PERDER EL SUR
Perdí dos ciudades, dos hermosas ciudades. Y aun
más:
algunos reinos que tenía, dos ríos, un
continente.
Los extraño, pero no fue un desastre.
Un
arte, Elizabeth Bishop
Cada exilio es el anuncio de un nuevo
invierno (vuelo al norte, pulmón del cansancio,
planetaria rotación, abril de tinieblas
prematuras),
Cada exilio es un modo de encontrarme en la
pérdida
y descubrirme en la ausencia
con un tierno temblor del cuerpo.
Para pensar el árbol
(rama baja, rama alta de su tierno
entendimiento),
para pensar el nido,
las raíces desde el puro desgarro
del ala.
…
LÍMITES
Que es un júbilo la tarde y lo que siento.
Sonrío sin despegar los labios,
temiendo, preguntando:
¿dónde está el error?
Eres
todo el amor que espero y que no pido,
En cualquier instante puedes romper el cántaro contra
la fuente,
en cualquier instante, morder la manzana
y con un resabio de sangre en la boca,
oiré cantar
el gallo tres veces antes de que me niegues.
…
LA NOCHE OTRA
La ausencia se aproxima
en sentido contrario al de la espera.
José Manuel Caballero Bonald
Te soñé:
caminabas al borde de
una carretera, fumabas.
Te veía en un hueco de
torpe existencia,
sin claros contornos,
cubierto de polvo y humo.
No traías equipaje.
Sin planes, venías a mí
con las manos vacías.
Sin planes, venías
hacia la nada con paso seguro
y en dirección
contraria a lo que eres.
Venías a mí, animal
anfibio, para hundirte en mi cuerpo, reluciente y mojado,
a respirar de la
marejada de mi sangre.
Venías a mí, para vivir
y morir conmigo,
enterrando tu salitre
en la espuma de mis piernas.
Esa era mi noche
(la de los ojos de
resaca
que no se despejaban
para verte ni mirarte
tal cual eres,
sino que te soñaban
ablandado de amor,
sin la encarnizada
inminencia del presente,
desprovisto de todo
lastre y ancla).
Esa era mi noche en la
que solo convergían
tu vértigo y mi centro
en los montantes de una misma cama
sin sábanas ni plumas
de albatros tristes.
…
No duele
la noche de la carne ni
el cardo
en las heridas.
Duele en los tendones
el saber
que no hay
adónde regresar.
No hay cuerpo que
aguante esa distancia.
Valeria Correa Fiz (Rosario, Argentina, 1971)
Es una escritora argentina de ascendencia española. De formación y profesión abogada, no fue hasta 2015 cuando se conoció públicamente su faceta de escritora. Ha coordinado clubes de lectura para las librerías norteamericanas Barnes & Noble durante cuatro años. Posteriormente estuvo a cargo del club de lectura de la librería Melting Pot de Milán (Italia) y actualmente coordina el club de lectura del Instituto Cervantes de Milán. Ha impartido talleres de escritura creativa en las ciudades norteamericanas de Miami y Weston. En la actualidad los imparte en el taller de la escritora Clara Obligado (Madrid) y en el Instituto Cervantes de Milán. En los últimos años ha vivido en Miami (Estados Unidos), Milán (Italia) y actualmente reside en Madrid. Escribe regularmente para las revistas digitales Aire nuestro y Los amigos de Cervantes. Algunas de sus obras publicadas: El álbum oscuro (2015) Finalista del Premio de Poesía "Manuel del Cabral", La condición animal (Páginas de espuma, 2016) Relatos. El invierno a deshoras (Hiperión, 2017). Fue la ganadora del XI Premio Internacional de Poesía "Claudio Rodríguez"
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