romperme en lo roto para romperme en la escritura y no manchar de gasas la belleza
…
Amor
qué
haremos mal si el amor es una trampa
ineludible
para morir un poco menos? beso
enfermo de
rapto de camilla dos cabezas al
revés en
una caja presiona lápiz enredo
póstumo de
piernas el fin en el abrazo se
empecina
no hay palabras para combatir el
desencuentro
sólo cenizas qué pena oscura
desquicia
el amor en este rincón manos que se
buscan
…
no cabemos en la vida cuando ya no cabemos en el lenguaje
el filo de la palabra tritura y amontona los restos cuando
intentamos decirnos el amor desnudo un peligro una rama
quebrada incendiándose hasta dejarnos ver aquello que
acabará con la compasión
…
Primera
edad
Para Gastón Malusardi
se humedecen barquitos de papel en la tinaja
circo roto
o la danza última en la arena no hay
violinista
ni andén ni vaca al viento no hay
cierres ni
regresos en la infancia sino una triste
continuidad
en los trapos del muñeco sin
escena
todo lo que flota es un juguete
desamparado:
dónde ha quedado la niña?
…
con quién me peleo tan adentro que yo misma me echo del
lugar en el que vivo y sufro? cada sueño me revela algún
sinfín: la escritura del cansancio como caer en las alturas
donde no soy
…
no puedo quejarme de los huesos: la música se
ha enfermado en mí he roto la cuerda un acto
de confusión y de olvido miles de manos entre
sábanas
riéndose intentaron elevarme
sostenerme en la gloria me he dormido sobre la
escena no hubo tiempo para el desarraigo estoy
aquí: los dedos tiemblan cuando amanecen
sobre la madera intacta del silencio
…
y dónde queda la vida la errancia agazapada del error cuando al romper la copa se
derraman látigos y costillas sobre la misma arena donde nos amamos y
dormimos como hijos muertos
…
las flores
se amontonan sobre un libro es la
escena
papel de los rosales se borran al
nombrarme
al estallar se enredan el aire de mi
pelo se
desgarra estropea mis pies la flor que
me despide
rozo el invierno de los rostros
intentan
retenerme forzarme alguien me
desnuda y
trae a dvorák despacito calma los
dolores
sabe: nadie como yo lo ha comprendido
nadie como
yo le ha sacado idioma a las heridas
…
lo quebradizo del desastre es la luz cuando se apaga para siempre quién la enciende
luego en el más allá y abandona la escritura? el desastre de lo quebradizo es la casa
cayéndose en sintonía con el mundo la batalla aquí dentro: somos un hombre una
mujer un gato y centenares de hormigas negras que cargan sobre sus lomos lo poco
que nos queda de tolerancia: los muebles los alfajores las cortinas la sequía azul el
violín aullando en nuestros ojos
…
cuando la casa cae y rompe nos decimos: debemos reconstruir primero aliviar
nuestra tristeza luego reorganizar las partes no unir un pedazo de plato con la pata
de la cama sino encontrar que nada de eso tiene solución que no hay amalgama en
las diferencias crueles sino descompostura y vómito
…
en el fondo de la niebla donde es el crujir del
barro y la
liviandad ha perdido su pureza la
niña
pregunta cómo es que vamos a morir
nosotros
si nos vemos nos queremos jugamos al
ciempiés
pregunta: es el fin? como nadie hay
para
inquirirme quedo allí suspendida en la
poesía
…
no hablo de exterminio ni de campos hablo de confrontaciones que horadan la
simpatía el buen humor que chupan la sangre de los filósofos y ya no hay nadie que
pueda pensar ni escribir poemas tratados la devastación es una cifra cerrada la
estética de la derrota
María
Malusardi (Buenos Aires, Argentina)
Es escritora, docente y periodista. Publicó los libros de
poesía El orfanato (2010), Trilogía de la tristeza (2009), Museo de postales
(2008), Diálogo con pescadores (2007), Variaciones en la niebla (2005), La
carta de Vermeer (2002), El accidente (2001) y Payaso Rojo (1989). Publicó poemas
en diversos medios del país y del exterior. Su obra poética figura en varias
antologías, entre las que se destaca Animales distintos (2008), editada en
México.
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