jueves, 29 de octubre de 2020

José Miguel Navas / Esteban corre (4 poemas)

 



Esteban corre


I


Elegimos un lugar para huir

para enfrentarnos a nosotros mismos


II


subimos las escaleras del hotel

avergonzados

detrás el mundo y su juicio

delante la verdad

sobre los pecados de la ciudad


III


nos vencemos

estamos arruinados

somos la minoría en una historia

pasamos ocultos por el mundo

quedamos suspendidos en los bares del centro

nosotros el germen que nos tienta

esta vastedad

una isla contenida

tierra enferma

probamos la orilla

y acabamos en ella.




Soy la boca de un río

oscuro

me abro al amanecer

turbio despierta el hombre

que me acompaña

respiro desde su pecho

él me bebe toda la calma

atrás quedó

el deseo clausurado.




Quiero ser agua

derramarme

ser el desastre que corte toda contención

en un piso mojado

ser mar

y correrme adentro.




Hago el ejercicio del amor

meto mis dedos en ti

cambias de jornada

para que tu plaza sea mi cuerpo

yo amo al enemigo que entra en mí

me haces aire.




José Miguel Navas (Venezuela 1992)


Poeta y licenciado en Comunicación Social, mención Periodismo Impreso. Ha publicado los poemarios La Próxima textura (2014 y 2019), La Rosa Abstracta (2015), Esteban corre (2017 y 2020) y Fany (2019) publicado en Chile por LP5 Editora. Es autor de la edición crítica Poetas Danzantes. Antología de poesía sexo diversa en Venezuela (Amargord España, 2020).  Con su poemario Fany obtuvo el Premio de Poesía “Descubriendo poetas tercera edición” (Ciudad de Puerto Ordaz, Venezuela, 2018). Y en 2019 ganó el Concurso Nacional de Poesía Hugo Fernández Oviol en la ciudad de Coro Venezuela. En 2020 realizó un taller de poesía con Malú Urriola en Madrid. Se dedica a investigar la poesía de María Antonieta Flores y Wafi Salih.



Cartografías del silencio / Adrienne Rich

 



 

1.

 

Una conversación empieza

con una mentira. Y los

 

hablantes de la convenida lengua común sienten

la rotura del témpano de hielo, el distanciamiento

 

como impotentes, como erigidos ante

una fuerza de la naturaleza

 

Un poema puede empezar

con una mentira. Y ser destrozado.

 

Una conversación tiene leyes distintas

se recarga a sí misma con su propia

 

energía falsa. No puede ser

destrozada. Se infiltra en nuestra sangre. Se repite a sí misma.

 

Inscribe con su aguja sin retorno

el aislamiento al tiempo que lo niega.

 

2.

 

La emisora de música clásica

sonando hora tras hora en el apartamento

 

el acto de descolgar y descolgar

y volver a descolgar el teléfono

 

Las sílabas pronunciando

el viejo guion una y otra vez

 

La soledad del que miente

instalada en el complejo formal de la mentira

 

tergiversando las sintonías para ahogar el terror

que yace bajo la palabra no dicha

 

3.

 

La tecnología del silencio

Los rituales, etiquetas

 

la difuminación de los términos

silencio no ausencia

 

de palabras o música o incluso

sonidos crudos

 

El silencio puede ser un plan

rigurosamente ejecutado

 

el plan de acción para una vida

 

Es una presencia

tiene una historia una      forma

 

No debe ser confundido

con ninguna clase de ausencia

 

4.

 

Qué serenas, qué inofensivas empiezan

a parecer estas palabras

 

aun nacidas del dolor y la rabia

Puedo atravesar esta lámina de abstracción

 

sin herirme a mí misma o a ti

ya hay suficiente dolor en este lugar

 

¿Por esto suenan la emisoras de música clásica y jazz?

¿para proporcionar una base de significado a nuestro dolor?

 

5.

 

El silencio que yace desnudo:

En La pasión de Juana de Arco, de Dreyer

 

el rostro de Falconetti, el pelo rapado, una gran geografía

recorrida en silencio por la cámara escrutadora

 

Si existiese una poesía en la que esto pudiese darse

no con espacios en blanco ni palabras

 

extendida como una piel sobre los significados

mientras el silencio cae al final

 

de una noche que dos personas han cruzado

hablando hasta el amanecer

 

6.

 

El grito

de una voz ilegítima

 

Ha dejado de oírse a sí misma, así pues

se pregunta a sí misma

 

¿Cómo es que existo?

 

Este era el silencio que yo buscaba quebrar en ti

Yo tenía preguntas pero tú no ibas a responderlas

 

Yo poseía respuestas pero tú no ibas a emplearlas

Esto es inútil para ti, quizá también para los demás

 

7.

 

Era un tema antiguo incluso para mí:

El lenguaje no puede hacerlo todo—

 

escrito a tiza sobre los muros donde los poetas muertos

yacen en sus mausoleos

 

Si a voluntad del poeta el poema

pudiese convertirse en una cosa

 

una falda de granito al desnudo, una cabeza alzada

e iluminada por el rocío

 

Si sencillamente pudiese mirarte a la cara

con los ojos desnudos, sin dejar que te girases

 

hasta que tú y yo, que anhelo conseguirlo

consiguiésemos aclararnos juntos en su mirada

 

8.

 

No. Déjame conservar este polvo,

estas nubes pálidas sostenidas con dificultad, estas palabras

 

moviéndose con feroz precisión

como los dedos de un niño ciego

 

o la boca de un bebé recién nacido

con la violencia del hambre

 

Nadie puede darme, hace ya tiempo

que he asumido el método

 

de salvar los vertidos de esta bolsa de tejido suelto

o la llama del mechero, vuelta débil y azul

 

Si de vez en cuando envidio

las enunciaciones puras de la mirada

 

la visión beatifica

si de vez en cuando anhelo transformarme

 

como el hierofante de Eleusis

sosteniendo una simple espiga de trigo

 

para regresar al concreto y sempiterno mundo

lo que en realidad continúo eligiendo

 

son estas palabras, estos susurros, conversaciones

desde las cuales una y otra vez la verdad brota, húmeda y verde.





Adrienne Rich (16 de mayo de 1929, Baltimore, Maryland - 27 de marzo de 2012, Santa Mónica, California),

Tomado de Zendalibros.com Traducción del inglés de Adrián Viéitez