lunes, 29 de noviembre de 2021

Mónica Alejandra Scaldaferro (12 poemas)

 





Mi tiempo, los tiempos de la poesía.

Mis tiempos, los tiempos de la vida.

Habrá que arder

quemarse en otros fuegos.

Ser ceniza

antes que polvo.

 

Una puñalada por la palabra de más

Una puñalada por lo no dicho

Una puñalada por la palabra olvidada

Una puñalada por la palabra ignorada

La poesía dirá: “no es suficiente”

y sostendrá la tortura

hasta la última gota de tinta

En este país de palabras, el silencio es sospechoso.

 

Los domingos se retiran con paso de gato trasnochado.

La alegría del amor se desinfla entre

los besos

que se quedan solos.

Creo en tu propósito resignado de ser lunes

pero dudo que te duelan los relojes.

Tu mañana persiste en abrir mis ojos de tortuga.

Casi

como en el mito de la resurrección

corro la piedra de la muerte

y voy hacia otra muerte.

Más allá de este corral de sombras,

 

un tero vocifera la mañana

y el cielo se rasga

en la alegría del perro corriendo entre los niños.

 

Acaban de robarse los sueños del verano.

Es de necios pretender

que una hoja seca

hable sobre el invierno.

Lo mismo siempre

en otoño: un silencio anunciado

sobre una vereda plena de latidos.

 

La luna, isla de los desahuciados

un rostro que camina

y soy

quien no logra seguirla.

La luna, el ancla, el pie.

Los días por venir,

aquellas cosas que se dispersan

cuando busco encontrarte.

 

ELLOS necesitaban hablarse.

Se pegoteaban con las palabras.

De una boca a otra boca

iban y venían ecos.

Tejían

con el hilo de su voz

 

lengua a lengua.

Se hablaban.

No dejan de hablarse

Temen que el silencio les quite su razón de amar.

 

El beso no dura más que un respiro

Es una hoguera donde se queman

dos bocas.

Los que suelen sobrevivir a este peculiar incendio

caminan sobre las cenizas.

 

ORGASMO

 

En un día de viento, todo vuela,

y entre ese todo

los pájaros

 

Una garza es una garza

Una garza

oscuras patas rasgando el cielo

blanco definitivo

un poema no nacido desatando la mañana

Una garza es

una garza

estos ojos disparados a su vuelo

esta mujer que ya no es terrestre.

 

Lo barcos no terminan de morirse

Solo nace un arrecife

y su cielo sumergido bucea

en caminos de sal y herrumbre.

Los barcos no terminan de morirse

Se adormecen en otro amor

fantástica belleza entre sábanas de escamas.

 

Fue ayer

cuando me ahogué en tus ojos

de esmeraldas derramadas.

Ahora

debo dejarlos ir

despedirme de tu nombre y aceptarme huérfano.

Este corazón pesará más que una pluma

¿qué haré con el pasado?

 

Te vi

Y fui directo a tu corazón

cuando nada iluminaba la noche.

Dame la palabra, dame su sustento,

dame de comer,

dame la mirada que me invite a este banquete.

El afuera es grande, quiero entrar.

 

Mónica Alejandra Scaldaferro (Inriville, Córdoba, Argentina, 1966) y vive en San Nicolás, Buenos Aires, desde 1986. Poeta y narradora. Profesora de enseñanza primaria. Profesora de historia. Licenciada en calidad de gestión de la educación. Capacitadora de docentes en el área de Ciencias Sociales y formadora de directivos de establecimientos educativos de la Provincia de Buenos Aires. Participó de distintas antologías literarias editadas en la ciudad y otras provincias de argentina. Obtuvo premios tanto en su faz lírica como narrativa. Coordinó diferentes talleres literarios en estamentos barriales. Fue miembro del taller de expresión poética dependiente de la escuela municipal de lengua y literatura “Andrés del pozo”, participando en todos los libros colectivos que editó dicha entidad: “Al filo de los nombres” (1992); “Perfiles del fuego” (1993), “Tierras en el viento” (1994) y “Ángeles de sobremesa” (1997). Ha publicado los siguientes libros  Puertas de arena” 1999, Babel, 2016,  Colección Editorial Velarde, en Cuadernos Amerhispanos, de México.