jueves, 15 de octubre de 2020

T. S. Eliot / El cultivo de los árboles de navidad






El cultivo de los árboles de navidad

 

Hay varias actitudes hacia la Navidad,

 

Alguna de las cuales podemos pasar por alto:

 

La social, la adormecida, la patentemente comercial,

 

La alborotada (los bares abiertos hasta la medianoche)

 

Y la infantil -que no es la del niño

 

Para quien la vela es una estrella y el ángel dorado

 

Extendiendo sus alas en la cima del Árbol de Navidad

 

No es sólo una decoración, sino un ángel

 

El nido se maravilla en el Árbol de Navidad:

 

Dejen que continúe en el espíritu de maravilla

 

En la fiesta como un acontecimiento no aceptada como un pretexto;

 

De tal forma que el arrebatamiento brillante, la sorpresa

 

Del primer Árbol de Navidad recordado,

 

De tal manera que las sorpresas, deleite en nuevas posesiones

 

(Cada una con su peculiar y excitante olor),

 

La espera del ganso o el pavo

 

y el esperado miedo en su aparecer,

 

De tal forma que la reverencia y la alegría

 

No sean olvidadas en experiencias posteriores,

 

En el hábito aburrido, la fatiga, el tedio,

 

La conciencia de la muerte, la conciencia del fracaso,

 

O en la piedad del converso

 

La cual puede ser corrompida por vanidad

 

Displicente a Dios e irrespetuosa con los niños

 

(Y aquí recuerdo también con gratitud a

 

Santa Lucía, su cancioncilla y su corona de fuego):

 

De tal forma que antes del fin, la ochentava Navidad

 

(Por ochentava quiero decir cualquiera que sea la última)

 

Los recuerdos acumulados de la emoción anual

 

Sean concentrados en una gran alegría

 

La cual será también un gran miedo, como en la ocasión

 

En que el miedo vino a cada alma:

 

Porque el comienzo nos recordará del fin

 

Y la primera venida la segunda venida.

 

Thomas Stearns Eliot (Misuri, Estados Unidos 1888- Londres, Reino Unido 1965)

Conocido como T. S. Eliot, fue un poeta, dramaturgo y crítico literario británico-estadounidense. Representó una de las cumbres de la poesía en lengua inglesa del siglo XX.​​​​ Según José María Valverde, en efecto, «la publicación de La tierra baldía convierte a T. S. Eliot en la figura central de la vida poética en lengua inglesa. En 1948 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura «por su contribución sobresaliente y pionera a la poesía moderna».