viernes, 6 de julio de 2012

1era Parada Poética en el Jaleo























PLAZA DE CHACAO


Ella tenía un libro

Un libro entre sus labios

Y no sabía que estuvo garabateado desde siempre

Para ella

Ni que sus poses se ensayaron a partir de su cabeza recostada

Ni que su voz fue sugerida tantas veces

Ella no sabía

Que preguntaron por su nombre a los amigos

Quienes jamás llevaron los recados

O miraban para otro lado

Porque nadie glosa las iniciaciones del trato ajeno

Porque su credo son los mares separados

Y las vacaciones en junio

Por eso no entienden que se puede sonreír extrañando

Con MacArthur Park de fondo

Frente a bardas de estraperlo

Tu nombre fue curioseado

Tu piel comprendida

Y de tarde te ayudaron a brincar un abismo de envidias

Ahora

Esas manos que no te sirvieron hojas de té tibias

Ni una plegaria de gloria

Hacen antesala para circular tus nudillos

Para dar vueltas a ese mundo

Para devolverte allí

A las gradas que mudando a colores verdes

Nos dejan decir lo que significa

Estar destinados

JOAQUÍN ORTEGA

*****

EL COLIBRÍ Y LO IMPOSIBLE


Mi novia imposible

me pidió un colibrí.

A mi novia imposible

le gusta pedirme

cosas imposibles.

 No es fácil

atrapar al colibrí

que vuela inmóvil

en mi amor.

 Mi novia sabe

que el colibrí se sostiene

velóz y estático

en la fuerza de la nada

de mis alas reconstruidas.

Pero ella sabe también

que soy un hombre

que vuelve de la muerte

y que para los hombres como yo

lo heroico está en la humildad

de reconocer lo imposible.

Sin embargo, a veces,

mi novia y yo somos niños

y es allí

donde mi novia imposible

me pide nuestro colibrí,

a pesar de todo.

CINZIA RICCIUTI

*****

TRAZOS

 I

No escribes el poema

sino su nostalgia

su íntima penuria

 II

Espacios

entre el silencio

y esta palabra incierta

que se fuga

III

Blanco

en cada pliegue

en cada minúscula

hendidura

 IV

Palabra escindida

tu nombre

trazo apenas

V

Un tiempo

de silencio

hiere

la memoria

VI

Lenta

borrando formas

buscas lo claro

la línea inmensurable.

ANA MARÍA DEL RE

*****

OTRA VEZ A YOCASTA

Cuando muera, madre [porque tendré que morir antes que tú, para soportarlo] no llores, estés acá o más allá del país de la conciencia. Detente en el arco del vientre y nómbrame, para reconocerme, para saberme en tus labios, nuestra casa. Háblale al inerte cuerpo, dile del tintineo del reloj al que da cuerda mi padre desde entonces. Vuelca tu arrullo ese día inabarcable, sobre el llanto y arrópalo, entre tanto nos contraiga el naufragio. 

HÉCTOR VERA
*****
A veces ya muy noche

creo ver al amor como a la muerte

Juntos entran en el lecho blanco

y en duelo agudo guerrean sus dominios

Se lamentan palpitan

y exhalan el último suspiro

cuando llega la hora del éxtasis

SONIA CHOCRÓN

miércoles, 6 de junio de 2012

CADÁVER EXQUISITO JAMMING ERRANTE




Se remueven las emociones
Busco un Náhuatl  en las entrañas del tiempo
con la punta del lápiz
Sí, lo sé, sobre mí caerá un atardecer
El ajedrez de tu pecho se llora
y van ciegas las nubes, como barcas perdidas y la muerte del mundo cae sobre mi vida
No sé, tal vez, la herida vino y dijo lo que sin saber no podíamos escuchar ó
la palabra: principio y fin
perdida, pérfida, perdigón
están, ir, venir, sentir
busca en estas paredes tu palabra
envuelta en desnudo
vibrante, la miel viene a mis labios
cayendo por treguas inexistentes
y entonces me encontró la neblina
un pájaro que insiste en la cintura, levanta vuelo


Nota: Cadáver exquisito construido la noche del jueves 31 de mayo en el Ateneo de Caracas, por los poetas participantes y público en general

lunes, 4 de junio de 2012

Valeria Rodríguez


¿Por qué para ser feliz, es preciso no saberlo?
Fernando Pessoa

La pelota lo hipnotiza. Absorto la contempla como a una deidad. Sólo existen ellos: la grama, y un parque que aún huele a parque y sabe a verde. Su inocencia lo inmortaliza. En sus talones late el juego, sus zapatos amarillos amanecen en cada gol. En la cancha es gaviota y pez y gigante.

La ciudad ojerosa lo vigila en cada pase y se permite ser otro ser: lo vitorea, hace eco de su risa;
se recuerda feliz. Pero en Caracas, hay colmillos apostados en los huecos y monstruos viviendo en las alcantarillas.

En un segundo el juego se congela. La pelota enmudece, el niño ya no pertenece al parque, se pierde en manos ajenas, no ve colores, no entiende a esos hombres; pierde.

Y en treinta y seis horas,
vuelve a nacer.

Valeria Rodríguez

martes, 27 de marzo de 2012

PARTE / ENRIQUE SALUSTIANA


PARTE

Quiero un guerra con muertos,
fragmentos humanos,
vísceras.
Con misiles,
aviones bombarderos,
minas, metrallas.

Quiero dos bandos y sus aliados.

Soldados mutilados,
degustados sin aliento
por las moscas,
los perros,
los gusanos.

Quiero un festín de llantos putrefactos.
Ciudades devastadas,
selladas por las costras
cuyo coro ruega clemencia
ante el exceso.

Quiero el horror
defecando sobre aquel cuyos hijos
se los tragó un cálculo mal hecho.

Campos sembrados con cruces, lápidas,
en donde nunca germinarán las almas.

Quiero una guerra justificada en nada
pero guerra al fin.
Y no un fin de semana fallecido,
borrado en balas
cuyas bajas
superen aquellas de una estúpida guerra.


Enrique Salustiana

viernes, 23 de marzo de 2012

IDA GRAMCKO / COMPAÑÍA


COMPAÑÍA

Hay niños mudos en el mundo.
Hay niños ciegos en el mundo.
Hay niños sordos en el mundo.
No todos los niños pueden tener palabras, paisajes y
campanas sonando. Entonces, hay que detenerse un momento,
dejar el juego, el balón, el bullicio, y contemplar las
montañas, el mar, el oro del maíz para que se produzca
en nosotros un cálido silencio comprensivo.
Y hay que extender la mano suavemente, colocar un regalo
-no importa la envoltura ni el color del juguete-,
colocar un regalo sedoso o tintineante entre sus manos.
Y hacerlo con ternura. Inventaremos la caricia.
Así, habremos acompañado a esos niños.

IDA GRAMCKO

Quehaceres, conocimientos, compañías (1973)

miércoles, 21 de marzo de 2012

CADA POEMA / ALVARO MUTIS


CADA POEMA

Cada poema un pájaro que huye
del sitio señalado por la plaga.
Cada poema un traje de la muerte
por las calles y plazas inundadas
en la cerca letal de los vencidos.
Cada poema un paso hacia la muerte
una falsa moneda de rescate,
un tiro al blanco en medio de la noche
horadando los puentes sobre el río,
cuyas dormidas aguas viajan
de la vieja ciudad hacia los campos
donde el día prepara sus hogueras.
Cada poema un tacto yerto
del que yace en la losa de las clínicas.
un ávido anzuelo que recorre
el limo blando de las sepulturas.
Cada poema un lento naufragio del deseo,
un crujir de los mástiles y jarcias
que sostienen el peso de la vida.
Cada poema un estruendo de lienzos que derrumban
sobre el rugir helado de las aguas
el albo aparejo del velamen.
Cada poema invadiendo y desgarrando
la amarga telaraña del hastío.
Cada poema nace de un ciego centinela
que grita al hondo hueco de la noche
el santo y seña de su desventura.
Agua de sueño, fuente de ceniza,
piedra porosa de los mataderos,
madera en sombra de las siemprevivas,
metal que dobla por los condenados,
aceite funeral de doble filo,
cotidiano sudario del poeta,
cada poema esparce sobre el mundo
el agrio cereal de la agonía.

ALVARO MUTIS

martes, 20 de marzo de 2012

JAMMING TOTAL



Todo
indica que permutamos.
En
compases disonantes,
dentro
de ciertas abreviaturas,
cuyas
fórmulas ahíncan
los
pliegues del deseo.

Somos
piezas en el juego de las ganas.
Semblantes
ajustados a capricho.
Ecuaciones
evanescentes
en
el flujo de los sexos.

Sí,
permutamos
en
el mercado feroz de los espejos.

DMargot Baptista

***

Ciudades

Los abrazos que duermen y que son ciudades

No obstante el oscuro disfavor del molde seco

Los perdones blancos imitan curvas para vagar al filo

En la fatiga pan salado del olvido en delación y cienteatros

Los otros

Los pellejos húmedos frente a la sala vacía

Aplanan la memoria que cae al lago en el que las cámaras

Te participan que fuiste

Invitado de hurto

De pasillo iluminado

Abrazos dormidos que son ciudades

Afilando al socaire los pomos y las bicicletas quemadas de risas

Sin raíz

Al jornal llevar lumbre para ofrecer a boca y encierro

Distraer el miedo que te compra la habitación antes determinar la feria

Insolación debajo un toldo

Descuida la borda

En la palabra para disminuir en el tiempo

Porque

Los abrazos que duermen y que son ciudades

Aparejan el bronce

Que es acuerdo

Y el rejón

Joaquín Ortega

***
COBARDIA

Desamar es un destierro
Rafael Cadenas

El estruendo
y de súbito el desierto.

El cuerpo se abre y se cierra
como un acordeón mudo.

Desamamos torturándonos.
Los cobardes deberíamos morir.

Cinzia Ricciuti

***
miro tus manos

dos animales aturdidos
sobre la paz rabiosa de tu carne

las miro
insistente quietamente

suben y bajan con regularidad
como si sólo de ellas
dependiera el compás
de tu respiración

el ritmo que hace
más espesa la noche

duermes
con furia

como si no tuvieras más nada

duermes
hasta que es otra
la que sueña

hasta que tus sueños
ya no te pertenecen

bajo tus párpados
queda solamente
agua estancada

una edad que perdió
todos sus pasos
antes de llegar

entonces
me alarmo

porque empiezo a comprender
sin quererlo

que nada más conozco esta patria
de tu cuerpo hendido
por la paz mineral
de la madrugada

Adalber Salas Hernández
(Poema XIV de la parte III del libro inédito Heredar la tierra.)


***
No sé amar y por eso me tambalean los poros, la humedad desfallece y las margaritas dobles, no superan la calle, el laberinto, el punto de fuga en la boca y no soy buena en geometría.

No sé amar, en este destino que une y desune, que no da tiempo para escampar en la esquina de una mirada ceñida al más impropio de los deseos.

No, no sé de amar, porque no puedo partirme entre todo lo que quisiera descubrir en alguien, sin sentirme culpable por haberme perdido otra vez de mí.

No puedo amar, porque la caricia cesa, porque la paciencia no sé dosificarla, porque me abruman los abrazos, porque no sé salir de ellos y los platos, querido, los platos de la cena, deben estar en su lugar, limpios, secos, por orden, tamaños.

No sé si pueda amar, porque ya no quiero mascotas que me distraigan mientras espero, porque no sé qué hice con el silencio para fundar el desamor.

No quiero amar porque los tangos son la tristeza y a mi madre la vi llorar con un disco de esos, mientras le daba hueca voz a todas las soledades posibles que cantaba ese señor que también murió seguramente de amor.

No, no necesito estar cerca de un amante, porque altera el centro: ese largo alambre del que no me sale un corazón.

No me permito amar con cordura, porque quiero estar siempre en algún siempre, en el que no me toquen las sentencias de los arboles encendidos

y decididamente, aunque las venas duelan, yo, amor, prefiero abandonarte antes.

Daniela Jaimes Borges

***
CUM

Hoy, en el abrazo en el natural rincón del deseo la mano con la mano con la ternura con arrebato con un sueño y con otro con angustia con desasosiego con la calma con la ruptura con torbellino en la cama con la ropa con miedo contigo con sin-ti y con miedo con incertidumbre con dolor con esperanza como un quejido como un niño con silencio con resignación con rabia con poesía con o sin ella con búsqueda con la mirada sobre la mirada con la boca sobre la boca pronunciando la palabra perdón con arrepentimiento con vergüenza con locura con un grito con los labios rozando amor

Héctor Vera

***
De Finales

Hay amores malos
pero lo peor del amor es cuando termina
cuando te crucificas en una habitación ventilada
comes puré de reproches con sardinas
y descansas sobre el cadáver de deseos amputados
Lo malo del después, son los despojos
la ternura embalsamada
el mañana tránsfuga
los teléfonos que hablan con los ojos
la sangre espesa sin urgencias
ni dueño
Es ingrato encarar la casa
comer solo
remendar las virtudes que quedaron
condenar a la hoguera los archivos
Lo peor del amor es cuando pasa
cuando al punto final, no le siguen dos puntos suspensivos

Karla Castro B
***

No me otorgues
la realidad de tu mirada

Huye de mis ojos

disuélvete sal sobre mi piel
deja que te respire
acaricia mis sentidos con tu voz
hazte palabra


hazte palabra

Hernán Zamora
***

El Dolido

El dolido no entiende por qué le niegan un cuerpo

Sólo recuerda las lunas y los besos bajo la luna
Cuando mira de frente

El dolido sonríe y te muestra en sus ojos otros planetas
quiere correrte de su mundo pero no puede

El dolido es paciente hasta que lo desea
luego aprieta sus dientes y no abre más la boca
a menos que sea para decir sequía

Todos lamentamos la pérdida de un dolido
El paso de sus años por colchones ajenos
No haber hilado un orgasmo contra su cuerpo

Que finalmente
estire la mano para decir adiós.


Gabriela Rosas
***

Nadja, anoche una lengua risueña y gigante nos quitó el aire; cerrada sobre nosotros, fue coronación de nuestro milagro compartido: acabar con las horas, sembrados en una esquina del mundo, había que levantar un círculo de fuego mientras la corriente encrespada – ¿recuerdas?– iba rebasando las rodillas: queríamos ganarle una batalla al olvido y juntarnos con el paisaje: nos desdecimos en un nudo de sábanas, fuga de la trampa del instante, ola que te busca en una postal incierta.

Alejandro Sebastiani
***

lost in translation

me dices que prefieres un hotel
porque en mi casa harías nido



después de insistir
en una cama doble
refugiamos este amor de la intemperie
tras un cartelito de do not disturb

la camarera que entiende
lo ignora cada vez

por un instante somos un trío

corres la cortina para hacer las noches y los días
y vas trayendo ramas
hierba
hojas
barro



Ruth Hernández Boscán
***

MI SOMBRA

Me asombro

de mi sombra.


Se despega vuela se pega baila seduce

besa arde toca fondo

cae descansa se viste

regresa infiel



la perdono.



Me asombro

de mi sombra.


Su quietud su soledad la sumisión

a mis pies su destino

de sombra su cuerpo



mi cuerpo.


Hildegar Acosta

***
CIMIENTOS DE AIRE



Hoy hacemos el amor

ya no hay brevedad en la cintura
se apresura el paso

los dedos de cada noche
extravían el camino

los gemidos blasfeman

La nostalgia busca el abrazo

pero son ajenos los cuerpos
que en silencio yacen

porque a veces
el adiós
nos llega tarde

Georgina Ramírez