Almas
de flores
Nos
quedamos contigo, rezagadas,
las
últimas de aquella muchedumbre,
como voz
de quien canta
y sus
propias canciones le enamoran.
Somos
perfume y alma
de la
flor y el capullo.
Tus
pensamientos nos llevamos, cuando
nuestro
aliento respiras,
hacia
los amarantos de esplendores,
que en
las colinas arden,
hacia
tiernas campanas de los lirios
y grises
heliotropos;
hacia
llanos cubiertos de amapolas, que guardan
tal
aliento de sueño y tal sonrojo,
que, al
cruzarlas, los ángeles
habrán
de parecerte más blancos todavía;
hacia el
sesgo del río, de ajo silvestre orlado,
donde te
solazaste un día entero,
hasta
que tu sonrisa trocábase en devota
y el
rezo florecía;
hacia la
rosa oculta en el boscaje,
que
vertía sus gotas de rocío en tu sueño;
y hacia
aquellos asfódelos floridos
donde tu
paso hundiste.
Tiramos
de tu ropa
y tu
pelo alisamos;
desfallecemos
entre nuestras quejas
y
sufrimos, perdidas por los aires.
Versión
de Màrie Manent
Elizabeth
Barret ( Coxhoe, Reino Unido -1806-
1861)
Poeta inglesa. Hija de un rico terrateniente, recibió una esmerada educación, gracias a la cual se interesó desde muy pequeña por la lectura de los clásicos. En 1920 publicó su primer poema "La batalla de Maratón", seguida por "Ensayo sobre el hombre y otros poemas" en 1826, "El serafín y otros poemas" en 1838 -publicación ésta que la elevó a la fama internacional-, "El lamento de los niños" en 1841 y "El galanteo de Lady Geraldine" en 1844.
No hay comentarios:
Publicar un comentario