Laudes
El canto
es el dardo vertiginoso de amor.
Al
amanecer,
las aves
inician sus laudes,
una
oración distinta a cualquier otra
llena los
espacios.
Pequeñas
piedras ruedan si desfallecimiento.
¿Cómo
hacer para que la piel alise las huellas
de la
noche?
¿Cómo
ignorar el retablo de orlas doradas?
No voy a
silenciar las cosas,
Tengo las
imágenes de las máscaras
que
sustituyen lo baldío.
Reflexión
Piensa en
la reunión de las aves
sobre el
cuerpo,
en los términos
para localizar
lo
acabado
sin caer
en desprecios.
Los que
rodean el altar
se ocupan
de los himnos
para que
no cese
la
alabanza.
Mira:
la hora
apremia,
enciende
la antorcha
de la docilidad.
Reminiscencia
Reminiscencia
Volveremos a la belleza
absoluta.
Ni el
canto del sepulcro
ni las
ruinas reflejadas
ni los
muchos crímenes consumados
pertubarán
la placidez exacta
del instinto.
María Clara Salas (Caracas, Venezuela 1947)
Es
docente universitaria. Ha publicado Dibujos de la sombra (Celarg, 1980), Linos
(Fundarte, 1989), Un tiempo más bajo los árboles (Monte Ávila Editores, 1991),
Introducción a la hermenéutica (Ediciones de la UNA, 1999), Cantábrico
(Conac-Taller Editorial El Pez Soluble, 2003) y 1606 y otros poemas (Editorial
Ex Libris, 2008). Textos suyos, además, aparecen en diversas antologías. Ha
obtenido el Premio Bienal de Poesía “José Rafael Pocaterra” (1986), el Premio
Municipal de Poesía de la Ciudad de Caracas (1991), el Premio Conac “Francisco
Lazo Martí” de Poesía (1992), el Premio del Consejo de Investigaciones de la
Universidad Nacional Abierta (UNA) al Material de Instrucción Escrito, Área de
Humanidades (1992), y la Primera Mención de la Bienal “Mariano Picón Salas” de
Poesía (2002), convocada por la Universidad de los Andes.
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