LAS HIJAS DE LOT
La tierra se duplica
una escena dentro de otra.
Bajo el caos, ellas y Lot absorben las bocas.
Soberbios parlamentos de mujeres sin nombre.
Colmarán la noche, el padre como un tótem.
Azar de animal atado.
Comerán del banquete hasta saciar el duelo.
Todas querrán ser anónimas y hermanadas.
Saquear la última luz del Pater.
Pertenecer tiene su costo. También, saberse parte. Y voz.
Las hijas de Lot penetra en las preguntas de las mujeres primeras y pioneras obligadas a inventarse un cuerpo y una voz para explicar/se una/su realidad y la nuestra.
Mujeres–hijas en el tiempo.
...
NINGÚN LUGAR
Esparcimos las palabras como polvo
nos preguntamos
quién agoniza.
Voces mudas suben de los bosques
sin reflejos
buscan un montículo de luz.
¿Dónde resistir lo perdido?
Si somos desterradas de toda heredad
y el padre avaro no señala lo frágil.
El saber absoluto de las que se las hace partícipes, con ellas se hace fragmentario, incompleto. Faltaban ellas. Las que resquebrajan la vasija–el libro–la historia. Las que traen en sus velos las preguntas primeras y pioneras.
Es necesario leer —y escribir— más allá «del Templo», más acá del polvo, justo entre las palabras del templo–casa. Otro libro se inscribe junto a las hijas.
...
NOMBRES CAÍDOS
Una fe nos gravita siesta adentro
aquietamos los gestos
caen los nombres.
Deberíamos saltar la soga al infinito
entre rezos blancos dormir.
Afuera un cachorro lame las veredas.
Clava sus pezuñas sobre la verdad.
¿Cómo hablar del ser mujer e hija sin clausurar el tiempo de la tradición?
Esa pregunta sólo puede ser planteada y respondida en los múltiples lazos y cadenas de una genealogía que se agota en los hombres y entorpece a las mujeres. Plantada, interpelada, respondida desde lo femenino, lo matriarcal, lo parental sin jerarquías.
...
AUSENCIAS
Acaso no haga falta mover el aire
Temblar en tierra seca.
Ahogarse en la sed de los fuentones.
Acaso sepamos existir en la penumbra.
Prestar la ropa.
Prescindir de nosotras.
...
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