Mi tiempo, los tiempos de la
poesía.
Mis tiempos, los tiempos de la
vida.
Habrá que arder
quemarse en otros fuegos.
Ser ceniza
antes que polvo.
…
Una puñalada por la palabra de
más
Una puñalada por lo no dicho
Una puñalada por la palabra
olvidada
Una puñalada por la palabra
ignorada
La poesía dirá: “no es suficiente”
y sostendrá la tortura
hasta la última gota de tinta
En este país de palabras, el
silencio es sospechoso.
…
Los domingos se retiran con paso
de gato trasnochado.
La alegría del amor se desinfla
entre
los besos
que se quedan solos.
Creo en tu propósito resignado de
ser lunes
pero dudo que te duelan los
relojes.
Tu mañana persiste en abrir mis
ojos de tortuga.
Casi
como en el mito de la
resurrección
corro la piedra de la muerte
y voy hacia otra muerte.
Más allá de este corral de
sombras,
un tero vocifera la mañana
y el cielo se rasga
en la alegría del perro corriendo
entre los niños.
…
Acaban de robarse los sueños del
verano.
Es de necios pretender
que una hoja seca
hable sobre el invierno.
Lo mismo siempre
en otoño: un silencio anunciado
sobre una vereda plena de
latidos.
…
La luna, isla de los desahuciados
un rostro que camina
y soy
quien no logra seguirla.
La luna, el ancla, el pie.
Los días por venir,
aquellas cosas que se dispersan
cuando busco encontrarte.
…
ELLOS necesitaban hablarse.
Se pegoteaban con las palabras.
De una boca a otra boca
iban y venían ecos.
Tejían
con el hilo de su voz
lengua a lengua.
Se hablaban.
No dejan de hablarse
Temen que el silencio les quite
su razón de amar.
…
El beso no dura más que un
respiro
Es una hoguera donde se queman
dos bocas.
Los que suelen sobrevivir a este
peculiar incendio
caminan sobre las cenizas.
…
ORGASMO
En un día de viento, todo vuela,
y entre ese todo
los pájaros
…
Una garza es una garza
Una garza
oscuras patas rasgando el cielo
blanco definitivo
un poema no nacido desatando la
mañana
Una garza es
una garza
estos ojos disparados a su vuelo
esta mujer que ya no es
terrestre.
…
Lo barcos no terminan de morirse
Solo nace un arrecife
y su cielo sumergido bucea
en caminos de sal y herrumbre.
Los barcos no terminan de morirse
Se adormecen en otro amor
fantástica belleza entre sábanas
de escamas.
…
Fue ayer
cuando me ahogué en tus ojos
de esmeraldas derramadas.
Ahora
debo dejarlos ir
despedirme de tu nombre y
aceptarme huérfano.
Este corazón pesará más que una
pluma
¿qué haré con el pasado?
…
Te vi
Y fui directo a tu corazón
cuando nada iluminaba la noche.
Dame la palabra, dame su
sustento,
dame de comer,
dame la mirada que me invite a
este banquete.
El afuera es grande, quiero entrar.
…
Mónica
Alejandra Scaldaferro (Inriville, Córdoba, Argentina, 1966) y vive en
San Nicolás, Buenos Aires, desde 1986. Poeta y narradora. Profesora de
enseñanza primaria. Profesora de historia. Licenciada en calidad de gestión de
la educación. Capacitadora de docentes en el área de Ciencias Sociales y
formadora de directivos de establecimientos educativos de la Provincia de
Buenos Aires. Participó de distintas antologías literarias editadas en la
ciudad y otras provincias de argentina. Obtuvo premios tanto en su faz lírica
como narrativa. Coordinó diferentes talleres literarios en estamentos
barriales. Fue miembro del taller de expresión poética dependiente de la
escuela municipal de lengua y literatura “Andrés del pozo”, participando en
todos los libros colectivos que editó dicha entidad: “Al filo de los nombres”
(1992); “Perfiles del fuego” (1993), “Tierras en el viento” (1994) y “Ángeles
de sobremesa” (1997). Ha publicado los siguientes libros Puertas de arena” 1999, Babel, 2016, Colección Editorial Velarde, en Cuadernos
Amerhispanos, de México.
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