viernes, 14 de agosto de 2020

Ida Vitale / (4 poemas)



Estar solo


Un desventurado estar solo,

un venturoso al borde de uno mismo.

¿Qué menos? ¿Qué más sufres?

¿Qué rosa pides, sólo olor y rosa,

sólo tacto sutil, color y rosa,

sin ardua espina?

 

Gatos


Como tras los mullidos ves tres gatos

a su trisagio erótico ceñidos,

saltar por los tejados, aguerridos

como otros d ' Artagnan, Porthos y Athos,

 

pasas a depender, no de insensatos

pensamientos ajenos repetidos

ni de tu larga deuda de descuidos

sino del paso de estos gatos gratos.

 

El primero te quita de lo humano

sin llevarte por eso a lo divino;

el segundo te anima la sonrisa;

 

con el tercero, piensas, de la mano,

más cabal, de la cola del felino:

¿a qué, no siendo humanos, tanta prisa?

 

Exilios  


Están aquí y allá: de paso,

en ningún lado.

Cada horizonte: donde una ascua atrae.

Podrían ir hacia cualquier fisura.

No hay brújula ni voces.

Cruzan desiertos que el bravo sol

o que la helada quema

y campos infinitos sin el límite

que los vuelve reales,

que los haría de solidez y pasto.

La mirada se acuesta como un perro,

sin siquiera el recurso de mover una cola.

La mirada se acuesta o retrocede,

se pulveriza por el aire

si nadie la devuelve.

No regresa a la sangre ni alcanza

a quien debiera.

Se disuelve, tan solo.

 

Accidentes nocturnos


Palabras minuciosas, si te acuestas

te comunican sus preocupaciones.

Los árboles y el viento te argumentan

juntos diciéndote lo irrefutable

y hasta es posible que aparezca un grillo

que en medio del desvelo de tu noche

cante para indicarte tus errores.

Si cae un aguacero, va a decirte

cosas finas, que punzan y te dejan

el alma, ay, como un alfiletero.

Sólo abrirte a la música te salva:

ella, la necesaria, te remite

un poco menos árida a la almohada,

suave delfín dispuesto a acompañarte,

lejos de agobios y reconvenciones,

entre los raros mapas de la noche.

Juega a acertar las sílabas precisas

que suenen como notas, como gloria,

que acepte ella para que te acunen,

y suplan los destrozos de los días.

 

 

 

Ida Vitale  (Uruguay, 1923)

Es una poetisa, traductora, ensayista, profesora y crítica literaria uruguaya miembro del movimiento artístico denominado "Generación del 45" y representante de la poesía "esencialista". Es una de las voces poéticas más importantes del mundo hispanoamericano. Premio Miguel de Cervantes, Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances  y Premio Internacional Alfonso Reyes.

jueves, 13 de agosto de 2020

María Auxiliadora Álvarez / (3 poemas)

 


ella me abre las piernas

desde el piso

trata de ascender

y no la dejo                    que aquí no hay nada

se cerró la puerta

se acabó la casa

ella quiere devolverse

por las tardes

se me para entre los pies

calva y caliente             y no entiende

que la aparto

que esa puerta se acabó

que no se puede

entrar ya ni salir

ni decidirla

que ya basta de quirófano y cabeza

por las tardes amorosas y sangrientas

y ella tiene miedo

y quiere hundirse

en el útero de nuevo

en la noche y la comida

en su cuarto pegajoso

entre mis piernas

y no la dejo                     que ahí no hay nada

se cerró la tarde para la cabeza

no hay sangre

ni cuchillo                     que la conduzca

ni boca de perro          que la defienda

 

 4

usted nunca ha parido


no conoce
                    el filo de los machetes
no ha sentido
                        las culebras de río
nunca ha bailado
                              en un charco de sangre querida
doctor
no meta la mano tan adentro
que ahí tengo los machetes
que tengo una niña dormida

y usted nunca ha pasado
                                                  una noche en la culebra
usted no conoce el río

 

22

mi esposo que vive enterrado

tanto le da la vida como la muerte

yo y los niños vamos a veces

corremos en su superficie

EEEE le gritamos

con las bocas pegadas a la tierra

SAAAL queremos verte

ven a ver este sol           estas personas           estos animales

estamos alegres

Lo oscuro de él no saluda

o se pone triste con la mano

o hace señas para que nos vayamos

Sal solos de ti

 

María Auxiliadora Álvarez (Caracas, 1956)

Estudió Letras Hispánicas en Estados Unidos y Artes Plásticas en Colombia y Venezuela. Ha dado clases en Miami University (Ohio), University of Illinois y UNAM (México). Ha hecho crítica literaria y cultural, y ha expuesto en diferentes ocasiones su trabajo plástico. Es miembro del Consejo de Latin American Studies Association (Sección Venezuela). 

miércoles, 12 de agosto de 2020

Sol Narváez / (5 poemas) Selección de unos días en el río Uruguay




Un lujo

 

escribir en la cocina por la mañana

respirar sin dolor

y levantarme caminar hasta el horno

 abrirlo en un movimiento

observar bien de cerca

las dos manzanas verdes crujientes

 

colectivo (la 216)

anoche vi a un chico bajar del colectivo

y por la ventana empañada

 caras de reencuentro:

su familia inmersa en la niebla

a un costado la avenida y más allá,

 fluyendo ciego el río luján

y un barrio que emerge en tierras

que no fueron nacidas para barrio sino

para vera de río: para camalotes y juncos

 no para casas y niños para garzas,

humedales no para casas y niños para el sauce,

su silencio no para casas y niños

 

chaperíos como animales enclenques,

adormecidos patios con huellas de inundación:

la mano de un gigante que llega

en medio de la noche

 a robarse tus cosas

 -tus flores, tus fotos, tu guitarra querida-

iluminada apenas por los bichitos de luz

 

 paso por la cancha de rugby matreros

veo a todos esos muchachos separados

en varios grupos de veinticinco o treinta

 gritan escupen corren taclean y yo los miro,

 detrás del alambrado

y me pregunto cuántos testículos

se zarandean en este predio ahora,

bajo la luz de la luna gélida del otoño

eh, ¿cuántos?  y si toda esa energía

de verdad sirviera para algo?

cómo, no se supongamos dar electricidad a toda la ciudad?

 

 

 

acostada en el pasto

 levanto las piernas

abro los dedos de mis pies

desnudos brisa y cielo

pasan entre ellos

como delicadas

algas celestes

 

 

el té frio reposa cerca de la persiana

una pila de libros sobre la cama revuelta

 las cinco de la tarde escribo

 para traer hasta mí

el olor del mar

y olvidarme del sol

filtrándose invencible

 no puedo dormir la siesta

no voy a perderme este suave

lento discurrir de la tarde

que avanza como un durazno

maduro rodando por el suelo




Sol Narváez (Buenos aires, 1985)

Es música, vientista (flautas y aerófonos andinos) en diversos proyectos de música popular, y en el grupo Un, dos, tres, ¡cuá!, con el cual recibió una beca del Fondo Nacional de las Artes (Beca a la Creación 2016). Además, se dedica a la docencia, como profesora de flauta traversa y de música.

Como poeta, participó en las Antologías de El Rayo Verde 2015, 2016 y 2017, y formó parte del taller de Osvaldo Bossi, entre idas y venidas, desde fines de 2013.

“Unos días en el río uruguay” (Alción Editora, 2018) es su primer poemario publicado.


Ana María del Re / (4 poemas)






Hablamos desde la lejanía

palpándonos

en el despojo

Proximidades

apenas

presentidas

...


 

Rasgarás el lienzo

ante la multitud

Sobrevendrán días aciagos

al desvelar

los siete rostros

...

 


Atardecer:

una línea de cipreses

en la pálida colina

una flor blanca

 una brisa

 

Tiembla

tu imagen

en el desasimiento

inusitado

 

En tu cuerpo

demando

la desposesión

para el ritual nocturno

Celebraremos el rito

de la entrega

una sola vez

y eternamente

 

Descansa

alma mía

Déjate seducir por el silencio

Aún no ha cesado

la noche

 ...


Ana María del Re (Caracas, Venezuela 1941 - 2019)

Fue una poetisa, traductora y docente venezolana, considerada entre las más destacadas voces de la poesía escrita por mujeres en Venezuela. Licenciada en Letras y en francés superior en la Universidad Central de Venezuela. Realizó estudios para la Maestría en Literatura Hispanoamericana en la Universidad Simón Bolívar, donde ejerció la docencia desde 1975 hasta el 2000 y fue una de las coordinadoras del Taller Literario “Anagrama”. Siguió cursos de especialización para el Doctorado en Literatura en la Universidad de La Sorbona (París). Es una de las compiladoras de la Antología de la poesía hispanoamericana moderna (USB, 1982 y Monte Ávila Editores, 1993) y de la Antología Bolívar en la poesía hispanoamericana (USB, 1985)

 

 

 

 

 


martes, 11 de agosto de 2020

Sara de Ibañez / Hora ciega





Hora ciega


Quisiera abrir mis venas bajos los durazneros,

en aquel distraído verano de mi boca.

Quisiera abrir mis venas para buscar tus rastros,

lenta rueda comida por agrias amapolas.

 

Yo te ignoraba fina colmena vigilante.

Río de mariposas naciendo en mi cintura.

Y apartaba las yemas, el temblor de los álamos,

y el viento que venía con máscara de uvas.

 

Yo no quise borrarme cuando no te miraba

pero me sostenías, fresca mano de olivo.

Estrella navegante no pude ver tu borda

pero me atravesaste como a un mar distraído.

 

Ahora te descubro, tan herido extranjero,

paraíso cortado, esfera de mi sangre.

Una hierba de hierro me atraviesa la cara...

sólo ahora mis ojos desheredados se abren.

 

Ahora que no puedo derruir tu frontera

debajo de mi frente, detrás de mis palabras.

Tocar mi vieja sombra poblada de azahares,

mi ciego corazón perdido en la manzana.

 

Ahora estoy despierto. Nacen al fin mis ojos

pisados por el humo, agujereando arañas,

duros estratos de algas con muertos veladores

que sin cesar devoran sus raicillas heladas.

 

Y te cruzo despierto, fiero túnel de ortigas,

remolino de espadas, vómito de la muerte.

Voy asido a las crines de un caballo espinoso

que vuela con ciudades quemadas en el vientre.

 

Voy despierto, despierto y obediente a mis manos,

con un río de pólvora cuajado en el aliento,

ahora que estoy solo y enemigo del aire,

seco, desarraigado, desnudo, combatiendo.

 

Sara de Ibáñez (Uruguay 1909- 1971) 

Fue una poeta uruguaya.​​ Esposa del poeta Roberto Ibáñez, fue conocida como «Gran Sara» por escritores como Octavio Paz. Entre otros premios obtuvo el Premio de la Academia Nacional de Letras y el Premio Nacional de Literatura en 1972.

lunes, 10 de agosto de 2020

Juan Manuel Roca Medellin / Crónica del habitante





Crónica del habitante


Me dieron un cuerpo y a ese cuerpo un nombre. A ellos
me acostumbro como el tigre al rugido.

Habito ese cuerpo como un escenario, pero al tiempo
que actor, que directo, soy un amotinado público.

Me acostumbré a la armazón que me dieron en préstamo,
de la que a veces abuso como tierra de nadie. El pobre
cuerpo se venga cuarteando el decorado, haciéndome
doler telón adentro.

Si me llaman por el nombre, por mi duro apellido de la
edad de Altamira, es como si a él lo llamaran, como el
silbo del cazador a su perro más fiel.

Si alguien me prodiga halagos o improperios porque
escribo poemas, puede hacerse el que es con otro, con
un desquiciado que lo habita.

Pero soy quien lo habita, o quien cree habitarlo.



Juan Manuel Roca Medellin (Medellin,  Colombia 1946) 

Poeta, ensayista, crítico de arte, narrador y periodista cultural. Su producción poética tiene una apertura hacia el surrealismo, pero luego encuentra su tono y temas personales. Algunas de sus obras son Memoria del agua, 1973; Luna de ciegos (Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia), 1976; Los ladrones nocturnos, 1977; Cartas desde el sueño, 1978; Fabulario real, 1980; Ciudadanos de la noche, 1989; Pavana con el diablo, 1990; Monólogos, 1994; La farmacia del ángel, 1995. En 1994 publicó Prosa reunida.

domingo, 9 de agosto de 2020

José Watanabe / Interior de hospital





Interior de hospital

Cómo envidiamos el largo cuello
de las garzas que se posan en la cumbrera.
Ellas pueden doblar el cuello y dormir sobre la música
de sus corazones.
Nuestros latidos están en la línea verde del monitor
cardíaco
y son el ansia que miramos.

Las garzas pueden alzar el cuello como periscopios
cuando sienten el paso de otro nivel de aire. Y ya
verán

si lo viajan o lo dejan seguir al Báltico helado.
¡Ah, si nosotros, pájaros de camisón blanco,
pudiéramos estirar el cuello
por encima de esta lenta y dolorosa danza…!
Aquí la realidad presenta se presenta como un sutil cambio
de niveles,

pero me falta atrevimiento
para asomar mi cabeza a un conocimiento:
sólo ignoro y respiro.
A veces siento el paso de una realidad primera
y prodigiosa

y me encojo
para que no se lleve mi cabeza, o la seccione.
En Berlín una cabeza volando es cosa indiferente.
En mi pueblo es un mito peligroso.


José Watanabe Varas (Trujillo, 17 de marzo de 1945 - Lima, 25 de abril de 2007)


Publicó entre otros los siguientes libros de poesía: Álbum de familia (1971), El huso de la palabra (1989), Historia natural (1994), Cosas del cuerpo (1999), Antígona (2000, versión libre de la tragedia de Sófocles), Habitó entre nosotros (2002), La piedra alada (2005) y Banderas detrás de la niebla(2006). En 2008 la editorial Pre-Textos publicó su Poesía completa.