jueves, 24 de agosto de 2023

Camila Berney / Aguada

 


DISFRAZ

 

Cansada de ser esta pretensión conforme

en una vida de maqueta, conviven los pesares

que me han vuelto marioneta

una mujer adulta

un título, una casa.

 

El sol se pone su pijama azul

tomo rumbo al paraíso

un tibio lago donde todo es verde

y al centro estás tú.

 

Estoy dentro de la cómoda donde desdoblo mis disfraces

estoy jugando a vestir de ti

si así consigo encontrarte, mirándome              

un rato.

 

Esta amarga insoportable reaparece

sin tregua bajo capas.

Aburridamente deprimida o tan cansada

se ha vuelto goce.

En un secreto y atrapante placer

me invito a nadar en una copa.

 

La muerte hace guiños de vez en cuando, seductora

convida sumergirse con ella

la cabeza ligera y la espalda suelta.

Fantaseo escenarios imposibles.

 

 

 

MENSTRUANTE

 

En un cortocircuito

el cerebro me palpita.

Veo

a mujeres brillantes

cabalgar sobre hombres invisibles.

Veo relámpagos fluorescentes

me hacen pestañear

hasta arder.

 

Tozuda, sigo jugando solitario

la versión moderna de esa entretención de antaño.

 

Quiero fundirme con las telas hasta tapar el último poro

ser la colcha que cubre esta inercia

creyendo estar por sobre

salir de la vida de otros, prescindible

quedarme sola

(solita).

 

Ser silencio en el mundo

acunarme en mi propio abrazo de papel

hacer del vacío el paraíso al que se viaja en los sueños

naufragando                      oliendo el musgo                    saboreando la sal

ser la sal

allí, en la nada.

 

Volverme fetal en este mundo fatal

nacer otra vez, de tanto en tanto

una vez al mes.

 

 

HAMBRIENTA

 

Reposo de costado en la cama

en afán secreto de aprisionar la silueta de un hombre ausente.

El temple del aire se corta al filo de un pestañeo

y el tacto recuerda

torpes experiencias de desnudez adolescente.

 

Reposo de costado en la cama

ojos invulnerables me reciben dulcemente

ahora.

En ademán de beso tierno me acerco a la frente

pacificando las antiguas

y las recientes batallas contenidas.

Todo queda en calma.

 

Reposo de costado en la cama.

El aire fantasmagórico se inhala y exhala

al compás

de un miedo que no entiendo.

Suaves maullidos hablan

es momento de irnos despidiendo.

 

Reposo de costado en la cama.

En un suspiro se va

este cruel alivio.

 

Y acompañando el espacio aún tibio de la nada

están la pena sin rabia

los gatos hambrientos

y mis brazos vacíos.

 

 

ELLA

 

El hombre de Saturno reaparece

en caminatas sobre hojas secas

lo he visto venir.

Su mujer navegadora digital busca

cómo ser una mujer estimulante

cómo crear conversaciones interesantes.

La cosa más triste que he visto

la cosa más triste

también la he padecido.

 

Pobre mujer navegadora

habrá un día en que pueda ver bajo el agua

un día en que no se ahogue

entre intuiciones provocadas.

 

Entre hombres de tierra y mujeres de aire

no hay ni un fuego que valga tanta pena.

 



Camila Berney, 1991 Concepción, Chile

 

 

 

Teresa Calderón / EROS, Poemas de amor y otros lugares comunes

 


Agitaste mi vientre

como huracanes

entre mis piernas

a 300 kilómetros

por minuto.

 

***

 

Milito en ti

en el frente de tus huesos.

Bajo el polvo los muerdo amor

uno a uno

y estallo contigo en la trinchera.

 

***

 

No juegues con fuego

me dijeron

pero yo jugué con el sol

y quedó nada de mí

excepto estas palabras.

 

***

 

Tú serás el plato que deseo

adobado y agridulce.

Te cocinaré a fuego lento

como hacemos las brujas.

 

Después de saborearte

lameré tus huesos uno a uno

quedarán limpios

para hilar mis collares

y mi escudo de guerrera.

 

***

 

Déjame tus ojos en el velador

tu mano siempre en mis mejillas.

Sácate las venas y déjame tu sangre

la yema de tus dedos en mis labios.

 

Déjame tu pelo sobre los muebles

tu espíritu rondando las piezas vacías

el eco de tu risa bajo la cama

tu piel para hacerme el último vestido.

 

Déjame todo.

Que la muerte se confunda.

 

***

 

Los días se solazan de ausencia

especialmente el domingo

cuando falta la sal amarga de tu boca.

Y si eso falta me falta todo.

 

***

 

Canta para mí

te pido

canta para mí

me quejo suave.

 

Y respondes

en tu lenguaje animal

intenso y fiero

violento fuerte.

 

A pesar de todo soy feliz.

 

 


 

Teresa Calderón, nació en La Serena el 30 de marzo de 1955. Se tituló como profesora de Castellano en la Pontificia Universidad Católica de Chile en 1981, donde también realizó estudios de Licenciatura en Estética. Poeta, cuentista y novelista, dirige talleres de creación literaria desde los años 80 hasta la actualidad. Ha dictado clases en Universidad Católica, Universidad de Chile, Andrés Bello, Miguel de Cervantes, ARCOS y UNIACC. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, francés, sueco, italiano, alemán y portugués, y ha sido compilada en más de 30 antologías.