SÍMBOLO
Cristo
tenía un
espejo
en cada
mano.
Multiplicaba
su propio
espectro.
Proyectaba
su corazón
en las
miradas
negras.
¡Creo!
EL GRAN
ESPEJO
Vivimos
bajo el
gran espejo.
¡El
hombre es azul!
¡Hosanna!
REFLEJO
Doña
Luna.
(¿Se ha
roto el azogue?)
No.
¿Qué
muchacho ha encendido
su
linterna?
Sólo una
mariposa
basta
para apagarte.
Calla…
¡pero es posible!
¡Aquella
luciérnaga
es la
luna!
RAYOS
Todo es
abanico.
Hermano,
abre los brazos.
Dios es
el punto.
RÉPLICA
Un pájaro
tan sólo
canta.
El aire
multiplica.
Oímos por
espejos.
TIERRA
Andamos
sobre un
espejo
sin
azogue,
sobre un
cristal
sin
nubes.
Si los
lirios nacieran
al revés,
si las
rosas nacieran
al revés,
si todas
las raíces
miraran
las estrellas,
y el
muerto no cerrara
sus ojos,
seríamos
como cisnes.
CAPRICHO
Detrás de
cada espejo
hay una
estrella muerta
y un arco
iris niño
que
duerme.
Detrás de
cada espejo
hay una
calma eterna
y un nido
de silencios
que no
han volado.
El espejo
es la momia
del
manantial, se cierra,
como
concha de luz,
por la
noche.
El espejo
es la
madre-rocío,
el libro
que diseca
los
crepúsculos, el eco hecho carne.
SINTO
Campanillas
de oro.
Pagoda
dragón.
Tilín,
tilín,
sobre los
arrozales.
Fuente
primitiva.
Fuente de
la verdad.
A lo
lejos,
garzas de
color rosa
y el
volcán marchito.
LOS OJOS
En los
ojos se abren
infinitos
senderos.
Son dos
encrucijadas
de la
sombra.
La muerte
llega siempre
de esos
campos ocultos.
(Jardinera
que troncha
las
flores de las lágrimas.)
Las
pupilas no tienen
horizontes.
Nos
perdemos en ellas
como en
la selva virgen.
Al
castillo de irás
y no
volverás
se vapor
el camino
que
comienza en el iris.
¡Muchacho
sin amor,
Dios te
libre de la yedra roja!
¡Guárdate
del viajero,
Elenita
que bordas
corbatas!
«INITIUM»
Adán y
Eva.
La
serpiente
partió el
espejo
en mil
pedazos,
y la
manzana
fue la
piedra.
«BERCEUSE»
AL ESPEJO DORMIDO
Duerme.
No temas
la mirada
errante.
Duerme.
Ni la
mariposa,
ni la
palabra,
ni el
rayo furtivo
de la
cerradura
te
herirán.
Duerme.
Como mi
corazón,
así tú,
espejo
mío.
Jardín
donde el amor
me
espera.
Duérmete
sin cuidado,
pero
despierta,
cuando se
muera el último
beso de
mis labios.
AIRE
El aire,
preñado
de arcos iris,
rompe sus
espejos
sobre la
fronda.
CONFUSIÓN
Mi
corazón
¿es tu
corazón?
¿Quién me
refleja pensamientos?
¿Quién me
presta
esta
pasión
sin
raíces?
¿Por qué
cambia mi traje
de
colores?
¡Todo es
encrucijada!
¿Por qué
ves en el cielo
tanta
estrella?
¿Hermano,
eres tú
o soy yo?
¿Y estas
manos tan frías
sonde
aquél?
Me veo
por los ocasos,
y un
hormiguero de gente
anda por
mi corazón.
REMANSO
El búho
deja su
meditación,
limpia
sus gafas
y
suspira.
Una
luciérnaga
rueda
monte abajo,
y una
estrella
se corre.
El búho
bate sus alas
y sigue
meditando.
Federico García Lorca
Estos
poemas pertenecen al libro Suite. Son poemas breves escritos entre 1920 y 1923. Están
enlazados temáticamente y construidos por analogía con la suite musical de los
siglos XVII y XVIII.
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