viernes, 30 de abril de 2021

Cecilia Ortiz / El laberinto de los ojos

 




El laberinto de los ojos

 

Miran acordes los tiempos

Nuestros

Ven el vacío

La torpeza de los hombres

Las manos  sacrificadas  de las mujeres

que van rotando la tierra

lentamente

A ver si pueden

moverla

Aplastados unos con otros

La tierra ya no pesa

Dicen que se pulverizó por tanto

odio

 

Cecilia Ortiz  (Aragua, Venezuela) 

Licenciada en Letras en la Universidad Central de Venezuela en 1984. Perteneció al primer Taller de Poesía del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG) durante 1974 y 1975. Ha publicado los poemarios: Trébol de la memoria (1978); La pasión errante (1986); Autorretrato (1993); Naturaleza inventada (2000); Entremarino (2006); Invernadero (2007); Habla la muerte (2007) y Daños espirituales (2007).


jueves, 29 de abril de 2021

Emanuela Rizzo / Levántate mujer

 




Levántate mujer

 

Olvida el silencio,

grita tu dolor,

Cura tus cicatrices y levántate.

No olvides que las palabras,

son más fuertes que el acero,

y afiladas como cuchillas,

siempre podrán vencer toda fuerza terrenal.

Levántate, aunque estés herida,

recuerda el viento

que desquicia las ramas.

Sé como la naturaleza que todo doblega, sin avisar.

Levántate mujer.

y recuerda que el hombre

 nació de una mujer,

todas somos fuertes

cuando la naturaleza nos hace sentir su llamado. ¡Levántate y lucha!

¡Habla y serás libre!

Traducción al español por Mariela Cordero


Emanuela Rizzo (Galatina, Italia)

Se graduó en Economía Política en 2002. Siempre apasionada por el arte y la poesía, está presente en varios sitios web y blogs con sus poemas. Forma parte de varias asociaciones culturales y organiza y participa en varios eventos culturales. Sus poemas se han publicado en varias antologías italianas y extranjeras.

miércoles, 28 de abril de 2021

Gabriela Rosas / Poemas

 



Sin manos

sin piedritas calientes

contra la pared

con la boca cerrada

en las almendras que me daba la noche

descalza

en la furia

a pecho abierto

sin sonrojo

con todo lo que era tuyo en los labios

en el tallo

yo te amaba.

 

**

Para hablar del vacío hay que estar lejos

lo que quiere decir que hay que estar dentro

 

uno lo intenta

uno se acerca     se ata la soga al cuello     se contonea

ilumina la herida propia para disimular la ajena

 

uno intenta el vacío lejos de los árboles

y se da cuenta que no puede

 

uno se muda de sí mismo

todos lo ignoran

e intenta silenciar el ruido de los otros

pero mientras más lo intentamos mayor es el ruido

 

uno descubre en la guayaba el sinsentido de la vida

el esto     el aquello     el no lugar

uno lanza la guayaba contra el piso y llora

 

uno se abraza al vacío para morir un poco

porque uno se imagina el vacío silencioso

 

uno se va a morir

quizás no hoy

pero algún día

uno siempre lo sabe

 

un diente de león se agita a media noche.

 

**

 

Lo veo dormir. Nos tocan las palabras hondo. Nos sembramos para siempre uno en el otro.

Nadie nos salvará. Nadie puede borrarnos lo mordido, el olor a coco, los labios, los domingos.

No pudo ser.

Toda la sal del mundo cayó sobre la mesa.

 

 

**

 

Quise decirte adiós,
que no tengo certezas ni logro ver la luna.
Los pájaros que trajiste a mi pecho

se fueron de este mundo.
Y me levanto cada día sin ningún sol por dentro.
Pero sigo temblando,
cada vez que me nombras.

 

**

Desamparo es no tener quien te desnude.

 

**

Yo también me arrojé contra el cielo

sin esperar a que lloviera.

Me fui corriendo de todo el cuerpo

de toda la pulpa que te amaba.

Yo también me quedé sin ti

e hice lo que pude.

 

**

Yo fui esa muchacha que diciéndote adiós decía que te amaba.

 

 


Gabriela Rosas. Caracas -Venezuela.

 

Poeta, narradora y editora. Ha publicado los poemarios La mudanza (1999)  Agosto interminable (2008) Editorial Eclepsidra. Blandos (2013) Editorial El Pez Soluble, Quebrantos (2015) Ediciones del Movimiento. Con Truman y sin ti (2021). Sus cuentos han sido compilados en Antología de Cuentos Postmodernistas (2014) NSB Ediciones. Ganadora del Primer Premio Nacional de Poesía para Jóvenes Juan Antonio Pérez Bonalde (1995), ganadora del Primer Premio de la Bienal Nacional de Literatura Lydda Franco Farías (2014) mención poesía. Forma parte de diversas antologías en Venezuela y otros países. Recientemente incluida en Nubes-Poesía hispanoamericana, publicada por la editorial  Pre-textos. España (2019) y Poesía en el pecho, La Hoja Poesía Viva. México (2021) Ha sido traducida en varios idiomas. Desde el año 2015 lleva adelante el programa Poesía en el aula, iniciativa sin fines de lucro, que busca promover la lectura de poesía en las aulas venezolanas desde temprana edad, como eje transformador en la educación. Es editora de la sección  Joven Poesía de Venezuela en Letralia y dicta en ella sus talleres de poesía on line. Es editora del Stand Up Poetry, de la sección de poesía contemporánea venezolana de la revista colombiana Caravansary  y es parte del equipo dictaminador de la Revista de  difusión cultural de la Universidad Autónoma del Estado de México La Colmena. Forma parte del equipo de selección de la colección de poesía en Uniediciones, Bogotá-Colombia.

Dicta talleres de poesía presenciales y On line, sus redes:
t: @magarosas
IG: @magabrielarosas
Youtube: Magarosas

 

martes, 27 de abril de 2021

Miyó Vestrini / 16 poemas

 



Días tranquilos que pasan como una ráfaga de viento 

porque el invierno próximo, 

lo sé,

cuando no hayan testimonios posibles que mitiguen el temblor

y la soledad, 

bufará la lluvia tras los muros encalados.

Tardío se hace este invierno,

imágenes del invierno próximo

arrogantes y graves

como el desorden de la casa. 

...

 

IV 

Alguien se levanta

 abomina las imprecaciones 

sabe que al fin, 

habrá algo no memorable.

Obscenos,

definitivamente,

los ojos del amigo

dónde nace el conjuro.

...

 

VII

Han concluido los paseos,

los silencios amables,

el ruido sobre la grava, 

tu cuerpo fatigado.

Cuando llegue el invierno próximo 

estaré en el cerro 

tendida, 

enojada, 

estremeciendo el techo de la madera. 

...

 

VIII

 A causa del invierno próximo, 

tiemblo detrás de ti.

Huelo, 

me asombro,

y viene de nuevo

la transparente pesadumbre.

 

 XI 

 Entra la vigilia del desvarío, 

el lento grito,

el temible resentimiento.

Aunque no te reconozca entonces 

esperaré 

la caja de vidrio con el ruiseñor adentro, 

el llanto que estalla bajo las matas de sábila, 

una velada,

cualquier cosa que nos reúna, 

alegremente. 

...

 

 XIX 

Escucha cómo paso de largo.

Propicio es el tiempo 

para el brazo 

que reposa 

sobre tu flanco.

Para un primer canto de alondras,

para una mansa vereda 

y un olor de piernas en reposo.

Escucha cómo paso de largo 

y todo se hace tan frágil, 

tan triste. 

...

 

Extraño adivinador de palabras 

Mi bebé 

niño grande 

extraño adivinador de palabras 

vas a crecer 

con ojos de pomarrosa abiertos a la lluvia 

a la escarcha 

y serás como de pájaros y faroles.

Nunca faltará algún idiota 

que te hable mal de los profetas.

Cuando eso ocurra, 

márchate al pueblo donde nació tu padre 

y búscate una casa 

donde canten las chicharras. 

...

 

Nadie parece estar ya triste 

Nadie parece estar ya triste.

El rumor lento y grave del agua,

trata de abrirse paso 

y llegar hasta aquí.

Impunemente, 

se enumeran bienes y quejas y languideces.

Algo habrá de ocurrir 

si persiste este canto asonantado. 

...

 

Alguien vendrá

No quiero confundir sus terror con el mío.

Siete por siete 

y siete más: años de temblor y pasos furtivos. 

Alguien vendrá 

para detener los lamentos del escogido.

Pero el tiempo dedicado a la espera 

se me va entre los dedos.

Ya no es necesario inventar nada 

salvo esta terca soledad.

 

Valiente  ciudadano

Dame, señor,

una muerte que enfurezca.

Una muerte que soporte la lluvia

de Santiago de Compostela,

y de paso,

mate a los que me ofendieron.

 

Dame, señor,

esa muerte de intemperie

que sorprende y tranquiliza.

Haz que esté largando mocos y lágrimas,

suplicando piedad

y deseando muerte ajena.

 

Haz, señor,

que aquel hombre con piel inédita

reconozca en mí al animal de los olivares.

Que su cuerpo pese sobre el mío

y haga dulce

la entrada al fuego.

 

Yo prometo haberlo visto todo.

La misma culpa con la que nací,

el mismo furor.

Haz, señor,

que esté escuchando a Vinicio de Moraes

y a María Bethania

y prometiendo que mañana,

lunes,

me inscribiré en un curso para aprender brasileño.

 

Que venga la muerte

cuando descubras en mí

alguna oculta intención de poder

y cuando sepas,

por tus informantes,

de mis maniobras para pasar a la historia.

Cuando te digan señor,

que he agotado todos los recursos de la fatiga

sin pedir clemencia,

entonces, señor,

dame duro.

 

Haz que este golpe que tengo en la frente

por abrir puertas a cabezazos

se ponga

rojo,

latiente.

doloroso.

 

Supongamos, señor,

que eres el big-bang.

Que ningún territorio escapa a tu vigilancia.

Que los hot-dogs son tema de tu predilección.

Que tu deseo de mí es parte obscena

de tu realidad.

 

Entonces, señor,

examina mi estómago abultado

por los espaguetis de Portofino

por las fabadas del Guernica

por los pasteles de coliflor de mi madre

por los largos tragos de cerveza y ron.

 

Espía, señor, los rostros de mi espejo en el espejo,

yo, la pusilánime astuciosa

la del dedo en el aire

abanicando a la aburrida concurrencia.

 

Podrías venir al cine, señor.

Veríamos Brazil,

La vaquilla,

Un día de campo

El cartero y Gatsby.

Me escucharías

sacudida por la risa

y el temor.

 

Permíteme, señor,

Contemplarme cómo soy:

el rifle en la mano

la granada en la boca

destripando a la gente que amo.

 

Acuéstate conmigo en la madrugada, señor,

cuando mi respiración es un golpe de piedras

en la corriente del río.

 

Y verás como nada

ni siquiera la leche de tus cantares,

puede darme una muerte que me enfurezca.

 

Ternura

Somos teclear de lluvia.

Agonía de lagartos.

Manos de carbón.

caracoles de azogue.

La partida de un niño,

un perro doloroso,

una hoja muerta

Somos hombres

sin sílaba

sin sombra

sin lápiz.

Árbol sin viento

y sin ancla

que devoraste nuestras palabras

nuestros limoneros

Camino de algas y mariposas

que truncaste

el silbido del hombre crucificado.

Somos

aceras mojadas,

plegarias de surcos,

ternura.

 

Blanca Nieves 

El amor no es mucho, 

si no lo tienes.

Hoy vi a Blanca Nieves 

soñando con su príncipe 

y preguntándole: 

¿cómo van tus ahorros? 

¿cómo va tu espíritu?

¿quieres tomar un trago conmigo? 

¿quieres montar mi potro salvaje?

...

 

Aranjuez 

 No seas ridícula. 

Nadie muere aguantando la respiración.

Piensa en tus huesos quebradizos, en tus pliegues sudorosos, 

en tu vagina seca

y tu calvicie incipiente.

O en un paro cardíaco cuando finjas un orgasmo.

De eso mueren las mujeres.

¿Por qué tienes que ser tan obsceno? 

Porque hace veinte años que no voy a Aranjuez 

y eso me pone de mal humor.

...

 

La bondad del día 

Se hace de noche 

y penetras 

profundo 

dulce 

pensando en la bondad del día 

Siento 

y no quiero olvidarlo 

la noche espléndida tras la persiana 

la memoria de lo apenas ocurrido 

cuando se hace de noche 

y penetras 

mando 

claro. 

...

 

Lo que  escribes,

no es poesía

No.

No lo es.

Claro que tú tienes ideas muy precisas sobre la poesía.

Un golpe de luz sobre el mar.

El tiempo detenido.

La curvatura de un hombro.

...

 

El país, decíamos,

lo poníamos en las mesas,

lo cargábamos a todas partes,

el país necesita,

el país espera,

el país tortura,

el país será,

al país lo ejecutan,

y estábamos allí por las tardes

a la espera de algún doliente

para decirle

no seas idiota

piensa en el país.

 

Miyó Vestrini (Francia - Venezuela), fue una poeta, periodista y guionista. Su talento múltiple y único fue abonando los medios impresos, radiales y televisivos. Trabajó como guionista en la industria televisiva nacional. Trabajó en el Diario Occidente, La República, El Nacional; dirigió las páginas de arte de El Nacional y el Diario de Caracas. Junto a Antonio López Ortega, coordinó la revista CriticArte. Dirigió el suplemento infantil El Cohete.