miércoles, 19 de agosto de 2020

Sol Narváez / (5 poemas) Selección de Unos días en el río Uruguay




Un lujo


escribir en la cocina por la mañana

respirar sin dolor

y levantarme caminar hasta el horno

 abrirlo en un movimiento

observar bien de cerca

las dos manzanas verdes crujientes

 

colectivo (la 216)


anoche vi a un chico bajar del colectivo

y por la ventana empañada

 caras de reencuentro:

su familia inmersa en la niebla

a un costado la avenida y más allá,

 fluyendo ciego el río luján

y un barrio que emerge en tierras

que no fueron nacidas para barrio sino

para vera de río: para camalotes y juncos

 no para casas y niños para garzas,

humedales no para casas y niños para el sauce,

su silencio no para casas y niños

 

chaperíos como animales enclenques,

adormecidos patios con huellas de inundación:

la mano de un gigante que llega

en medio de la noche

 a robarse tus cosas

 -tus flores, tus fotos, tu guitarra querida-

iluminada apenas por los bichitos de luz

 

paso por la cancha de rugby matreros

veo a todos esos muchachos separados

en varios grupos de veinticinco o treinta

 gritan escupen corren taclean y yo los miro,

 detrás del alambrado

y me pregunto cuántos testículos

se zarandean en este predio ahora,

bajo la luz de la luna gélida del otoño

eh, ¿cuántos?  y si toda esa energía

de verdad sirviera para algo?

cómo, no se supongamos dar electricidad a toda la ciudad?

 

 

acostada en el pasto

 levanto las piernas

abro los dedos de mis pies

desnudos brisa y cielo

pasan entre ellos

como delicadas

algas celestes

 

 

el té frío reposa cerca de la persiana

una pila de libros sobre la cama revuelta

 las cinco de la tarde escribo

 para traer hasta mí

el olor del mar

y olvidarme del sol

filtrándose invencible

 no puedo dormir la siesta

no voy a perderme este suave

lento discurrir de la tarde

que avanza como un durazno

maduro rodando por el suelo

 

 

Sol Narváez (Buenos aires, 1985)

Es música, vientista (flautas y aerófonos andinos) en diversos proyectos de música popular, y en el grupo Un, dos, tres, ¡cuá!, con el cual recibió una beca del Fondo Nacional de las Artes (Beca a la Creación 2016). Además, se dedica a la docencia, como profesora de flauta traversa y de música.

Como poeta, participó en las Antologías de El Rayo Verde 2015, 2016 y 2017, y formó parte del taller de Osvaldo Bossi, entre idas y venidas, desde fines de 2013.

“Unos días en el río uruguay” (Alción Editora, 2018) es su primer poemario publicado.


Julia Gutiérrez / Selección de poemas


Solo a mí

se me ocurre tener un corazón latiendo

en otro cuerpo.

 

 …………………………….

 

Viajé por los mapas de tu cuerpo,

leí las líneas continuas

que indicaban tus manos,

hice escala en todos los aeropuertos

de tu sexo,

pasé los controles de seguridad

de tus miedos,

di la vuelta al mundo partido

en dos mitades de tus labios.

Al volver, deshice el equipaje,

revelé las fotos de mis retinas

y guardé el souvenir de tu silencio.

El amor fue un suburbio

en la ciudad del deseo

y nosotros dos turistas

de una noche

de placer.

 

………………………..

 

Hoy he decidido que no nacerás.

No tengo razones que darte,

no me perdones

por no dejar que me obliguen

a alumbrar un camino

que oscurece el mío propio,

 

a cargar con un instinto

que no me pertenece,

ni puta ni santa ni madre,

solo mujer, una raíz

que no es cuadrada.

 

No me indultes ni me ataques,

yo no te dejo

clavar la cruz de la culpa.

¡Maldita humanidad

que otros imaginaron!

 

No escribas en mi cuerpo

de lengua diferente

ningún decreto que me resigne,

que me haga menos digna

de mí en este estado.

 

Hoy he decidido que no nacerás

y no habrás muerto

porque no te he parido.

………………………………

 

Bajo la ducha

caen las gotas

por mi piel,

 

tus últimas caricias

se van por el desagüe.

 

…………………………………….

 

Contra la indiferencia masticable

que no detiene

este sentimiento empeñado

en seguir destilando amor

hasta formar una nube

desgarrada

que vuelve a lloverme encima

cristalizada

llevándome de vuelta a ti

sin anestesia,

aprieto los labios

luchando conmigo misma.

Soy entonces una sombra

que no alcanzo con la mano,

un grito silenciado,

un corazón derrotado que agoniza,

gota a gota, su indigencia.

No quiero que latas más.

Yo te detengo.

 

POEMAS DEL LIBRO: Saltaré si Hay Abismo, Vitoria-Gasteiz: Las Modernas Editorial, 2017

 

 

 

 












POEMAS SUELTOS

 

Por su bien, por su bien

y era de hiel

aquel panal de abejas.

 

Niña de cera, dulce de gomaespuma

y dientes de leche,

la elegida.

 

Cuerpecito de ángel mutilado

por el aguijón que cambió

pañales por sudario.

 

Horror de hogar que le persigue,

paredes culpables. sonrisa borrada,

escarnio profundo repetido.

 

Un día habló y habló.

Huyó del miedo al presagio

y el Mezquino bajó la mirada.

 

Mientras, todos seguían

mirando a otro lado

y rezándole a Dios.

 

¡Pss! ¡Secreto!

silencio, silencio, silenciada.

 

………………………………….

 

Muestro mi espalda desnuda

como un cangrejo sin concha,

 

lo único que queda

cuando ya no queda más.

 

La exhibo sin ningún pudor

y esta piel tragaluz

se abre en árbol genealógico,

 

cactus superviviente

al desierto de mi estirpe.

 

Cruzo en pie por los siglos

flexible como duna móvil

cambiando lo simbólico,

 

culebra que resucita a otras

con hierbas en su boca.

 

Una ecdisis es necesaria

-brazos en cruz-

con la que suelto los moldes

 

y este peso muerto

            de la Historia

                  que sostengo.

 

……………………………………

 

Rara vez vuelve el brillo a los ojos

-medio ciegos del agua y sus reflejos-

de quienes huyen del infierno

y reciben el silencio del mundo.

 

La miseria existe y también los miserables,

cazadores furtivos de los que escapan

despavoridos, y niegan asilo a los desesperados

que abandonan sus casas.

 

Warsan Shire sabe que no hay tierra prometida:

navegar hacia la niebla

siempre será mejor que la muerte segura.

 

El Atlántico negro de secuestros y su resaca fantasma,

el Mediterráneo que se traga esperanzas y miedos

¿dónde está el multiplicador de peces?

¿nadie tuvo fe para caminar sobre las aguas?.

 

Espuma color sangre, un mar azul cementerio,

océanos con banderas

y olas de bolardos móviles

abren paso a un yate con caviar iraní

pero no a una patera de hambrientos.

 

Para esos a los que llaman los Otros

depende de las mareas el trozo de océano

donde pierden el pulso a la supervivencia

sin lápidas, sin historia, sin refugio

donde solo las ballenas lloran sus muertes.

 

Mientras, sin pudor ni vergüenza

Europe's living a celebration.

 

………………………………………………….

 

Te veo acercarte

y me recreo,

tu desnudo me contrae.

 

Ser mucho más

y sin embargo

cuerpos solo,

hiedra sobre ti

siento en mi sexo

el ritmo del baile.

 

Tengo el poder en la lengua

y tú respondes.

 

Estruendo de océanos.

 

Es urgente

la lluvia

dentro.



Julia Gutiérrez, España, 1972