EL TRAJE
Imagínate, solo,
un día quizás de mayo,
sentado en la oscuridad de un armario ropero vacío.
Figúrate que estando solo,
cómodamente en este inmenso refugio
que es tener los ojos cerrados,
te agarras a la barra de colgar perchas
y tu espalda se estira.
Comprenderás.
Dispondrás los brazos de forma abierta.
No tratarás de abarcar con los brazos,
entraré en tus brazos
ávida de alcanzar lo que quede de ti.
Salvaguarda algo en las plumas de tu traje.
…
QUIERO
PASAR PISANDO FUERTE POR LA VIDA
Quiero pasar pisando fuerte por la vida
a horcajadas, si hace falta,
hollando la tierra,
metiendo un pie tras otro en la nieve
y volver por el sendero resiguiendo los pasos
con los que vine.
Quiero pasar pisando fuerte por la vida
ultrajándolo todo,
quebrantándonos un poco,
profanando las leyes más básicas por las que nos regimos,
abatiendo la injusticia
abrazando de frente al miedo,
insiriéndome en la confusión y la incertidumbre,
e ir a veces caminando,
sólo eso,
caminando,
despacio pero fuerte,
por la vida.
Y volver, siempre volver,
sobre mis pasos,
dibujar cenefas
en la nieve, en la arena, en el hielo
con los pies descalzos,
en la arena blanca de la nieve que resbala,
como mis manos dibujan la espuma en el Mediterráneo,
y volver,
retornar a mis pasos
pisando fuerte,
siempre,
en la vida.
…
LA VERDAD QUE NO VEMOS
Está aquí, déjame que te lo muestre,
en este pequeño espacio de aire,
esta dimensión, toda esta anchura
de trazas, de briznas
aciculares, está en esta brisa ingenua
que tanteo con los dedos,
que trato de asir para hacer mía,
es de sí misma,
está aquí.
Está en este soplo hecho de desgarros,
está en el lápiz que me cae de las manos
si abro la palma,
está en esta corriente alterna,
está en genios y mediocres,
en las nubes de las partículas,
en las ínfulas extrañas
y en el pliegue de las alas de un cóndor negro,
en la precipitación de un vidrio
que no nos hiere apenas
y en los resquicios invisibles
de nuestras cicatrices más finas,
está en el cieno de los ríos
que arrastras a las cimas,
en la cima lozana
que hallas en la mirada,
las miradas tiernas
que no adviertes,
y las que adviertes,
está aquí,
no puede estar en ningún otro lado.
La recogemos,
este soplo que resollamos
está hecho de ella.
Este vasto espacio que media
entre tú y yo,
los lugares entre nosotros
que no habitamos
y que alcanzamos al vuelo
con esfuerzo
y devoción de céfiro,
la verdad es que es esto,
está aquí.
…
VERANO
Yo quiero ser verano y volar,
la brisa de los pies,
levantar la huella, tarde o temprano
de tu boca al viento,
hacerla correr bajo una cometa,
sumergirla en el mar,
zambullir la cabeza.
Yo quiero ser un huracán de arena,
despertar en la grava
con el cabello bañado,
dar vueltas en la orilla
desde el salitre a las nubes,
apresar en mis muslos la polvareda severa,
trepar la cima absoluta.
Verme llena de viento y verano,
de alas y flores, salada de algas,
estos humildes huracanes y mares transitan en mi piel,
y no caer nunca del centro
donde se originó este pequeño universo.
Yo quiero, verano,
llegar juntos al invierno
y que me encuentres rehaciéndome
de orilla en orilla,
hecho todo tú de cresta de ola,
encuentra para siempre
el hábitat final en mis huesos.
...
RUIDOS DE
CUCHILLO
Más abajo de la colina,
se mece el vientre en ruidos de cuchillo.
Hoy te reclamo el relamido,
la disciplina del desenfreno,
que reviertas mis escarchas
rompas la consistencia,
desgastar el borde del precipicio
por el que vas a lanzarme.
Y en el
último segundo exclamaré:
― Tú te
lanzas conmigo.
…
REDUCCIÓN
A LA HERIDA
Reducidos a un lenguaje común,
los conceptos esparcidos y los
sentimientos recompuestos,
extenuados,
la ventana húmeda en la que
apoyar la frente
y no saber descansar,
descubrir nuevamente el cielo,
extasiados,
las miradas a destiempo
y no distinguirnos desde el fondo
de lo exiguo,
nunca nos veremos del todo.
Volveremos allí,
exánimes,
donde no me sabré explicar:
— Estoy herida existencialmente.
Y tú:
— Nunca aprenderemos del todo.
…
MI
CASA
Mi casa es el recuerdo del pecho
de mi amante:
una casa posbarroca
que juega con el espacio difuso
entre el exterior y el interior.
Mi casa es un patio Mies van der
Rohe:
nunca sabes cuando estás dentro
ni cuando estás fuera.
Y, sin embargo, la húmeda hierba
negra
que se extiende a lo largo del
llano extenso
conduce siempre al deseo
caliginoso de la pertenencia,
como si al voltear la cabeza
noventa grados
y al apoyarla en las raíces de
aquel césped
en un único gesto
pudieras sentir lo más hondo de
la tierra.
Y puedes.
También de la tierra parece
brotar un corazón de armazón de cielo
y empaparse el cráneo de
escalofríos.
…
FRACCIONES
DE EXISTENCIA
Esto que hacemos
no es existir del todo.
Lo admito.
Lo único es dejarse las pestañas
poco a poco
remover caderas ajenas al viento,
refrotarse contra la nada de los
cuerpos,
pretender que empezamos a
existirnos el uno al otro,
entregarse justamente egoístas
y sin conocer
los pasos,
fracciones de existencia,
echarnos a bailar
sucio y torpe.
…
Remei González Manzanero (Barcelona, 1990). Estudió Filología
Hispánica y un máster de Ciencia Cognitiva y Lenguaje en su ciudad natal,
estudios por los que recibió varios galardones. Inédita en papel por voluntad
propia, a excepción de dos publicaciones en una antología benéfica y un fanzine
literario, tiene escritos dos poemarios: La huella sobre el fango, y Corporales.
Ha participado en varios recitales y proyectos poéticos. Ha residido en Nepal y
en Winnipeg, Canadá, y actualmente trabaja como profesora de Lengua Castellana
y Literatura en un Instituto de Educación Secundaria en Manresa, en la
provincia de Barcelona.
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