sin hacer contacto con el suelo
Este es el país de los hombres que se estiran sobre
su miseria
de las mujeres que insisten en limpiar su rabia y su
paciencia
Este el país de las osamentas que cubren las calles
de los niños que acusan el golpe en el estómago
donde un hueco enorme infinito
nos mira al rostro
nos envenena
(03/02/17)
Cuando
los tiranos sean tan solo la nebulosa imagen de traslúcidos fantasmas
cuando el recuerdo de las vísceras en el asfalto
remueva la memoria
cuando los profundos remolinos y las armas oxidadas
se pierdan en los pasillos de la mente
pensaremos que los despojos que somos estarán a
salvo
en vano agradeceremos por el nuevo día
tocaremos devotamente los pies del cristo vivo
crucificado en la habitación
besaremos devotamente nuestros dedos
y nos persignaremos porque sobrevivimos al horror
aunque este nos acompañe fiel hasta el légamo
(27/05/17)
Para
registrarnos en la Historia
está el asfalto
el impacto del proyectil
la sangre derramada
Luego
el silencio
el olvido
el alma ausente
Converso con la familia del caído
les escucho
desde lejos
como al margen
Comprendemos el mal
pero cada quién tiene sus propias dolencias
Mientras
continúa la mascarada
los roles de la representación que otros
han decidido
La vecina me pregunta cómo se resuelve el gran
problema
su perro tiene pulgas
y no se encuentra el medicamento
puesto que es importado
Dice un amigo que uno se lleva sus preocupaciones
cuando emigra
y las troca por otras angustias
Dios es injusto al repartir los dolores
(30/05/17)
Esta
mañana
temprano
con un beso rápido
rigurosamente rutinario
se despidió de su mujer
Hizo la cruz en la frente de su hijo
catorce años bien repartidos
en el futuro centrocampista de la selección nacional
Besó y bendijo la dulzura de su pequeña
de seis años
-desea ser doctora de animales
para curar a todos los gatos del barrio-
La estación del Metro
cerrada por supuesto
y toca caminar
camina entonces mientras recuerda
que no tomó café
seguro
me dolerá la cabeza más tarde
Hoy
está decidido
pedirá ese aumento de sueldo
fijará sus pupilas en las del jefe
firme
y dirá en voz alta y clara su petición
Sus pupilas están fijas
sí
mirando el cielo plomizo y las gotas finísimas de la
garúa
que se hincan como alfileres en su rostro
mira fijo ese cielo gris pizarra
una bala certera atravesó su pecho
una proyectil patrio
la mancha púrpura se expande en la camisa
la lluvia
ahora más recia
continúa cayendo
a esa hora
solo el cielo lo contempla
(04/06/17)
Transcurrirán
los días de todo un año
y diré
“He pasado las dos estaciones y
sigo acá
aburrido en este lecho de tierra negra
blanda”
Me han llamado héroe
sin entender que solo estaba jugando
y de paso
luchando
La libertad se alcanza
al comienzo
así
jugando con las emociones
Cambié mis carritos y videojuegos
por una máscara hecha de franela
la espada de madera
por mis brazos y manos
-al fin y al cabo
las espadas son extensión del brazo-
Cambié mis sueños
por otros
terriblemente reales
A veces despierto
encandilado
y quiero pedir a mi madre
que apague la luz
que cierre las cortinas
que la iluminación de la gloria
duele
duele
(14/06/2017)
Miguel Marcotrigiano
(Caracas,
1963). Docente e investigador. Licenciado en Letras (UCAB, Caracas) y
M. Sc. en Literatura Venezolana (UCV, Caracas). Estudios doctorales en
la Universidad de Salamanca (España).
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