Amante
Es igual que reír dentro de una campana:
sin el aire, ni oírte, ni saber a qué
hueles.
Con gesto vas gastando la noche de tu
cuerpo
y yo te transparento: soy tú para la
vida.
No se acaban tus ojos; son los otros los
ciegos.
No te juntan a mí, nadie sabe que es
tuya
esta mortal ausencia que se duerme en mi
boca,
cuando clama la voz en desiertos de
llanto.
Brotan tiernos laureles en las frentes
ajenas,
y el amor se consuela prodigando su
alma.
Todo es luz y desmayo donde nacen los
hijos,
y la tierra es de flor y en la flor hay
un cielo.
Solamente tú y yo (una mujer al fondo
de ese cristal sin brillo que es campana
caliente),
vamos considerando que la vida..., la
vida
puede ser el amor, cuando el amor
embriaga;
es sin duda sufrir, cuando se está
dichosa;
es, segura, la luz, porque tenemos ojos.
Pero ¿reír, cantar, estremecernos libres
de desear y ser mucho más que la
vida...?
No. Ya lo sé. Todo es algo que supe
y por ello, por ti, permanezco en el
Mundo.
Carmen Conde (Cartagena, Colombia 1907 –
Majadahonda 1996)
Fue una poeta, prosista, dramaturga,
ensayista y maestra española, considerada una de las voces más significativas
de la generación poética del 27. Fue la primera académica de número de la Real
Academia Española, pronunciando su discurso de entrada en 1979.
No hay comentarios:
Publicar un comentario