La casa quieta y pasa un siglo
Antes de la puerta existe el canto del grillo
el quejido de las ranas
y el echado silencio del fiel perro
Llama una noción de hogar
más allá del cansancio y el sopor en el cuerpo
Acude un ardor estos últimos días del milenio
en esta ciudad pequeña
perdida en los mapas ante el mar cibernético
Viene el horario bajo el brazo
las semanas saltando sobre el ritmo del corazón
Aquí la sencillez aturde
en ella suena el nombre de los loros
vegetaciones de distinta savia
insectos
frutos de origen primigenio
que al ser pronunciados
despiertan la espesura elemental del gusto
Digo aguacate
guanábana
y la húmeda noción de julio en los tallos
nos visita
El silencio de este mundo apacigua
pero otro satura las palabras
La vida es esta casa
donde entrar invita
para darles lugar a todos estos
ruidos y silencios.
María Elena Díaz Carmona
Docente de Educación media y superior en cátedras ligadas
al área Lingüística, Artes Plásticas y Cultura desde 1987. Ha publicado
diversos artículos sobre crítica literaria y arte en periódicos revistas y catálogos.
Mención de Honor Poesía, en la III Bienal de Literatura «Antonio Arráez» 2002 de
Barquisimeto.
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