lunes, 4 de junio de 2012

Valeria Rodríguez


¿Por qué para ser feliz, es preciso no saberlo?
Fernando Pessoa

La pelota lo hipnotiza. Absorto la contempla como a una deidad. Sólo existen ellos: la grama, y un parque que aún huele a parque y sabe a verde. Su inocencia lo inmortaliza. En sus talones late el juego, sus zapatos amarillos amanecen en cada gol. En la cancha es gaviota y pez y gigante.

La ciudad ojerosa lo vigila en cada pase y se permite ser otro ser: lo vitorea, hace eco de su risa;
se recuerda feliz. Pero en Caracas, hay colmillos apostados en los huecos y monstruos viviendo en las alcantarillas.

En un segundo el juego se congela. La pelota enmudece, el niño ya no pertenece al parque, se pierde en manos ajenas, no ve colores, no entiende a esos hombres; pierde.

Y en treinta y seis horas,
vuelve a nacer.

Valeria Rodríguez

martes, 27 de marzo de 2012

PARTE / ENRIQUE SALUSTIANA


PARTE

Quiero un guerra con muertos,
fragmentos humanos,
vísceras.
Con misiles,
aviones bombarderos,
minas, metrallas.

Quiero dos bandos y sus aliados.

Soldados mutilados,
degustados sin aliento
por las moscas,
los perros,
los gusanos.

Quiero un festín de llantos putrefactos.
Ciudades devastadas,
selladas por las costras
cuyo coro ruega clemencia
ante el exceso.

Quiero el horror
defecando sobre aquel cuyos hijos
se los tragó un cálculo mal hecho.

Campos sembrados con cruces, lápidas,
en donde nunca germinarán las almas.

Quiero una guerra justificada en nada
pero guerra al fin.
Y no un fin de semana fallecido,
borrado en balas
cuyas bajas
superen aquellas de una estúpida guerra.


Enrique Salustiana

viernes, 23 de marzo de 2012

IDA GRAMCKO / COMPAÑÍA


COMPAÑÍA

Hay niños mudos en el mundo.
Hay niños ciegos en el mundo.
Hay niños sordos en el mundo.
No todos los niños pueden tener palabras, paisajes y
campanas sonando. Entonces, hay que detenerse un momento,
dejar el juego, el balón, el bullicio, y contemplar las
montañas, el mar, el oro del maíz para que se produzca
en nosotros un cálido silencio comprensivo.
Y hay que extender la mano suavemente, colocar un regalo
-no importa la envoltura ni el color del juguete-,
colocar un regalo sedoso o tintineante entre sus manos.
Y hacerlo con ternura. Inventaremos la caricia.
Así, habremos acompañado a esos niños.

IDA GRAMCKO

Quehaceres, conocimientos, compañías (1973)

miércoles, 21 de marzo de 2012

CADA POEMA / ALVARO MUTIS


CADA POEMA

Cada poema un pájaro que huye
del sitio señalado por la plaga.
Cada poema un traje de la muerte
por las calles y plazas inundadas
en la cerca letal de los vencidos.
Cada poema un paso hacia la muerte
una falsa moneda de rescate,
un tiro al blanco en medio de la noche
horadando los puentes sobre el río,
cuyas dormidas aguas viajan
de la vieja ciudad hacia los campos
donde el día prepara sus hogueras.
Cada poema un tacto yerto
del que yace en la losa de las clínicas.
un ávido anzuelo que recorre
el limo blando de las sepulturas.
Cada poema un lento naufragio del deseo,
un crujir de los mástiles y jarcias
que sostienen el peso de la vida.
Cada poema un estruendo de lienzos que derrumban
sobre el rugir helado de las aguas
el albo aparejo del velamen.
Cada poema invadiendo y desgarrando
la amarga telaraña del hastío.
Cada poema nace de un ciego centinela
que grita al hondo hueco de la noche
el santo y seña de su desventura.
Agua de sueño, fuente de ceniza,
piedra porosa de los mataderos,
madera en sombra de las siemprevivas,
metal que dobla por los condenados,
aceite funeral de doble filo,
cotidiano sudario del poeta,
cada poema esparce sobre el mundo
el agrio cereal de la agonía.

ALVARO MUTIS

martes, 20 de marzo de 2012

JAMMING TOTAL



Todo
indica que permutamos.
En
compases disonantes,
dentro
de ciertas abreviaturas,
cuyas
fórmulas ahíncan
los
pliegues del deseo.

Somos
piezas en el juego de las ganas.
Semblantes
ajustados a capricho.
Ecuaciones
evanescentes
en
el flujo de los sexos.

Sí,
permutamos
en
el mercado feroz de los espejos.

DMargot Baptista

***

Ciudades

Los abrazos que duermen y que son ciudades

No obstante el oscuro disfavor del molde seco

Los perdones blancos imitan curvas para vagar al filo

En la fatiga pan salado del olvido en delación y cienteatros

Los otros

Los pellejos húmedos frente a la sala vacía

Aplanan la memoria que cae al lago en el que las cámaras

Te participan que fuiste

Invitado de hurto

De pasillo iluminado

Abrazos dormidos que son ciudades

Afilando al socaire los pomos y las bicicletas quemadas de risas

Sin raíz

Al jornal llevar lumbre para ofrecer a boca y encierro

Distraer el miedo que te compra la habitación antes determinar la feria

Insolación debajo un toldo

Descuida la borda

En la palabra para disminuir en el tiempo

Porque

Los abrazos que duermen y que son ciudades

Aparejan el bronce

Que es acuerdo

Y el rejón

Joaquín Ortega

***
COBARDIA

Desamar es un destierro
Rafael Cadenas

El estruendo
y de súbito el desierto.

El cuerpo se abre y se cierra
como un acordeón mudo.

Desamamos torturándonos.
Los cobardes deberíamos morir.

Cinzia Ricciuti

***
miro tus manos

dos animales aturdidos
sobre la paz rabiosa de tu carne

las miro
insistente quietamente

suben y bajan con regularidad
como si sólo de ellas
dependiera el compás
de tu respiración

el ritmo que hace
más espesa la noche

duermes
con furia

como si no tuvieras más nada

duermes
hasta que es otra
la que sueña

hasta que tus sueños
ya no te pertenecen

bajo tus párpados
queda solamente
agua estancada

una edad que perdió
todos sus pasos
antes de llegar

entonces
me alarmo

porque empiezo a comprender
sin quererlo

que nada más conozco esta patria
de tu cuerpo hendido
por la paz mineral
de la madrugada

Adalber Salas Hernández
(Poema XIV de la parte III del libro inédito Heredar la tierra.)


***
No sé amar y por eso me tambalean los poros, la humedad desfallece y las margaritas dobles, no superan la calle, el laberinto, el punto de fuga en la boca y no soy buena en geometría.

No sé amar, en este destino que une y desune, que no da tiempo para escampar en la esquina de una mirada ceñida al más impropio de los deseos.

No, no sé de amar, porque no puedo partirme entre todo lo que quisiera descubrir en alguien, sin sentirme culpable por haberme perdido otra vez de mí.

No puedo amar, porque la caricia cesa, porque la paciencia no sé dosificarla, porque me abruman los abrazos, porque no sé salir de ellos y los platos, querido, los platos de la cena, deben estar en su lugar, limpios, secos, por orden, tamaños.

No sé si pueda amar, porque ya no quiero mascotas que me distraigan mientras espero, porque no sé qué hice con el silencio para fundar el desamor.

No quiero amar porque los tangos son la tristeza y a mi madre la vi llorar con un disco de esos, mientras le daba hueca voz a todas las soledades posibles que cantaba ese señor que también murió seguramente de amor.

No, no necesito estar cerca de un amante, porque altera el centro: ese largo alambre del que no me sale un corazón.

No me permito amar con cordura, porque quiero estar siempre en algún siempre, en el que no me toquen las sentencias de los arboles encendidos

y decididamente, aunque las venas duelan, yo, amor, prefiero abandonarte antes.

Daniela Jaimes Borges

***
CUM

Hoy, en el abrazo en el natural rincón del deseo la mano con la mano con la ternura con arrebato con un sueño y con otro con angustia con desasosiego con la calma con la ruptura con torbellino en la cama con la ropa con miedo contigo con sin-ti y con miedo con incertidumbre con dolor con esperanza como un quejido como un niño con silencio con resignación con rabia con poesía con o sin ella con búsqueda con la mirada sobre la mirada con la boca sobre la boca pronunciando la palabra perdón con arrepentimiento con vergüenza con locura con un grito con los labios rozando amor

Héctor Vera

***
De Finales

Hay amores malos
pero lo peor del amor es cuando termina
cuando te crucificas en una habitación ventilada
comes puré de reproches con sardinas
y descansas sobre el cadáver de deseos amputados
Lo malo del después, son los despojos
la ternura embalsamada
el mañana tránsfuga
los teléfonos que hablan con los ojos
la sangre espesa sin urgencias
ni dueño
Es ingrato encarar la casa
comer solo
remendar las virtudes que quedaron
condenar a la hoguera los archivos
Lo peor del amor es cuando pasa
cuando al punto final, no le siguen dos puntos suspensivos

Karla Castro B
***

No me otorgues
la realidad de tu mirada

Huye de mis ojos

disuélvete sal sobre mi piel
deja que te respire
acaricia mis sentidos con tu voz
hazte palabra


hazte palabra

Hernán Zamora
***

El Dolido

El dolido no entiende por qué le niegan un cuerpo

Sólo recuerda las lunas y los besos bajo la luna
Cuando mira de frente

El dolido sonríe y te muestra en sus ojos otros planetas
quiere correrte de su mundo pero no puede

El dolido es paciente hasta que lo desea
luego aprieta sus dientes y no abre más la boca
a menos que sea para decir sequía

Todos lamentamos la pérdida de un dolido
El paso de sus años por colchones ajenos
No haber hilado un orgasmo contra su cuerpo

Que finalmente
estire la mano para decir adiós.


Gabriela Rosas
***

Nadja, anoche una lengua risueña y gigante nos quitó el aire; cerrada sobre nosotros, fue coronación de nuestro milagro compartido: acabar con las horas, sembrados en una esquina del mundo, había que levantar un círculo de fuego mientras la corriente encrespada – ¿recuerdas?– iba rebasando las rodillas: queríamos ganarle una batalla al olvido y juntarnos con el paisaje: nos desdecimos en un nudo de sábanas, fuga de la trampa del instante, ola que te busca en una postal incierta.

Alejandro Sebastiani
***

lost in translation

me dices que prefieres un hotel
porque en mi casa harías nido



después de insistir
en una cama doble
refugiamos este amor de la intemperie
tras un cartelito de do not disturb

la camarera que entiende
lo ignora cada vez

por un instante somos un trío

corres la cortina para hacer las noches y los días
y vas trayendo ramas
hierba
hojas
barro



Ruth Hernández Boscán
***

MI SOMBRA

Me asombro

de mi sombra.


Se despega vuela se pega baila seduce

besa arde toca fondo

cae descansa se viste

regresa infiel



la perdono.



Me asombro

de mi sombra.


Su quietud su soledad la sumisión

a mis pies su destino

de sombra su cuerpo



mi cuerpo.


Hildegar Acosta

***
CIMIENTOS DE AIRE



Hoy hacemos el amor

ya no hay brevedad en la cintura
se apresura el paso

los dedos de cada noche
extravían el camino

los gemidos blasfeman

La nostalgia busca el abrazo

pero son ajenos los cuerpos
que en silencio yacen

porque a veces
el adiós
nos llega tarde

Georgina Ramírez

martes, 29 de noviembre de 2011

TRES POEMARIOS DESDE EL SANTO SEPULCRO



Tres poemarios desde el Santo Sepulcro

Publicados por Ediciones Sociedad de Amigos del Santo Sepulcro, que comanda el poeta Igor Barreto, acaban de aparecer tres nuevos libros de poesía que serán presentados el próximo 1ero de diciembre en la Librería El Buscón a partir de las 6:30 pm

Tres nuevos libros de poesía acaban de aparecer bajo el sello Sociedad de Amigos del Santo Sepulcro. Se trata de “Frágiles Sistemas”, de Sonia González; “Remanentes”, de Alfredo Herrera; y “Postales negras” de Jacqueline Goldberg.

Diseñados exquisitamente por Waleska Belisario y cuidadosamente impresos por Editorial Exlibris, serán presentados el próximo jueves 1ero de diciembre a las 6:30 pm en la Librería El Buscón en Trasnocho Cultural.

Sonia González es conocida poeta, titiritera, directora de teatro y dramaturga. Fundadora y directora de Teatro Naku. Ha publicado los libros “De un mismo pájaro lanzada” (Caracas, 1983); “Nadie en la madera” (Caracas, 1991) y “Oficios” (Caracas, 2000). En 1982 recibió el Premio de Poesía Fernando Paz Castillo. Ha escrito y dirigido diversas obras de teatro y presentando su trabajo en festivales internacionales de Europa, Asia y América Latina. Su libro “Frágiles Sistemas” aborda la feminidad, el oficio escritural y la cotidianidad desde una palabra concisa que mira más allá de todas las certezas. "La poesía me acompaña de manera habitual, cotidiana, y me he acostumbrado a seguirle los pasos sin hacer ruido. Como hace mucho tiempo que no publico, la gente cree que dejé de escribir, pero no es así. Nunca he dejado la poesía, ni un segundo. Estos “sistemas” se organizaron en torno a esa vida que transcurre, frágil y variopinta, cuando me convierto en humilde espectador y puedo celebrar la existencia", señala Sonia González.

Alfredo Herrera comparte sus oficios de poeta y artista plástico. Ha publicado los libros “Cinco árboles” (Caracas, 1998); “El parque”(Caracas, 1999); “La tarde alcanzada” en edición bilingüe español-sueco (Lund, 2004). En 1998 recibió el premio de poesía Fernando Paz Castillo y en 2003 ganó el Concurso Internacional de Poesía Heterogénesis en Lund, Suecia. Ha sido incluido en distintas antologías de poesía nacionales e internacionales. Su libro “Remanentes” muestra a cabalidad su oficio de mirar y crear desde el asombro. Los textos se hilan en un discurso fragmentario que anuncia una poética del observar y rememorar. "Para mí la escritura de este libro ha sido una experiencia importante, la de "ver" como se iba conformando una unidad que creo poética a partir de lo que llamo remanentes: las vivencias que persisten para formar un presente escrito", apunta Alfredo Herrera.

Jacqueline Goldberg aparece con “Postales negras” cuatro años después de que todo su trabajo poético publicado fuera recogido en el libro “Verbos predadores. Poesía reunida 2006-1996” (Caracas, 2007). Entre los reconocimientos que ha obtenido están el Premio Regional de Literatura Jesús Enrique Lossada (Estado Zulia, 2008); Premio de Poesía de la Bienal Mariano Picón Salas (2001), Premio de Ensayo de la Bienal de Crítica y Ensayo Roberto Guevara (2001); Premio Nacional de Literatura Infantil Miguel Vicente Pata Caliente (1993); Finalista en el Premio Casa de las Américas (1990). Su trabajo aparece incluido y reseñado en antologías publicadas en España, Rumania, Corea del Sur, Puerto Rico, Estados Unidos, Perú, Cuba, México, Chile, Argentina y Venezuela. Sobre “Postales negras” señala el poeta Rafael Cadenas en el prólogo del libro: “Evocación de viajera a quien la obsesiona el agua en sus diversas formas es ‘Postales negras’ de Jacqueline Goldberg.

Difiere de sus libros anteriores: se halla fuera de los cánones dictados a los géneros, modalidad últimamente muy invitadora (…) Lleva poesía y prosa mezcladas, pero sobre todo poesía libre o metida en la prosa, a ratos versículos, a ratos cláusulas con mucha tela autobiográfica intercalada de postales que son como el hilo húmedo del narrar, lleno de laconismos y silencios para que se piense sintiendo, también con testimonios del ‘decir ajeno’, pero próximo”.

martes, 6 de septiembre de 2011

Miradas & Palabras sobre Caracas: Para bien o para mal V



CARACAS DE BABEL 2

urbanidad en terapia intensiva
una falla muta sobre la ciudad
todo es un algo denso
que se revierte
nos silencia

se pasea el idioma
como otro estado de coma
nos desfila
se va reduciendo
vital es brindar todavía
por los signos que aun quedan

sigo adelante
miro en la pasarela
el otro cuerpo
la otra cara
se anuncia la violencia
una actriz
que nos marca con su currículum vitae
y hace de nuestros cuerpos
ruina ambulantes
con vestidos de metal

se propagó la epidemia
hasta la palabra
cómo no enfermé en cada esquina
un momento
el auxilio perdió su emergencia?

vibro en mi recinto
como una mariposa de utilería
fecundo con dialectos las armazones de concreto
comparto con otras especies un contagio
no se
pierdo el hilo de la conversación
algo anda mal
comunicarse podría ser un delito.

FÁBULA

la ciudad no entiende
tu manera de olerme

el camino no sabe
nada nos conduce

tu piel está seca
lo sé por las líneas tensadas
de tus muslos

y la curva de tu espalda
donde guardas tus alas

me sigues
no sé desde cuando

sobre mi espalda
galopa la bestia.

RELATOS DE UN ESPACIO ESTEPARIO

llega mi transfiguración ya, se adorna
al lado del soldado que duerme, sobre su fusil.
Anónimo

qué espero del entorno
qué necesito para orientarme
no apuesto a nada cardinal
los mapas son lugares vacios
para mirar el esqueleto del mundo

sobre tu relieve
lo que deseo es solo bailar
confundir mi rostro en el bullicio
ahogar la serenidad en el ritmo
perder la memoria

abriré más la tierra
haré de una falla
una trinchera
miraré desde abajo las piernas
solo hasta su oscuridad
que todo me trague

lleno de música
persigo
animales sin jaurías
miro a mi lado
otra bestia
que aúlla
mientras avanza
en sus ojos
furia y belleza
es tan dulce la mirada
antes de la muerte

nadie llegará tarde
la reunión no será para conversar
ni describir otros actos bárbaros

salimos de la oscuridad
vagamos instantes al descubierto
vamos buscando un misma presa
en la ciudad.

SOÑOLIENCIA

a la tarde se le cae el sueño
no hay niños jugando alrededor
no veo espejismos sobre el escritorio
la gracia y la dicha es mejor borrarlas
seguir armando el monólogo
de palabras con erizos
de frases con espinas

todo debe estar absolutamente vivo
enconado
para cuando entre tu voz
por el pasillo
y vea tu cuerpo al fondo

en estado de vigilia
a lo minúsculo de los cambios
casi imperceptibles
sería la única forma de sobrevivir
y no morir como un pendejo

aquí.

VERTICALES

quiero regarlo todo
con esperma
faltarle a la conducta
rompiéndote
crezca lo salvaje
como el monte del camino

desde la ciudad
desnudo
limpio de la calle
con el aire verde
para sembrar
en los espacios
humedades

y la gente frote
sus zapatos
en las esperas
en las colas
haga recinto
celebre lo vertical.

que tiemble tu costumbre
eso hago
ese es el deseo
sin filosofías
a puro pulmón
para criarles un motivo
se potencie la especie
de seres que abandonen la muerte
no seamos más demonios inconcientes
ayudemos al fuego
nos tiemple el coraje

crucemos la frontera
desde la acera.

JUAN CUOTTO: Licenciado en informática, Fotógrafo, Poeta

Para mí
desde el sentido de los sentidos
Caracas es también poesía inédita
Todo aquello
desde ella
no publicado todavía en los periódicos

suelto en lo invisible -ese aire olvidado por la respiración-

Para mí Caracas es poesía viva
Con sus guacamayas dialogando
sobre las palmeras sin cabezas
de mi calle
Repartidos los techos
entre zamuros
que desde rascacielos
planifican –eficiente y consecuentemente-
el aseo urbano una lección de espesura civil

para mi Caracas es poesía oral
Kalathos
La Parada
este espacio
reunidos por ella

y sobre ella

Por temor a un título

Te abro no hay agua o sucia La sed estresa la luz la fuga
Y el centro del olvido

Un paisaje de zamuros sugiere algún cadáver
Recita muerte a cualquier hora
El rojo ya no dice tus techos
y sí
casi todas las esquinas

Devoramos tu ombligo lo digerimos en periferia

Nos cagamos en tus cuatro puntos cardinales

Este Vs Oeste Norte que juegas Sur entre las piernas

Cuando te asoma un perro un perro te asoma
Cuando te asoman las manos
no sé quién se asoma
quizás el horizonte sujetándote claridades

hemos cortado tu bellaluz
De ti aquí fantasmas bajo los rizos
Vuelos de ayer
Para decirse hoy
con alas entumidas
Propio de un Ángel caído: No Caracas no pasó Pasó su silencio

como una aliteración de aguas negras
que pierde fondo en la memoria
No Caracas quedó diciéndose…

desde aquel aterrizaje de bucles sin anunciación
Salvo el hedor a quema ropa a quema frente
a zzsssufre
Y así de caída sigues siendo bella
Tu herejía
descubrirte arcilla hipotecada Siempre debiendo luz
expulsada de soles y palabras

Porque soles o palabras
sugiere alfabetos a la sombra
un contagio
entre la promesa de pan y el hambre

estas líneas que no se tocan
por temor a un título Virus de subterráneo


sobre un diálogo barroco metafísico -y anglo-
versión chatting

Se queja el alma
Desde su artículo masculino
Desde su eternidad tejedora de calvicie

Y se queja el cuerpo
Molesto a partir
como suerte

rima-ruido dicen juntos Y no sobra

Porque se trata de anunciar sin avisos comerciales
de penetrar
picando asfalto a pie sin traje ni corbata

sin zumbido que alerte a la sangre por chupar

Se trata del sí invocado al ángel

en esa anunciación
de
la
nariz
hacia
bajito
bien
pasito

pues de los ojos hacia el norte
la piel es un alien que vigila
la piel es una celda:
una edición de nervios arterias y huesos
torturados en el prólogo

de la frente hacia el norte saludan: ¿todo bajo control? todo bajo control!

¿Y la erección? Sin apuro en la terapia Con apuro en Farmatodo y Locatel

La frente no resiste la grosería
de la leche bien dicha: ruido y rima

Entre mi norte y mi sur las manos Se me acabó el papel

MELBA MARRERO: Socióloga, Publicista, Poeta. Poemas publicados en la revista el salmón

caracas
los que van a morir no te saludan

ya no tienen manos que levantar
se las han cortado arrancado
o las han perdido en alguna apuesta
imprudente
y cruenta como tus sueños

tampoco se arrodillan
caracas
no los deja este temblor metálico
que les atraviesa la espalda
que muerde los bordes de esta hoja

un temblor que parece traído
desde el primer frío de este mundo


los que vamos a morir
no te saludamos
aunque estemos parados en tu arena
en el polvo que se confunde con nuestra piel

y no lo hacemos
porque hemos recorrido tus huesos cansados
sucios
mondados por la ceguera

porque te conocemos

cada mañana
la piedra de tu risa
estalla contra nuestra frente

sabemos tus gestos de madre carnívora

hemos visto dónde
te muerdes la cola


no saludamos
y nadie se percata

nadie nota el óxido acumulado en nuestra voz

nadie ve en nuestras caras
que ya entendimos:
de todas maneras
la prosa de nuestros días
será siempre abrupta como tus calles

y el día de nuestra desaparición
tendrá la piedad rabiosa
de tus balas perdidas

ADALBER SALAS: Licenciado en letras, autor de los poemarios La arena, el vidrio: ascenso en tres movimientos y Extranjero, co-autor de las antologías la imagen, el verbo y la antología de poesía jóven Venezolana