LA
COSTUMBRE
Siempre le pido a mi mano
una paja matutina
con el dedo que le sigue al dedo
gordo
para salir a la calle en forma
y enfrentarme al mundo
y vencer
el dedo del medio también me
agrada
pero no tiene tanta movilidad
los dedos largos sirven para otra
cosa
el anular y el meñique
inútiles por completo
más cuidado con el gordo
ese es un dedo que vale
por cinco
a mi mano no le falta
un solo dedo.
…
TREGUA
FECUNDA
Sobre el ataúd de mi grandfather
hay flores nacionales
ese hombre luchó en una guerra
hace más de sesenta años
una guerra por la libertad
liberarse de lo que lo ata
es la lucha común.
Sabía leer y escribir
con cierta facilidad
pero no mejor que yo
fue una lástima
que quien practica la autopsia
le dejara el marcapasos
en el fondo de su pecho
ahora bajo las flores
hay un marcapasos vigilándome
¿Qué esperaba mi grandfather de
mí?
¿Qué sembrara una flor nacional
en el fondo de mi corazón
mangrino?
Que en paz descanses, grandfather
ya escribí cosas, grandfather
y esa es la mejor revolución
que haré.
…
NUDO
¿Cómo se llamará mi cabeza
si en vez de retratarse con un
lazo
se retrata entre dos ojos
que podrían ser dos ejes
que podrían ser dos piedras
abrazándose en el bosque?
una voz desconocida me nombrará
en la penumbra
mientras camino confiada
por la carretera
pero esa voz me da vértigo
las piedras me dan el vértigo más
insoportable
de la modernidad
todo vino en un mismo paquete:
el lazo
mi cabeza
el vértigo y el nombre
cómo se llamará tu cabeza
si en vez de retratarse bajo un
puente
se retratara con un lazo?
…
LOS
CAMINOS
A través de un pórtico que hay en
la cama
un pórtico entre yo y el resto
sin ninguna palabra para abrirlo
se ven cosas
cuando el pórtico se abrió
solo
tentándome a tomarme el agua
ni siquiera el hedor de mis
sucios cabellos
o la pena haciendo gárgaras
conmigo
y la mano derecha más derecha
hacia abajo
lograron desentumecer las sombras
que me cubrían.
…
CHUPAR
LA PIEDRA
Al citrino lo cupo con cuatro
lenguas
la lengua de la palabra
la lengua de la salud
la lengua del frenesí
y la lengua del conocimiento
aparentemente una de las lenguas
está dividida en dos
tampoco la mandarria tritura al
lapislázuli
por el contrario
lo quiebra dulcemente y le da
poderes húmedos
le da el don de los sueños
el don de la tierra
el don de las ciudades con
límites y flora
nadie ve al lapislázuli debajo de
mí
nadie me ve
por eso no la he chupado
aunque sé que la venturina tiene
sabor a oxígeno
a mi carente oxígeno
me falta eso que las muchachas
llaman habilidades
no soy habilidosa pero soy
amorosa
y el amor es señal de sabiduría.
…
UNA
ISLA RODEADA DE FILOLOGÍA POR TODAS PARTES
Ahora. Mismo. Hay. Un hombre
leyendo Paradiso,
de Lezama, y Corrección, de
Thomas Bernhard, a la vez.
Los lee quieto, sin que el hecho
de leer constituya adaptación.
Tiene la garganta enferma, le dan
escalofríos de noche.
Se fue de Cuba. Vive en Miami
Beach.
Que no es Miami, pero
ideológicamente sí.
Sus lecturas simultáneas forman
parte de algún virus.
Miel para la garganta, duralginas
y miel.
Al contrario de la duralgina le
preocupa la novela
de Lezama: solo he conseguido
llegar al tercer capítulo.
Le he dicho que abandone
Paradiso, que continúe
con Thomas. Me responde que no
abandonará.
Cada mensaje de texto mide unas
pocas bimembres:
El lector-simulador sirviendo
descafeinados.
Al rato me refiero a Cuba como:
una isla
rodeada de filología por todas
partes.
Según el lector enfermo ese
podría ser
el título de mi próximo libro.
Hablamos. Por escrito. Durante
media hora sobre el lenguaje.
Él piensa que, a diferencia de
Thomas
Bernhard, Lezama Lima es
lenguaje.
Yo pienso que, a diferencia del
lenguaje, Thomas
Bernhard es lenguaje. Lezama es
filología.
…
EL
PUNTO CUBANO
Estuve días soñando con los
muertos que más quiero.
Soñé con todos mis perros que se
murieron de noche.
Soñé con todos aquellos que se
murieron de hambre.
Yo tuve un perro llamado Mickey
Mouse como el ratón.
Ese murió envenenado en el patio
entre las matas.
Se comió todo el veneno que mi
papá le había echado
a las más de cien millones de
cucarachas que había.
Soñé con un hemofílico que fue mi
novio en primaria.
Teníamos siete años y nos
queríamos mucho
pero él se murió chiquito porque
su sangre era mala.
Soñé con todos los gatos que me
comí sin saberlo.
Era un período difícil, papá tuvo
que matarlos.
Venía con esos gatos descuerados
en su bolso
y le decía a mi abuela que eran
pollos o conejos,
y mi abuela simulaba que eran
pollos o conejos,
y mi madre simulaba que eran
pollos o conejos,
y yo solo me comía la carne
deliciosísima
con harina de maíz o con boniato
picado.
Soñé con mi abuela mora más de
cien días, más días
de los que nunca he soñado con
cualquier cosa querible.
Soñé también con mi abuelo, el
cascarrabia español
que me crió y me llevaba a la escuela
en un caballo.
El esposo de la mora, pero no
moro. Galicia
fue la tierra de su madre, otra
vieja cascarrabia.
Se llamaba Angel Iglesias Novoa,
para servirle.
Usaba un sombrero alón igualito
al de Camilo.
Camilo fue un héroe bueno que
mataron por reírse.
El avión donde ellos iban se cayó
por Camagüey.
Desde entonces en octubre echamos
flores al mar.
Pero en verdad lo mataron con un
disparo de gracia.
En mi sueño casi nada parecía
tener lógica.
Era lógico mi sueño, pero no que
lo soñara.
Yo estaba muy temblorosa, quiero
decir, en el sueño.
Debía decirle al hombre lo que
venía a decirle.
Un hombre que había sido más
comunista que Marx
y más marxista que Marx cuando
Marx era un buen tipo.
Que todavía lo era, más comunista
que el muro
antes de ser derribado, mucho más
que cualquier muro.
Ese hombre era mi abuelo pero en
el sueño era solo
un hombre súper extraño mirándose
los zapatos.
Toda la noche frotando los
zapatos con betún.
Así pasaban los hombres sus
noches y sus mañanas.
Frotándolos con un paño embarrado
de betún.
A mí me gustaba eso, yo también
froté los míos
para ir a la escuela limpia y
lustrada, con mi abuelo.
La del sueño no sabía cómo
enunciar el mensaje.
La de afuera que era yo no la
podía ayudar.
¿Cómo le digo a mi abuelo que una
tarde parí un yankee?
¿Sentados en otomanes y llorando
en octosílabos,
frente a una pared vacía a la que
da el sol de frente?
En otra época el sol me parecía
un insulto
y las paredes, por Dios, eran
hombres sin vergüenza.
Entonces mi abuelo dijo: ¡si
serás desvergonzada!
A lo que yo interrogué: ¿no
querrías conocerlo?
Después la tarde siguió hacia un
sendero de dudas.
Es solo un ser diminuto, su
mollera sigue abierta,
amar a un hermoso yankee no será
nunca traición.
¿Cómo le digo a mi abuelo que una
tarde parí un yankee?
Que no fuenaturalmente sino
cesárea de urgencia
porque su ritmo cardíaco empezó a
disminuir
y el obstetra entró de pronto y
me dijo: hay que sacarlo.
¿Cómo le digo a mi abuelo que el
niño nació en Miami
y que vivirá en Miami y que
crecerá en Miami
y que no hablará español, sino
espanglish, un idioma
de bárbaros, de campeones, de
familias de emigrantes.
¿Cómo le digo a mi abuelo que me
he vuelto una emigrante?
Entonces mi abuelo dijo: tráeme a
tu hijo, vejiga.
Y yo le traje a mi hijo envuelto
en mi propia blusa,
desnudito, dormidito, en el sueño
hacía aire.
Mi abuelo tomó al muchacho por
los pies, dándole vueltas,
yo gritaba horrorizada, yo me iba
a morir del susto.
Si sobrevive, es mi nieto, dijo
mi abuelo mareado.
El muchacho abrió los ojos un par
de veces, ¡me muero!
El muchacho estaba vivo y tenía
tanta hambre
como los perros aquellos con los
que tanto he soñado.
Lo acerqué a mi seno duro y el
niño empezó a mamar.
Mamaba como un león medio muerto
medio vivo.
Mamó hasta que se durmió de nuevo
dentro de mí.
¿Cómo se llama mi nieto? y luego
me desperté.
…
Legna
Rodríguez Iglesias (Camagüey, 1984). Escribe la columna
“Irrelevante” en la revista digital El Estornudo. Obtuvo el Premio
Centrifugados de Poesía Joven, España, 2019; el Paz Prize, otorgado por The
National Poetry Series, 2016; el Premio Casa de Las Américas, teatro, 2016; y
el Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, 2011. Autora de varios
libros de poesía como Título / Title, Kenning Editions, 2020; Mi pareja calva y
yo vamos a tener un hijo, poesía, Ediciones Liliputienses, 2019; Miami Century
Fox, 51 sonetos, Akashic Books, 2017; Transtucé, Editorial Casa Vacía, 2017;
Chicle (ahora es cuando), Editorial Letras Cubanas, 2016; Hilo+Hilo, Bokeh
Press, 2015; entre otros.
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