viernes, 8 de octubre de 2021

Odette Alonso / ( 10 poemas )



 

Últimos días de un país

Que no serán los últimos
ni aquellos que alguien soñó para nosotros.
Sobre el agua
flotan la madera y los recuerdos
sobre la mesa los adornos
mil relojes con la misma hora.
Detrás de cada puerta acecha un hombre
pero hay cosas que no recordarás
lo que pasó tras el telón de la inocencia.
Trae el correo la carta manuscrita
letra de insecto
que repite aquel nombre.
Al final
quedan la niña arrodillada
y la advertencia.
Habría que echarse al mar
y hundirse.
...


Bailarina


Saltó desde mi ojo a la ventana
desnuda está en la acera mojada a la intemperie
bajo una luna extraña.
De pronto ya no baila
me sigue el rastro ajeno taciturno
la ira del zapato sobre el lomo.
Salta la bailarina
me recorre la espalda
habla de Irlanda en mis hombros y no entiendo
la hago saltar a punta de pistola
dolor para gritar malas palabras
y no aguantar ni un poco
y no tener piedad.
Gritar para que salte disparar
y ver su cuerpecito llevado por el aire
danzando a contraluz.
...



Caja de música

                                         A Veleta. A Piri

Alza la tapa.
Escucha.
La música será como un alivio
como un bálsamo azul
como un portazo y luego este silencio.
Los amigos se fueron
perdieron el camino y los recuerdos.
Sólo queda esa música.
Alza la tapa y oye.
Piensa que ellos han vuelto y empujarán la puerta
que traen los rones viejos y la inconformidad
que bailarán de nuevo aquella melodía
aunque no sea igual
aunque no lleguen nunca
aunque alces la tapa y no suene la música.
...


En el puente

                                                                        A Dora

Al extremo del puente la luz es más intensa
enceguece la luz     cambia nociones.
Las brújulas atrofian su certeza
los mapas desdibujan sus contornos
la noche apaga la verdad del firmamento.
Sólo queda un camino     lleva al final del puente.
Basta extender las manos y preparar el salto
caer hacia el abismo luminoso de tus ojos.


...



Fábula del aguador y la ciudad de enfrente

                                        Ella confunde la piel con algún río
                                y al corazón con la ciudad de enfrente
                                                                                      F. A. Dopico

Ella confunde la piel con un estanque
canta junto a mi oído su vieja melodía.
Yo le traía el agua
vaciaba la botija en sus arenas
mitigaba su sed.
La sed mi corazón en la ciudad de enfrente
un río subterráneo para mis pies cansados.
Yo ganaba su sed
y me iba a buscar frutas al pie de la montaña
para escanciar el néctar sobre sus dientes nuevos.
Un día no volví
al pie de la montaña era el abismo
pozo donde caer agua que hierve.
Ella confunde el corazón con una espera larga
canta junto a la fuente
espera por las aguas que no llegan.
Oh mi ciudad dormida
qué silbido recuerda a las aguas de antaño
que corriente vendrá de nuevo a tus orillas.
...



Historia breve de una mujer de lejos

Una mujer espera en el andén
y se asoma al hueco breve de su impronta.
Cuando llegó
sin haberlo previsto
el sol quebró su cápsula rojiza
y sorprendió un quejido de escorpiones.
Quizá entonces no pensara en la estampida
y fuera un simple juego comenzar
pero hoy el sol es una moraleja.
Con su abolida oscuridad de cobres
oculta una nostalgia entre los hombros
y destruye el cascarón
oyendo voces
quizás pasos ascendiendo la escalera
o algún ruido inusual
inesperado.
Una mujer de lejos se convence
desdice sus arranques y sus duda
con tal de que alguien quiera responderle
de que alguien quiera amar
de que alguien pueda.
Una mujer recoge caracoles
insuficientes como cuello de botella
y cuelga en su cadena una angustia amarilla.
Disfraza cuanto puede su estirpe de ermitaño
pidiendo a gritos una desbandada
y el corazón se vuelve un rótulo impreciso
que dice ya no puedo.
...


Los amantes de Pompeya

La luna era distinta hace un segundo
te iluminaba
entraba por la hendija como un sorbo.
Moriremos de amor amiga mía
presiento que un tropel desciende de las cumbres
siento su oleada tibia presionando mi espalda.
Moriremos de amor
todos los vientos llegan como una manotada
y yo cubro tu cuerpo lo incorporo
quiero aliviarme en ti.
Hace un segundo la luna era distinta
y no había ese susto en tu mirada.
Algo nos viene encima
ese sordo rumor es un presagio.
Cierra los ojos pronto amiga mía.
Es el amor que llega.
...


Ecos

No son campanas es un túnel
una cruz en muelle
un horcón donde fijar amarras.
Sin cuerpo
solitaria
tu mano es el adorno de otro rostro
risa también ajena.
Así se dice adiós
como quien ve alejarse un tren
hasta que el humo se dispersa
danza como espejismo
y luego es nada.
Sólo ecos en el despeñadero.
...



Onírica última función

                                                       Por Tosca, a Margarita

Terminó la función
y me he soñado arcángel
cuando soy sólo un violinista dormido ante su atril.
Vacía la taberna
vacío el corazón como una plaza pública
me encuentro frente a ti
frente a mí misma.
También yo fui una niña y luego fui un traidor
y luego un marinero naufragando
en el agua podrida de su charca.
Y quise desnudarme
echarme sobre ti como sobre el abismo
y después no ser yo sino tu piel
el insalvable pozo de tus ojos
o un violinista dormido ante su atril
soñando que despierta y que te ama.
...


Canción del manso pastorzuelo

Ella alzaba el martillo
y lo dejaba caer una vez y otra vez sobre mi frente
luego abría las piernas
y yo volvía a entrar en un mundo cercano a la esperanza.
Decía las manzanas la luz el precipicio
y dejaba mi cuerpo enlodarse en la pendiente.
Mentira tras mentira
levantamos la casa y acunamos al hijo
soñamos un futuro que supimos incierto.
Yo cortaba la leña
y encendía la hoguera que me consumiría
yo le decía amor
y esperaba anhelante la primera patada
o el beso más certero.
Oteaba la llanura desde lo alto
veía con envidia a las ovejas descarriarse
y regresaba manso al calor de su falda.
Lloré todas las noches
un llanto recalentado y torpe
y así la vi partir
sin voltearse a mirar el humo de la choza.



Odette Alonso (Santiago, Cuba) Poeta y narradora. Reside en México desde 1992. Su cuaderno Insomnios en la noche del espejo obtuvo el Premio Internacional de Poesía Nicolás Guillén en 1999; con Old Music Island ganó el Premio Nacional de Poesía LGBTTTI Zacatecas 2017, y Equilibristas recibió mención honorífica en el Premio Internacional de Poesía Caribe-Isla Mujeres 2017. Autora de doce poemarios, de la novela Espejo de tres cuerpos (2009) y los libros de relatos Con la boca abierta (2006), Hotel Pánico (2013) y Con la boca abierta y otros cuentos (2017). Sus dos décadas de quehacer poético fueron reunidas en Manuscrito hallado en alta mar (2011) y Bajo esa luna extraña (2011). Compiladora de la Antología de la poesía cubana del exilio (2011). Fundó el ciclo Escritoras latinoamericanas, que ha organizado durante más de una década en el marco de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.